Los acontecimientos sociales y políticos que han sacudido en los últimos 4 años importantes ciudades y poblados de naciones como Ecuador, Brasil, Argentina, Perú, Chile y Colombia, requieren y nos exigen aproximaciones analíticas, de investigación, comparación e interpretación endógenas, que permitan captar, más allá de lo aparente y lo superficial, las acumuladas y profundas motivaciones que han alimentado esas movilizaciones de protestas/reclamos, en la mayoría de los casos caracterizados por la ausencia protagónica de partidos y activistas políticos reconocidos, audaces desafíos, asumiendo además graves riesgos ante poderosos, armados y represivos Gobiernos, Estados, sus Élites Políticas y Económicas usufructuarias/beneficiarias del control y administración del Poder Público.
Las deterioradas condiciones de vida, los altos niveles de desempleo, las modificaciones/reducciones de los anteriormente conquistados beneficios socio-económicos laborales y pensionarios, la reducción y/o suspensión de los sistemas públicos de seguridad social, la precarización de las condiciones laborales, los deterioros progresivos de los referentes monetarios nacionales, la presencia de graves y prolongados procesos inflacionarios, las especulaciones comerciales prevaleciendo en las dinámicas rutinarias de compras-ventas, la privatización y/o crecientes aumentos de los pagos por servicios públicos como la salud, educación, transporte, electricidad, agua potable, gas, telefonías, televisión, internet, gasolinas, gasoil/diesel, recolección de basuras, entre otros, marcan una tendencia que ha venido consolidándose desde las décadas de 1970 y 1980, con incrementos acelerados en estos últimos años del siglo XXI.
En medio de la agobiante, peligrosa y paralizante pandemia viral, la entrecruzada y destructiva recesión económica también mundial, se han hecho presentes y de manera muy activa los grandes grupos económicos/financieros internacionales, los Estados/Gobiernos que les sirven de soportes y bases de operaciones territoriales/corporativas, así como aquellos que les garantizan la aplicación de sus programas y políticas económicas fundamentadas en el extremismo liberal, orientados a reducir/mediatizar las responsabilidades económicas, sociales, políticas e institucionales de equilibrio, mediación y regulación institucional de los Estados/Gobiernos y sus administradores, dejando sin protección a las mayorías sociales de cada uno de los Estados Nacionales, donde han venido aplicando y desarrollando estos programas o paquetes de precarización de las condiciones de vida de las grandes mayorías sociales, aumentando de manera exponencial sus ganancias y la presión con exprimidos dolorosos y con las más variadas formas, contra las posibilidades de acceso al bienestar, así como las indispensables formas de vida sustentables de las mayorías sociales.
Los actuales procesos sociales y políticos que se desarrollan, con sus diferencias y similitudes, entre las mayorías sociales de Chile, Colombia y Perú, constituyen unos escenarios muy importantes y motivadores para emprender esas aproximaciones de estudios, análisis, comparaciones, comprensiones e interpretaciones desde perspectivas endógenas, capaces de superar los lentes, focos y modismos extremadamente europeos o norteamericanos. No estudiar estas dinámicas y esforzarse por comprenderlas, pueden convertirse en posturas políticas irresponsables. No se puede olvidar esa conocida expresión de alerta surgida de las experiencias históricas que afirma "cuando veas las bardas (cercados delimitadores de madera) de tu vecino arder, coloca las tuyas en remojo" para evitar que el fuego también las alcance.