Los maduristas están felices por la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski a la presidencia del Perú, máxime por los últimos acontecimientos que se habían suscitado entre ambos gobiernos con motivo de la realización de la llamada Cumbre de Las Américas el venidero mes de abril, la cual ahora por estos acontecimientos, queda en pico e´ zamuro como decimos en criollo.
Por supuesto, que si Pedro Pablo Kuczynski no hubiese renunciado iba a ser destituido por el Congreso de su país. O sea, robándole aquella cita a Cecilia Sosa Gómez en tiempos de la constituyente de 1999, podemos decir que Kuczynski prefirió suicidarse, antes que ser asesinado políticamente.
Ante ese hecho de transcendencia histórica y política, queda en evidencia que las instituciones funcionan en el Perú. Por una parte, Fujimori y su claque encabezada por el narcopolítico, Vladimiro Montesinos, fueron encarcelados, aunque el primero terminó siendo indultado, precisamente en una supuesta negociación política de Kuczynski con Keiko Fujimori para evitar ser destituido en una polémica y primera decisión del Congreso que permitió hacia el final de 2017, mantenerse en el poder al entonces presidente del país inca. Por otra parte, Alejandro Toledo quien dirigió los destinos de esa nación entre 2001 y 2006, también fue salpicado con los escándalos de corrupción por el caso de la constructora Odebrecht (Brasil), y el propio consejo de ministros del presidente saliente aprobó su extradición¹. Ollanta Humala y su esposa, por cierto de ideología "socialista", se encuentran investigados bajo sendos procesos de corrupción vinculados por el mismo caso de la empresa brasileña, los cuales los mantienen privados de libertad². Ahora, pues ocurre el caso de renuncia presidencial de Pedro Pablo Kuzcynski.
Lo irónico es que los maduristas, quienes celebran la salida de Kuzcynski no tienen el cómo argumentar que la salida de éste por referentes de corrupción no pueda ser objeto de comparaciones con lo que ocurre en Venezuela, y que demuestra por principios de constitucionalidad y leyes que mientras en Perú funciona una democracia, en Venezuela estamos bajo un régimen neototalitario.
En otras palabras, mientras en Perú unos videos y declaraciones que involucran a Pedro Pablo Kuzcynski con el caso de la constructora Odebrecht, lo obligan a renunciar a la presidencia antes de ser destituido, sin obviar las posibles investigaciones que deriven en acciones de carácter penal en su país, similares pruebas en Venezuela, como por ejemplo el hecho de que el representante en nuestra nación de esa gigante brasileña afirme, también en un video, que otorgó 35 millones de dólares a Maduro para su campaña presidencial de 2013, ese tipo de pruebas no es válida ni siquiera para iniciar una investigación contra Nicolás Maduro³. O sea, la salsa que es buena para el pavo, no lo es para la pava.
Y si comparamos la renuncia de Pedro Pablo Kuzcynski con tales hechos de corrupción, y anexamos al caso venezolano el famoso audio de Mario Silva, quien no ha podido desmentir que tales testimonios hayan sido proferidos desde su voz, y en el cual compromete a prácticamente toda la cúpula del gobierno, estaríamos ante pruebas irrefutables e incuestionables para que este gobierno desde su presidente hacia abajo, hace tiempo no sólo tuvieran que haber salido de sus cargos, sino deberían estar pagando condena conforme las leyes venezolanas.
Los maduristas están de jolgorio. La renuncia de Pedro Pablo Kuzcynski se convirtió en un alérgeno político para ellos cuando corren amenazas de golpe. Pero como dice la sabiduría popular y bíblica: "Con la vara que mides, serás medido". Verbigracia, la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski es una inmensa prueba con una fuerza de analogía política e histórica, que también se convierte en causal para la destitución o la propia renuncia de Maduro, y eso ni siquiera los más acérrimos maduristas pueden argumentarlo en forma contraria, porque sería una inocultable contradicción entre lo que ocurre en ambos gobiernos y que se identifica en cuatro palabras: La corrupción de Odebrecht.
Por ahora, el madurismo celebra. Cuidado y en el futuro no muy lejano veamos a otros, en este caso la mayoría de un pueblo, festejando la salida de Maduro del poder. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
***
¹ https://gestion.pe/peru/politica/gobierno-aprueba-extradicion-alejandro-toledo-229872
² https://elpais.com/internacional/2017/07/14/actualidad/1500001602_001817.html