Los movimientos Enciclopedistas e Ilustradores del siglo XVIII entre ellos, Voltaire, Montesquieu Diderot, DÁlembert y Rousseau conspiraron contra el orden monárquico-cristiano hegemónico del siglo XVIII, propagando la rebelión social, para ello, se sirvieron de una filosofía critico-negativista (p.19), siguiendo la idea racionalista en la que apoya su radicalidad para llevar a cabo un proceso emancipatorio que era el objetivo loable guiados por el los valores de igualitarismo, la libertad, justicia, es decir una ruptura con el orden existente del antiguo régimen, ellos viene a establecer las nuevas bases de renovación mental de la sociedad. Ellos; los ilustradores del siglo XVIII, era contrario al orden social, político y económico de viejo régimen, los estimulaba el amor por lo original, lo nuevo, la idea de crear una nueva sociedad, de allí que eran "infieles" a orden establecido, de acuerdo con Guizot, el máximo historiador francés de su época, ponderando el impacto de la filosofía de los ilustradores y enciclopedistas del siglo XVIII, afirma que "Nunca la filosofía aspiró tanto a regir el mundo…". Es decir durante la revolución francesa (Ibíd., p..20).
Sin embargo; "el utopismo", lo que otros llaman "metafísica revolucionaria", es decir, "el insuficiente racionalismo" de tales filósofos, lo que impidieron "organizar la sociedad conflictiva" (Ibíd., p.21), la revolución francesa, "la crisis del antiguo régimen social no fue consecuencia directa de la actividad de los intelectuales", (Ibídem), pero si incidieron con sus ideas, lamentablemente no lograron alcanzar "la reorganización de la sociedad", de allí que surja otra filosofía opuesta a la filosofía critico-negativista, es decir "la filosofía positivista", a la cabeza de Augusto Comete. El termino positivo es lo contrario a lo negativo, es decir a la negación del orden social, para Comte, el espíritu de la filosofía moderna, está llamada "no a destruir", sino a "organizar". Idea que adopta Comte de Saint Simón, el utopista, el cual postuló que si filosofía del ultimo siglo XVIII, había sido para la sociedad transformadora y revolucionaria, la filosofía del siglo XIX, debería de ser reorganizadora de la sociedad (Ibídem).
Entonces la filosofía positivista surge bajo el sello de "dominar y domesticar el conflicto social" (Ibíd., p.22), en lugar de trascender críticamente a sociedad, un proyecto de modernidad contrario al mundo medieval, asimismo al mundo de pensar antiguo, del mito, la ignorancia, de tinieblas metafísicas, la razón pura, precisa de una nueva epistemología secular que rompa la tradición religiosa-eclesiástica. Comte abogó por un "método intersubjetivo" para generar conocimiento objetivo (Ibíd., p.23), conocimientos positivos (prácticos), en realidad el problema de la filosofía social del positivismo no es teórico, es un problema práctico. "regular la interacción social de modo que se asegure el orden y el progreso de todos" (Ibíd. p.24). al mismo tiempo, desde el punto de vista epistemológico, la filosofía positiva es empírica, opuesta a todo "prejuicio cognitivo" (teológico o metafísico), lo positivo dice es lo real, lo natural lo accesible a nuestros sentidos, (Ibíd., p. 25), Comte está lejos del misticismo.
La filosofía de Comte parte de tres principios epistemológicos fundamentales: 1. El postulado de significatividad. Toda proposición que nos es finalmente reductible a la simple enunciación de un hecho, particular o general, no puede ofrecer ningún sentido real o inteligible". Comte advierte que la realidad no puede ser dividida, "lo que es en si misma y lo que es para quien la conoce; no hay mas realidad que la concreta". (Ibídem., p.25).
2.-Validación empírica. Afirma que no hay mas conocimiento que el de la ciencia, y la posibilidad del conocimiento se resuelve con una investigación que tendrá que ser resuelto metodológicamente sobre reglas de constitución y comprobación de la hipótesis o teorías científicas (Ibíd., p.26), por lo que "las condiciones de posibilidad del conocimiento general ha de limitarse al análisis del método de las ciencias" (Ibídem). "no mas conocimiento que el científico, ni mas racionalidad que la racionalidad científica. La teoría del conocimiento se reduce pues a "la pura metodología", (Ibídem). En esencia, "la teoría tiende a representar cada vez más exactamente los objetos exteriores de nuestra constante investigaciones.". (Ibíd., 27). En esencia el principio se reduce a "cualquiera que sea el modo, racional o experimental de proceder a su descubrimiento, su eficacia científica resulta exclusivamente de su conformidad, directa o indirecta con los fenómenos observados".
3. Conservación del conocimiento. Las creencias científicas son variables, es decir no arbitrarias, desechan toda aspiración al absoluto, hay reconocimiento del carácter relativo de "los saberes, están siempre vinculados al contexto histórico, teórico o tecnológico", este principio es otra manera de entender el progreso científico sobre la base de los conocimientos precedentes, aunque no puede hablarse propiamente de "una explicación definitiva y ultima del universo", (Ibíd., p. 29). La perfección científica debe limitarse a aproximarse a aquel limite ideal tanto como lo exijan nuestras diversas necesidades reales" (ibíd.., p.30). por otra parte; "la ley del movimiento fundamental de la humanidad consiste en que nuestras teorías tienden cada vez mas a representar exactamente los objetos exteriores de nuestras investigaciones" (Ibídem).
4.-Un cuarto rasgo del conocimiento que suma Comte a sus principios, es "la utilidad", señala que el verdadero conocimiento "no tienen un fin en si mismo", no es una simple curiosidad estéril, sino que tiene como finalidad "el mejoramiento de nuestra existencia individual y colectiva", colocar la ciencia al servicio de la humanidad, desde este punto de vista, "el progreso científico queda vinculado a la humanidad". Ya plantea Comte el problema del conocimiento, "saber para proveer, proveer para proveer" (Ibídem). Nosotros decimos, conocer la ciencia general para proveer, y prever científicamente para proveer, colocar la ciencia para la provisión de la producción al servicio de la humanidad.
La historia en Comte es la historia de la "transformación del género humano", podríamos extenderlo como "la historia del quehacer del espíritu humano", de allí emerge la idea de "la historia como reflexión de los acontecimientos, costumbres o las mentalidades" (Ibíd., p. 31). Por otra parte, esa historia de la humanidad en el progreso del espíritu lleva consigo dos atributos, "inteligencia y sociabilidad", facultades que Comte llama solidarias por lo que su idea de "la armonía social" pasa porque "el bien propio se identifique con el bien común" (Ibídem), esto ocurrirá solo cuando la humanidad alcance la totalidad de la conciencia del conocimiento. Para Comte el hombre no existe por si mismo, el existe porque no es mas que humanidad, el espíritu del hombre positivo del hombre según Comte es "sin ningún esfuerzo directamente social", el vinculo de cada uno con todos, "de manera que se haga involuntariamente familiar el sentimiento intimo de la solidaridad social", he aquí la socialización de acuerdo con Comte.
Por tanto el progreso del espíritu humano según Comte viene dado por la socialización, la racionalización y la moralización, de estos tres pilares derivan la evolución del conocimiento, o mejor los tres estados de la humanidad: el teológico, el metafísico y el científico (positivo) (Ibíd., p., 32). El primero lo explica Comte en que en un momento la humanidad buscó las causas de las cosas o acontecimientos mediante "la presencia de fuerzas sobrenaturales invisibles", (politeísmo) o fetichismo, o también "por un voluntad ínsita en las cosas" para luego proyectar en "determinadas cualidades de la naturaleza humana" (politeísmo y monoteísmo). Según Comte esta fase de la historia humana estuvo caracterizada una "sociedad de tipo militar", quienes ostentaron el poder estuvieron investidos de carácter sagrado, unidos al poder militar.
En esta etapa el conocimiento de la antigüedad, estuvo asociado a la observación, el cuestionamiento de las verdades teológicas, con lo que se entra en crisis la autoridad, el producto de esa quiebra de la sociedad da nacimiento al pensamiento metafísico. Aquí; el conocimiento sustituye "las entidades sobrenaturales" por entidades y categorías abstractas, dando origen a "la razón metafísica" para explicar la naturaleza de las cosas, esta etapa corresponde una separación progresiva del poder espiritual instituido por otro temporal, poder desplazado por la autoridad civil, se socava las bases del poder espiritual teocrático, finalmente triunfan las ideas de la razón metafísica, (Ibíd., p. 33).
La tercera etapa del estado humano, del conocimiento humano, es estado positivo, la mente alcanza la mayoría de edad, el hombre intenta no solo la observación y experimento, explicar los fenómenos procurando deducir leyes generales. Se renuncia a explicar el porque, o el que, y se centra en el cómo para prever y predecir, controlar el porvenir (Ibíd., p. 33). Esta etapa corresponde a la sociedad moderna, la sociedad industrial.
Para Comte una nueva casta nace con la sociedad moderna, "la hegemonía política de los expertos", de los científicos, quienes de acuerdo con Comte heredarán "el Poder Político", a quienes tendrán "la misión de ordenar la sociedad", pero en las ideas de Come podemos apreciar una característica de ese nuevo periodo de la humanidad, es decir de la sociedad industrial, que es "el reconocimiento de la propiedad privada como fuente de riqueza social" (Ibíd., p.34). Entonces la sociología o física social de Comte nos ofrece el conocimiento para explicar y prever racionalmente los procesos sociales para explicar, prever y poder intervenirlos.
Surge entonces en Comte la necesidad de descubrir los fenómenos sociales su estructura, leyes y analizar su movimiento, la dinámica de las formaciones sociales, por lo que existe una necesidad de estabilidad y actividad, dos exigencias que corresponden a dos necesidades básicas: "orden y progreso" de donde surge la apreciación del conocimiento estático y dinámico. Comte partió del presupuesto doble de una realidad social: 1. Todas las sociedades humanas tienden espontáneamente hacia el equilibrio; 2. Todo progreso presupone como condición de posibilidad, un orden preexistente (Ibíd., p.36).
Para Comte, el orden no es fruto de ningún pacto social, de ningún contrato social, sino que resulta de la toda organización social, de la existencia de una vida social natural, por tanto plantea una "sociocracia", el poder y dirección de los asuntos y negocios terrenos en manos de "los positivistas, servidores técnicos y prácticos de la humanidad", el gobierno ha de ser ejercido por "una administración racional" de las cosas, por lo que la contradicción obrero-patronal, a causa de la propiedad privada en Comte se puede ver por la deficiencia en la organización social, y debe resolverse mediante una "reorganización social", la reorganización del trabajo, "los mecanismos de socialización e instrumentos de formación de la opinión pública". (Ibíd., p.41). esto significa hacer tecnología social.
Comte plantea una "alianza de los hombres de ciencia con los industriales", es decir subordinar el poder del saber para la mejora del as condiciones materiales de todos, sin embargo el énfasis Comte lo pone en el control de la opinión pública, la defensa de la propiedad privada y concentración del capital como base del progreso (Ibíd., p. 43). Lo que equivale a legitimar el orden social, el orden natural de las cosas. Por tanto para aplicar los principios de "la política positiva" Comte reconoce la necesidad de implementar "una dictadura provisional", (Ibídem).
Sin embargo no se entiende que para Comte el proletariado sea el grupo social que por tener un fuerte sentido de solidaridad, ajeno a la corrupción metafísica pueda convertirse en un agente espiritual, de la nueva religión positiva de la humanidad, la ciencia, pese a que era partidario de "un régimen jerárquico", donde los sabios sean la guía de que "hagan imposible todo ejercicio despótico y parcial del poder", (Ibíd., p.45).
Fuente bibliográfica:
Eugenio Moya (1999). Comte: Discurso sobre el espíritu positivo. Discurso preliminar del Tratado filosófico de astronomía popular". Editorial biblioteca Nueva, Madrid, España.