Trump no se anda con pendejadas, como Bolsonaro; pero antes que éste, descubrió que la gente le gusta que la jodan. Dice que hará cosas horribles, como relacionadas con prácticas xenofóbicas, racismo y hasta contraria a los intereses de la mayoría y la gente se atropella para votar por ellos. Hasta entre quienes están los advertidos serán afectados corren locos a elegirle. Ahora mismo él y su partido republicano lucen, según las encuestas, de favoritos para ganar las próximas elecciones legislativas.
He dicho antes que Macri tuvo el mérito de decir en plena campaña electoral que haría lo que ahora está haciendo, ni más ni menos. Pero la gente salió a votar por él para "cambiar". Bolsonaro no ocultó nunca su racismo, misoginia, homofobia, los exhibió como banderas. Y no obstante millones de brasileños, hasta puestos en la mira de esas sus políticas, le dieron su favor. Rodaldhino, el ídolo de Porto Alegre, el mismo que envió una felicitación de cumpleaños a Maradona, en los términos de "Feliz cumpleaños meu ídolo Don Diego Maradona", un joven deportista de esos que ahora llaman afrodescendientes, nada del gusto de Bolsonaro, dijo que votaría por este contra la corrupción y por un cambio.
Para quien fuera figura importante del seleccionado nacional brasileño y del Barcelona de España, es igual tener por ídolo a Diego Armando Maradona y al ahora presidente electo de su país. Por eso mismo los pobres y los afrodescendientes, llegado un instante o nivel de exigencia pueden volverle la espalda a quienes por eso han luchado y con ellos han estado y optan por quienes de verdad no deben esperar nada porque creen que el sólo haber castigado con su voto a estos, es suficiente para que el nuevo gobernante se mire en ese espejo y ponga énfasis en atenderlos. Por este raciocinio no le pusieron atención al discurso de Macri, pensaron que éste si lo haría con su mensaje y cayeron en la trampa. Ahora se agolpan en las calles de las ciudades argentinas protestando contra sus políticas que no son más que las determinadas por el Fondo Monetario Internacional.
Como curiosidad añadiré que ayer, en una plaza de la ciudad donde vivo, una señora beneficiada con una tarjeta de débito de la Misión Amor Mayor, despotricaba contra el gobierno y anunciaba que votaría con él, porque el banco no le permitió retirar todo lo que tenía depositado alegando "falta de efectivo". Ella da por hecho que un nuevo gobierno no sólo le conservaría ese beneficio, se lo aumentaría y hasta podría manejarlo a su placer.
Bolsonaro, entre otras cosas, piensa resolver el problema de la inseguridad y violencia en Brasil, de muy vieja data, tanto que la única vez que he estado en ese país, por allá por 1980, era el que más mortificaba a los habitantes del gran país suramericano, permitiendo el porte libre de armas y hasta promoviendo disposiciones legales que despenalicen la muerte de alguien por estar incurso en un delito común o lo que es casi lo mismo, poner en práctica la Ley del Talión. "Le maté porque mató aquel o me robó la cartera". Esa disposición o política frente al delito común que tanto abunda en Brasil, pudiera desatar bajos instintos y ocasionar grandes matazones. Como que pudiera desatar la práctica de la venganza y hasta acciones por racismo amparadas en la persecución o combate del delito. Y en esa confusión quien más arriesga es el pueblo. Quienes ahora eso aplauden, dieron su voto, pudieran en breve estar lamentándolo como ahora miles de trabajadores argentinos por haber votado por Macri en búsqueda de un "cambio".
Aparte de todo lo que ha hecho y propuesto Trump que todo el mundo conoce, acaba de anunciar estar dispuesto a promulgar una medida, que según él y sus asesores no demanda enmienda constitucional, mediante cual podría quitarle la nacionalidad a todos aquellos nacidos en EEUU pero de padres extranjeros.
Todo ciudadano del mundo tiene derecho a una patria y esta es, en primer término, la donde haya nacido.
Creo no exagerar si digo que se cuentan en millones los ciudadanos norteamericanos que estarían sujetos a la aplicación de esa simple norma administrativa. ¿Cuántos ciudadanos que viven en EEUU, nacionales de otros países y estrictamente no son estadounidenses por nacimiento, tienen hijos que teniendo esta nacionalidad por nacimiento pudieran perderla? Creo que como antes dije son millones. De América Latina unos cuantos hay. Por supuesto, esta amenaza de Trump que bien pudiera concretar para entusiasmar a votantes de la ultra derecha y la xenofobia, pudiera darle resultados buenos ahora en las elecciones de noviembre. Pero no tiene nada de extraño que atraiga también votantes como Bolsoonaro en Brasil y Macri en Colombia hasta entre quienes está dirigida la medida o la mala intención del presidente de EEUU.
Las politicas de Trump contra los migrantes, lo que ha implicada hasta separar familias, no le han afectado para nada políticamente si consideramos lo que están anunciando las encuestas. Lo que revela que pareciera no sólo entusiasmar con su xenofobia, racismo y violencia a los votantes de la derecha sino a gran parte de la población que pudiendo ser víctima de todo eso asume el asunto como los argentinos y brasileños.
Como la enmienda 14 de la Constitución estadounidense no pareciera favorecer lo que Trump sugiere que haría, como quitarle la ciudadanía a los nacidos en EEUU hijos de extranjeros y hasta nacionalizados, no obstante él amenaza con hacerlo mediante una medida administrativa, justamente para incentivar el voto de la extrema derecha y al mismo tiempo tomando en cuenta que quienes pudieran estar amenazados, por alguna extraña circunstancia, no ven el peligro que sobre ellos se cierne. Y en ese estado de inconsciencia, hasta pudieran sentirse atraídos por una oferta, un discurso dirigido específicamente contra ellos.
