Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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La orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump de retirar las tropas norteamericanas de Siria llegó con mucho retardo. Las fuerzas norteamericanas han estado allí presentes ilegalmente, sin ningún mandato internacional, carentes de un permiso de parte del gobierno sirio y sin contar con la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU.
Por lo tanto, las tropas norteamericanas en Siria están allí como una ilegal fuerza de ocupación que viola la soberanía de Siria y el derecho internacional. Washington alega que sus soldados y fuerza aérea están ahí para luchar contra las agrupaciones terroristas yijadistas. Ese alegato resulta risible dado que existe amplia evidencia que Washington ha estado de manera encubierta apoyando a las mismas agrupaciones yijadistas que se supone que debe combatir. Miles de civiles sirios han sido asesinados por las fuerzas norteamericanas lo cual equivale a incontables crímenes de guerra.
El presidente Trump declaró que "una derrota histórica" de las agrupaciones terroristas fue la razón para dar la orden de retirar las tropas norteamericanas. Trump y su típica fanfarronada está reclamando una "victoria". Eso es completamente fuera de lugar. Sus farisaicas palabras resultan una farsa y un insulto a las normas internacionales del derecho y la moral.
Las fuerzas militares que en realidad pusieron fin a las agrupaciones terroristas fueron las fuerzas militares de Siria, Rusia y los otros aliados de Siria como Irán y Hezbollah.
Las grotescas auto felicitaciones de Trump están totalmente fuera de lugar. Los agentes terroristas por encargo que desataron el caos y el horror en Siria durante casi ocho años fueron capacitados, armados y dirigidos por Estados Unidos, por la OTAN y por los regímenes clientelares regionales.
En todo caso, la bienvenida tendrá que ser cautelosa aunque Trump haya dado por terminada la presencia de las fuerzas norteamericanas en Siria. Con el retiro norteamericano de Siria ahora aumentan las posibilidades de encontrar un acuerdo político para este país destrozado por la guerra.
Washington no merece ningún agradecimiento por su retardado retiro de las tropas. En un mundo razonable, Washington tendría algún día que enfrentar la justicia por los bárbaros crímenes que cometió en Siria.
Si en realidad las tropas norteamericanas abandonan Siria, cosa que queda por verse. Los informes de prensa sostienen que el Pentágono planea retirar alrededor de dos mil hombres el mes que viene.
El presidente de Rusia Vladimir Putin en su anual conferencia de prensa internacional, esta semana emitió una cautelosa bienvenida al anuncio de Trump. No obstante, recordó que Trump había hecho un anuncio similar a comienzos de este año para luego ser anulado por el Pentágono. Putin también señaló que Washington ha estado hablando del retiro de tropas de Afganistán y sin embargo este país centro asiático continúa siendo ocupado por tropas norteamericanas por más de diez y siete (17) años luego que el antecesor de Trump ordenara su invasión el año 2001.
De tal modo, queda por verse si el anuncio de Trump esta semana respecto de Siria se trata solo de un truco publicitario para aplacar su ámbito nacional. Durante su campaña electoral del año 2016 Trump prometió traer las tropas de vuelta a casa. Su plan de retirada de esta semana podría ser en consecuencia un hipócrita "cuento de buenas nuevas" por navidad dirigido hacia su base política para que luego pudiera ser calladamente abandonado en unas pocas semanas.
Existen sólidas razones para ser escépticos acerca del plan de Trump de retirada de Siria. Hace solo unos meses, su asesor de seguridad nacional, John Bolton, estuvo pregonando que las fuerzas norteamericanas permanecerían en Siria en tanto las tropas iraníes permanecieran allí. No obstante que las tropas iraníes permanecen en Siria de manera legal a pedido del gobierno del presidente Bashar al Assad al igual que las fuerzas de Rusia.
No queda claro si Trump está actuando bajo su propio capricho o si se trata de una importante decisión estratégica de Washington para retirarse de sus maquinaciones de cambio de régimen en Siria.
Aunque hay algo que queda claro. El posible retiro de Washington de Siria no tiene nada que ver con la supuesta derrota de las organizaciones terroristas. ¿Cómo podría ser eso cuando Washington durante ocho años ha estado trabajando duro y de manera encubierta para fomentar estas organizaciones terroristas para el cambio de régimen?
La presunta retirada de Washington de Siria, al contrario, se debe a que se dio cuenta del fracaso de su operación para el cambio de régimen. El ejército sirio, Rusia, Irán y Hezbollah merecen los laureles por haber derrotado a los encargados yijadistas terroristas que Washington desplegó en Siria para provocar el cambio de régimen. También vale un saludo al bravo pueblo de Siria por su asombrosa resistencia ante el aterrador asalto.
Resulta irónicamente risible que políticos norteamericanos, Gran Bretaña y Francia estén criticando a Trump esta semana diciendo que "los terroristas aún no han sido derrotados". Cuando se trató de estas potencias más Arabia Saudita, otros estados del Golfo, Israel y Turquía los que crearon, armaron y apoyaron a las organizaciones terroristas con el propósito de destruir a Siria.
La vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajarova, está en lo cierto cuando señala que la retirada militar de Estados Unidos es potencialmente una medida positiva que apunta hacia un acuerdo político para finalizar la guerra en ese país.
Rusia, Irán y Turquía (de manera tardía esta última) han estado trabajando diplomáticamente para producir tal acuerdo político. Lógicamente, con un factor militar menos en Siria –Estados Unidos—eso permitiría una posible resolución del conflicto. Si es así, y la orden de Trump en realidad se cumple, se trataría de un gran "Si".
No obstante, existe la preocupación que la retirada incite a Turquía a intensificar su participación militar en Siria contra los militantes curdos que Estados Unidos ha estado protegiendo hasta ahora. Podríamos esperar que Rusia e Irán actúen para impedir semejante aventurerismo de parte de Ankara.
En general, la planeada retirada de Estados Unidos de Siria se percibe como algo positivo. Ya es tiempo que Washington retire su ilegal presencia del país árabe y en consecuencia permita que se restablezca la paz en el país cosa que le ha sido criminalmente negada durante los últimos ocho años.
La típica fanfarronada de Trump de "haber ganado la guerra" resulta despreciable. En realidad Siria se alza como una histórica derrota del imperialismo norteamericano.
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