...y en contra del madurismo
La condena que realizó el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en contra de Maduro y en favor de Venezuela dejó en evidencia que la patria de Bolívar está siendo gobernada por un régimen - cómo lo definió el propio Maduro en su discurso en ese recinto diplomático – anticonstitucional y antirrepublicano que muy poco le importa la suerte de sus connacionales.
En efecto, los hospitalizados mueren por falta de medicamentos y tratamientos médicos, sumando un número importante de niños a las cifras de desnutrición y mortalidad infantil, ancianos duermen en las calles y avenidas para retirar algo así como el equivalente a un dólar de una entidad bancaria, tenemos la tasa de homicidios más alta del continente, la corrupción de la cúpula madurista y la legitimación de capitales campea en los espacios internacionales, y tenemos que ver hechos insólitos como el entierro de personas en los patios de sus viviendas, porque los deudos carecen de recursos económicos para sus actos velatorios o escasez de urnas para fallecidos, sin obviar que servicios elementales como el suministro de agua, electricidad o funcionamiento del transporte público han llegado al colapso.
Esta terrible situación humana intentó ser negada por Maduro con un pueril y desgraciado discurso ante un escenario prácticamente vacío, en el cual se atrevió a negar la emigración de millones de venezolanos, lo que también reveló el cinismo de un gobierno que prácticamente le faltó decir que los miles y miles de venezolanos que huyen despavoridos por la crisis económica y política que ha desatado el madurismo sobre Venezuela, son una especie de "ilusión óptica" creada por una "campaña mediática", tal y como en una oportunidad lo señaló Diosdado Cabello. Si un gobierno llega al extremo de negar tal realidad que es externa y vista por otros ciudadanos del mundo, pues, ¿qué quedará ante los abusos y constantes violaciones de los derechos humanos que ocurren a diario en contra de millones de venezolanos dentro de su malograda nación, en donde hasta comprar un rollo de papel higiénico se convirtió en un lujo de una élite gobernante?
Por ello, el 27 de septiembre de 2018, se convirtió en una fecha que deberá ser recordada como el Día de los Derechos Humanos en Venezuela. No sólo fue que Consejo de Derechos Humanos de la ONU votó a favor de Venezuela y en contra del madurismo, solicitando al gobierno permitir de manera inmediata la ayuda humanitaria a un país destrozado en sus más esenciales derechos de vida, sino que la Corte Penal Internacional (CPI) recibió en manos de la fiscal de ese organismo Fatou Bensouda, una solicitud de investigación contra Nicolás Maduro y su "gobierno" conforme con las normas del Estatuto de Roma por parte de Argentina, Canadá, Colombia, Chile, Paraguay y Perú, en relación con cientos de muertos por excesos militares y policiales, así como la detención arbitraria de un número importante de venezolanos, incluyendo presos políticos, sin respeto ni garantías constitucionales vinculados con convenios internacionales que rigen la materia penal.
Es tal el nivel de rechazo de Nicolás Maduro que se convierte en el primer "presidente" latinoamericano con solicitud de investigación penal ante la instancia mencionada, sino que además todos sus demandantes son países de esta parte del continente, lo cual deja un impacto de mayor trascendencia en el plano geopolítico, porque estamos hablando de naciones con amplia influencia en las relaciones internacionales, y de allí que su iniciativa también se haya convertido en un factor preponderante sobre las decisiones que ha tomado la ONU sobre Venezuela.
Si para algo sirvió el discurso de Nicolás Maduro en la ONU, fue para que los países que tenían duda sobre las constantes mentiras que se generan de su gobierno, quedaran en plena evidencia, cuando éste se atrevió a desmentir a la propia ONU en su señalamiento con pruebas sobre la emigración de más de 2,3 millones de venezolanos. En otras palabras, Maduro quiso hacer una gracia y le salió una morisqueta, o si lo prefieren de manera más criolla, le salió el tiro por la culata.
El único apoyo que tiene Maduro en lo político, porque en lo económico lo que hacen es terminar de embargarnos nuestra industria petrolera, son China y Rusia. La primera una nación que en lo político no puede hablar sobre el significado de la democracia, y la segunda un país cuyos antecedentes lo llevaron a disolver parte del comunismo y el grupo de naciones que fueron su historia durante un buen trecho del siglo XX. El resto con la excepción de Bolivia, son menos de 15 "Estados" en donde hasta se practica la violación de derechos sobre las mujeres o la ablación en niñas como si eso fuera parte de su "cultura" y "autodeterminación de los pueblos". O sea, "normas" que convalida el madurismo bajo el remoquete de "no injerencia en asuntos internos", que es lo que pretende se haga en el contexto de la política interna. Verbigracia, según el madurismo, hasta unos bomberos pueden ir presos por hacer una parodia presidencial con un burro, y éstos deben ir presos por "flagrancia" e "instigación al odio", con una condena de máximo presidio.
27 de septiembre, Día de los Derechos Humanos en Venezuela. El mundo votó a favor de Venezuela y en contra del madurismo. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.