No, no, no… estén creyendo, amigos lectores, que en esta nueva entrega me referiré a aquella cantante de Colombia, de los años 70, que tuvo reconocida fama internacional con aquella hermosa canción titulada: "Tú me haces falta", que por cierto fue un tema de rockola, dirigido, sobre todo, a las personas enamoradas o despechadas, que se escuchaba, día y noche, en los distintos bares habidos y por haber, aquí en Venezuela, en esa época.
A Blanca Gladys Caldas Méndez, la cantante, la promocionaron artísticamente en esa época como "Claudia de Colombia", y -por razones coincidentes- hoy nos toca hablar también de Claudia de Colombia, o Claudia Cano, pero esta vez de esa periodista, del Canal 1, que se atrevió a pagar (al menos la mitad) 8 mil pesos a un desertor del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), llamado Edgar Villanueva, que viajó al país granadino para hablar mal del gobierno revolucionario, que dirige el presidente Nicolás Maduro.
Esta Claudia, que en lo personal la veo como toda una veterana -y no me mal interpreten- acaba de ser puesta al descubierto, dado que se dio a conocer, incluso, a nivel internacional, una grabación en donde entabla una conversación con el joven del Sebin organizando todo un plan diabólico, estratégico y mediático, además de falso y de baja calaña, con la idea de hacer ver que el gobierno revolucionario viola –entre otras cosas- los derechos humanos.
Según las propias palabras de Claudia la idea era que Villanueva (Sebin) hablara mal, pero muy mal, y de manera pública, de la policía y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuando éstos, en sus intentos por contener a los jóvenes estudiantes que protagonizaron hechos violentos convocados por la oposición, salían a la calle a restablecer el orden.
Pero Claudia, en lo personal, demuestra en la grabación, que quería ir más allá, pues su intención la deja claramente plasmada cuando se le escucha decir que lo más importante era arremeter en contra del diputado Diosdado Cabello, eso sí, con bastante "salsa picante", a quien deseaba vincular, sin pruebas de ningún tipo, al "Cartel de los Soles", aparentemente dedicado al narcotráfico.
Para mi Claudia es ciertamente toda una veterana, porque no solo una mujer puede ser veterana por lo que sabe hacer con su cuerpo, que es un derecho que nadie puede cuestionarle, sino porque domina perfectamente o muy bien una profesión, un arte o un oficio, en este caso, desgraciadamente, el periodismo mediático, embustero y de baja calaña.
No sé si Claudia viene de la misma escuela de periodismo que Patricia Janiot, esa otra periodista de Colombia que trabaja para CNN, y que igualmente ha demostrado, además de odio hacia Venezuela, manejar muy bien las campañas falsas, las noticias engañosas, a cambio de unas cuantas monedas y a favor del imperio.
Lo cierto de todo y de esta trágico-comedia, ya descubierta, deja en claro que a la veterana Claudia le quedó bien grande la profesión de periodista, pues el hecho de que escriba, interprete o narre a la perfección un hecho noticioso, le falta lo más elemental que debe privar en un Comunicador Social: la integridad, la honestidad, la pulcritud, la mesura, la objetividad y desde luego la imparcialidad.
De algo si estamos seguros, Claudia de Colombia pasó a la fama internacional de un solo sopetón y no precisamente como cantante, como lo fue su coterránea de los años 70, sino como una vil periodista que desgraciadamente ha en mancillado en su tierra natal a esta noble profesión, solo por defender intereses oligárquicos.
Si nos retrotraemos al pasado esos intereses oligárquicos son los mismos -que desde Colombia- vienen arrastrando los que aún comulgan con la doctrina santanderista, que siempre han odiado a Venezuela, como aborrecieron y detestaron -en el pasado- al Libertador Simón Bolívar, a pesar que empuñó y puso en servicio su espada y su propia vida, a cambio de nada, por proporcionarles la libertad.
Periodista*