Si Trump se hubiera puesto una pajita tras de oreja izquierda y le hubiera dicho a Biden, ¿a qué no me la quitas Joe?, ven hombre quítamela. Todavía en los Estados Unidos la gente se estaría riendo, aunque Biden le hubiera dicho, ¿y para qué "payaso"? Pero ver y oír esa tropelía que como necedades invadían el ambiente televisivo como un purgante de melodrama propio de Hollywood de por allá por el 2035, con Édgar Ramírez en acción convertido en el personaje del expresidente Trump.
Deja de ladrar hombre, le dijo Biden a Trump y, todos los perros del mundo ladraron, y el debate siguió que, parecía más bien, una pelea de dos borrachos sin nada que mostrar en cualquier taberna o bar pueblerino, a lo que Trump ripostó insoportable, con una cara de loco trasnochado además, "Déjame que te haga callar Joe". Y además agregó: "no uses la palabra "listo" conmigo" -vaya pasatiempo- de hombres que han vivido del poder.
El pueblo americano de los Estados Unidos amaneció más confundido de esos dos candidatos que desgraciadamente para su suerte son que, uno de ellos será su presidente, pareciera que ninguno de los dos estuviera apto en general para el cargo de presidente, aunque, Trump todavía es el presidente, tan odiado como el que más que alguna vez lo haya sido y, lo más triste para ese pueblo de los Estados Unidos, es que vendrán dos debates más, uno el el 15 y el otro 22 de octubre, un par de debates que pueden ser peores y tan bruscos como el primero, en que ninguno de los dos demostró sindéresis de experiencia política, bien obtusos por demás de acuerdo a sus edades.
Este primer debate fue un ritornelo de acusaciones de dos aspirantes incómodos a dejar de demostrar que son más de lo mismo, es decir, un fraude más de la apariencia que ninguno de ellos tiene para gobernar ese gran país que se balancea en una ruta sin destino cierto, a no ser que ambos estén oxidados de mostrar de lo capaces que son entre rudos de vencer, bien desnaturalizados por cierto.
Se atacaron los dos candidatos como dos toros bravos en una plaza española revertida de odio y no de premisas de pasar y demostrar lo que a futuro serían con más dignidad y, el presentador como torero terminó sin poderse llevar de la escena rabo y oreja lleno de gracia, lo que catapultó ese primer debate entre los contrincantes que, perdieron la compostura de aspirar a ser cuan atrevidos divertidos en conocimientos.
Tú Biden eres el títere de la "izquierda radical", se lo afirmó Trump y, quizás lo dijo, pensando en Maduro y, ¿el por qué no te callas de Biden? Trajo a Chávez al presente quizás, recordando al rey de España en alguna parte de América y, otra cosa Joe, lo clavó Trump, tú serías un presidente débil -¿en quién pensaría de los presidentes de Latinoamérica? ¿En quién? Quizás pensaría, sin gasolina y lleno de dificultades como está Venezuela, ante el crimen y la violencia y agregó: "No quieres decir nada sobre la ley y el orden".
Se destacó en ese primer debate que, el que sea más macho y mentiroso, entre los dos podrá ser el próximo presidente de los Estados Unidos y, ya el mundo sabe lo que le espera con Trump reelegido o con Biden como nuevo presidente. Estaremos de cama permanente con fiebre alta y ataques desmedidos por doquier. Es lo que nos espera.
La única verdad como conclusión que se puede sacar de la ofensiva siniestra de los dos por demostrar toda la verdad de lo que son capaces fue, cuando Biden calificó a Trump de "mentiroso" que, quedó como una consigna de ese atosigante debate. Y, además Trump que de perro no tiene nada, fue señalado por Biden como "racista" y cachorro de Putin. Emocionante por demás. ¿Qué dirán los chinos?
Ahora bien, cuál de los dos es más "payaso" que el otro, eso lo demostrará muchos años después, Édgar Ramírez. Así que pendientes y, mientras, a esperar.