El 1ro. de septiembre se cumplió un mes de la desaparición forzada del argentino Santiago Maldonado, defensor de los derechos humanos de los mapuches. Esta situación recuerda la década de los años 70, cuando la dictadura de Videla dejó más de 30 mil desaparecidos.
El día en que desapareció Maldonado se le vio trancando el paso a modo de protesta con un grupo de Cushamen, comunidad mapuche en resistencia, el cual fue atacado por la Gendarmería Nacional Argentina que les disparó. Por eso salieron a protegerse con éxito, menos Santiago que fue atrapado por GNA. La manifestación era en apoyo a quienes luchan por la defensa de sus tierras en el sur de Argentina, donde empresas como Benetton y Compañía Tierras del Sub Argentino poseen grandes extensiones de tierras, más de novecientas mil hectáreas.
En particular, los hermanos Benetton compraron esos territorios con seres humanos que no se resisten a la pérdida de su espacio territorial. De ahí que hayan intentado desalojos violentos que no les han funcionado ni intentos de ofrecerles dinero para que abandonen su hábitat. En consecuencia, el joven de 28 años representaba una molestia, por su solidaridad en defensa de este pueblo originario cuyo espacio fue comercializado por 80 millones de dólares.
Hasta hoy Santiago está desaparecido, por ser un obstáculo para las transnacionales, a quienes no les preocupa la vida humana, ni las especies, tampoco el medio ambiente, sólo sus intereses expansionistas, hegemónicos y mercantilistas.
Finalmente, su desaparición permite la comparación del régimen de Macri con esa época dictatorial, que todavía resiente Argentina; que las Abuelas de la Plaza de Mayo intentan revertir su secuela de horror. Ahora, con la vuelta de la derecha al país suramericano se repite la tragedia, pero no pueden acallar la voz de muchos en todo el mundo, que clama: ¿Dónde está Santiago Maldonado?