Colombiano Vargas Llosa: gana Nóbel de Literatura

Hace poquísimas horas escribí sobre una encuesta realizada en México, para medir nivel de conocimiento, donde se les preguntó a diez personas si conocían o no al futbolista italiano Leonardo Da Vinci. Nueve dijeron que sí, lo que se tradujo en que un 90% desconocía completamente la verdad de que existió un famosísimo pintor o artista identificado como Leonardo Da Vinci, autor de “La última cena” y de “La Gioconda”, mejor conocida como la Mona Lisa. Seguramente, es una hipótesis, si les hubieran preguntado sobre quiénes eran los curas Hidalgo y Morelos, la mayoría hubiese respondido no tener conocimiento sobre los mismos. Eso no sería extraño, porque en una encuesta, hecha por amigos venezolanos en Monterrey sobre si conocían al subcomandante Marcos, casi todos los consultados respondieron que no, aunque muchas franelas con su rostro eran vendidas en las calles de esa ciudad mexicana. Eso tiene perdón de Dios y del hombre, si entendemos que el pueblo mexicano tiene muy poco acceso a la educación.

Lo insólito, lo aparentemente incomprensible, lo inaudito, lo terriblemente monstruoso, lo burguesmente injustificable, es que un hombre como Vicente Fox –rico, político y expresidente de México-, dictando una cátedra de política y de conocimiento en Estados Unidos, haya dado una muestra de ignorancia tan grande como una reafirmación de aquello que Marx expuso en el “Dieciocho Brumario” en relación al papel de la mediocridad en la historia. No fue un cualquiera, no fue una persona común y corriente de ese pueblo consultado sobre Leonardo Da Vinci, que convirtió a éste de pintor en futbolista por desconocimiento, sino que fue un hombre que durante seis años gobernó a la sociedad mexicana, dictó la política interna y la diplomática de México, el señor Vicente Fox, quien leyendo un discurso –utilizando un teléfono en sus manos- dijo al mundo que el colombiano Mario Vargas Llosa era Premio Nóbel de Literatura. En verdad, sería injusto decir que eso ha sido producto de la ignorancia del señor Vicente Fox. Es, en mi rústica manera de interpretarlo, un acto fallido de su conciencia; es decir, quiso decir una cosa y dijo otra. Freud explica mucho mejor que yo ese acto fallido.

Entiéndase que no estoy desmeritando al escritor Mario Vargas Llosa en relación con el Premio Nóbel de Literatura. Sin duda, Vargas Llosa, es un excelente literato que, lamentablemente, cuando incursiona en la opinión política –a mí entender- se resbala haciendo uso del método freudiano de analizar el fenómeno simplemente mirando el pozo desde arriba sin nunca intentar recurrir al método pavloviano de lanzarse al fondo para, desde allí, subir a la superficie investigando y haciendo anotaciones de las particularidades que sumadas  e interrelacionadas hacen a la globalidad.

Confundir a Mario Vargas Llosa con Gabriel García Márquez pudiera ser un error pasable en un discurso improvisado, incluso cometido hasta por una persona culta, quien inmediatamente rectificaría sin necesidad de solicitar que lo disculpe la audiencia. El señor Fox, eso no hizo ni siquiera por cuanto el errar fue triple al darle la nacionalidad al peruano que no la tiene y, además, otorgarle un Premio Nóbel de Literatura que aún no le ha sido concedido. ¡Disculpen!, porque hay un cuarto errar: negarle a Vargas Llosa la ciudadanía española, mientras que las nueve personas mexicanas consultadas sobre Leonardo Da Vinci simplemente, al desconocerlo, creyeron, influenciados por la encuestadora, que era un excelente futbolista italiano, debido a que no han tenido ningún acceso a la educación que debería ser una obligación del Estado garantizársela.

Si el errar, o mejor dicho el acto fallido, del señor Vicente Fox lo hubiese cometido, por ejemplo, Fidel, el escándalo hubiese recorrido en fracción de segundo no sólo la Tierra, sino también el Cielo, el Infierno, el Limbo y el Purgatorio, tratando demostrar que había perdido todas sus facultades mentales, que ya no era apto para seguir gobernando a los cubanos, que había entrado definitivamente en la decrepitud, y que humanamente era justificable que Dios le quitase la vida de una buena vez y para siempre ya que no ha sido posible lograrlo por medio de atentados terroristas. Así actúan los grandes medios burgueses de la comunicación.

Y si hubiese sido, por ejemplo, Chávez, ¡ay madre mía! ¿qué no hubiesen dicho? Tengan la seguridad que se hubieran afincado en demostrar que está loco de verdad, que es un fascista completamente ignorante y carente de todo conocimiento, que ese es el ejemplo de la formación ideológica que pretende imponer a los niños para conducirlos a la ignorancia total, que es imprescindible darle un golpe de Estado antes que comience a ejercer la Ley Habilitante, y un montón de cosas más. Así actúan los grandes medios burgueses de la comunicación.

Al errar, de la manera que lo hizo el señor Vicente Fox, los grandes medios de comunicación, obligados, lo comentaron sin prestarle ninguna importancia. ¡Bendito sea el Señor!



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Freddy Yépez


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