La narcopolítica colombiana y la intervención gringa en el conflicto de Ucrania

Postrecitos de Huevos Chimbos

1.-El tráfico de la gasolina… El presidente Nicolás Maduro Moros llamó, en el V Congreso del Psuv y el IV de la Jpsuv, a combatir las mafias de la gasolina, sin embargo, los gánsteres del combustible del municipio Maracaibo, estado Zulia, no se rinden. Esta es la segunda vez en lo que va de 2022, que nuestro máximo líder de la revolución bolivariana exhorta a enfrentar a esas mafias que mantienen en caos permanente las estaciones de servicio.

Lo usuarios y usuarias tienen que hacer kilométricas colas para equipar el vehículo tanto en las gasolineras subsidiadas como las dolarizadas. En Zulia y su capital Maracaibo, actualmente en manos de la oposición terrorista, hay que hacer sentir la revolución, y una manera de demostrarlo es haciendo justicia, encarcelando a los gánsteres del tráfico de combustible. ¡Apoyemos al presidente Maduro en su combate contra la corrupción!

2.-#FreeAlexSaab… El imperio gringo anda desesperado a la caza de algún delincuente, que le sirva de chivo expiatorio para poder justificar la prisión de Alex Saab, con la firme intención de quebrantarle su dignidad y hacerlo declarar en contra del Gobierno revolucionario.

Los genocidas del norte cuentan con el apoyo de la canalla mediática internacional, pero tienen en contra que ya nadie les cree a los medios de comunicación social arrodillados a ellos, ni tampoco a los periodistas e influencers prepagos que se les venden por un puñado de dólares.

De allí que no pueden con la verdad y la razón que asiste al diplomático venezolano. El mundo entero sabe que el secuestro y posterior encarcelamiento de Saab, obedece a sus acostumbradas acciones criminales en el planeta.

3.- Se devela otra mentira de los gringos… "La agencia de noticias Associated Press (AP) reveló que las pruebas presentadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra el vicepresidente Sectorial de Economía, Tareck El Aissami, vinculándolo con el narcotráfico, son falsas", dice Venezolana de Televisión, porque la canalla mediática ahora se hace la desentendida en esa conspiración que mantienen en contra de la revolución bolivariana.

Acaban con la reputación de quien sea. No les importa, por el contrario, su objetivo es dañar la imagen de los camaradas en el Gobierno bolivariano. Cuando esa noticia fue divulgada la primera vez, ocupó grandes titulares en los medios de comunicación social, pero aclarada la situación la ignoran, precisamente, porque su trabajo consiste en hacer una campaña que beneficie a los gringos en detrimento de los altos funcionarios chavistas.

4.-Vean donde están los carteles de la droga… No se puede ser ingenuo en eso del narcotráfico y menos si EEUU a través de la DEA está metido en el ilegal negocio. Lo digo porque, después que el imperio norteamericano pidió en extradición al narcopana de Guaidó, el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, destituyó de inmediato a su ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, al conocerse denuncias sobre sus contactos con Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, un presunto narcotraficante detenido en Brasil.

¿Casualidad? No se trata de establecer acusaciones a priori, ni hacer señalamientos sin pruebas, pero en el mundo del tráfico de drogas nada es casual. Además, hay dos aspectos que dejan mucho que desear del mandatario paraguayo, primero, es un pillo de marca mayor, recordemos que buscaba, por debajo cuerda, un acuerdo con Guaidó para cancelar solamente 50 por ciento de una deuda con Venezuela de 290 millones de dólares, contraída por compra de petróleo, a cambio de apoyarlo en la mentira del "gobierno interino"; segundo, es tremendo arrastrado a los gringos. No más que el subpresidente de Colombia, Iván Duque, porque eso es algo imposible en el espectro planetario del servilismo gringo, pero se le aproxima, ¡y bastante!

5.-Una incógnita sobre Guaidó… Quién iba a creer que después de tres años de la autoproclamación del ladrón más grande de la oposición terrorista nacional, Juan Guaidó, sean los mismos opositores los que quieran execrarlo del mapa político venezolano.

Hace días, más de 100 mmgs de Voluntad Popular (VP) (término que Guaidó utiliza para referirse a los "cuatro gatos" que aún lo siguen), anunciaron que renunciaban a ese grupo de facinerosos argumentando, entre otras causas, que la decisión obedecía al desconocimiento e irrespeto de la dirección nacional de la organización terrorista a sus liderazgos, aunque, en realidad, Venezuela entera sabe que esa repentina iniciativa se debe a la indignación que les produce el robo en Citgo y Monómeros por parte del autoproclamado, quien se reparte el botín con un puñadito de ladrones y deja al resto por fuera.

De todos modos, a Guaidó aún le deben quedar por ahí algunos mmgs, y con el apoyo de los gringos y la canalla mediática experta en fake news, hacen la bulla suficiente para crear esos espejismos políticos que les permite mantener en vilo a los enajenados mentales que, incluso, todavía lo llaman presidente.

Pero sigamos a lo concreto. En esa turbulencia politiquera (no se puede llamar política a las acciones de esos bandidos), Primero Justicia (PJ), anuncia que se centrará en las elecciones presidenciales que se realizarán en 2024, cuando se cumple el período de Nicolás Maduro.

Y he aquí donde quiero llegar, porque la renuncia de los 100 mmgs de Guaidó también tiene que ver con las elecciones presidenciales. En esa tónica anda toda la oposición, tanto la terrorista como la que, aparentemente, decidió enrumbarse por el camino de la paz.

La experiencia de las megaelecciones del 21 de noviembre reconfirmó que la vía es electoral, que no es con guarimbas, intentos de magnicidios, de golpes de estado, de invasión, apoyando bandas delictivas en Caracas, sino democrática.

De allí que ya estudian la manera de participar en las elecciones presidenciales con el mismo Consejo Nacional Electoral, sobre el que aún no admiten que es sino el más, uno de los más honesto y transparentes del mundo.

No hablan de candidatos, aunque mirando el horizonte se ven unas cuantas cabezas asomadas, de cualquier manera, en el caso específico de Voluntad Popular uno se pregunta ¿Será Guaidó el candidato? Y ante esta interrogante, les dejo esta otra incógnita: ¿Estará en libertad para 2024? Ahí se las dejo.

6.- La narcopolítica colombiana… Recientemente el fiscal general de la República Bolivariana de Venezuela, Tarek William Saab, dio detalles de la continuación de la operación Mano de Hierro, en la que la FANB se incautó de 450 panelas de cocaína, en el fundo Los Bolos del sector Sabana Alta del estado Falcón, propiedad de Omar Hurtado.

Recordemos que Hurtado es señalado de ser el cabecilla de la mafia del narcotráfico que implicó a Keyrineth Fernández, exalcaldesa del municipio Jesús María Semprún de Zulia; la exdiputada Jeycar Pérez, la exdiputada Taína González y el concejal Jean Silva, entre otros.

En las declaraciones, el fiscal Saab dijo: "Esto contrasta con la impunidad que tienen los narcopolíticos en Colombia, y por eso yo me hago esta pregunta ¿cuántos son procesados, detenidos y mostrados a la comunidad nacional e internacional como los delincuentes que son? (…) Yo creo que Venezuela es uno de los pocos países en el mundo que golpea al narcotráfico de esta manera tan severa, a pesar de que no somos productores de coca".

Comparto esas aseveraciones de Saab. Y agrego, que si en Colombia combaten el narcotráfico desde sus comienzos, tal vez no la convierten en el narcoestado que es hoy. Si cuando Pablo Escobar Gaviria, jefe del Cartel de Medellín, incursiona como congresista en el senado santandereano lo apresan, le aplican la ley, quizás no fuera tan vergonzosa la política de ese país.

Pero no cortaron el problema comenzando y, aunque Escobar no llegó personalmente al Palacio de Nariño como Presidente, entró su pana burda Alvaro Uribe Vélez que, para colmo de males, se hizo uno de los cabecillas más fuertes del paramilitarismo colombiano.

Después, llegó Iván Duque con los votos comprados del narcotráfico a instancias de Uribe Vélez y, actualmente el país es gobernado por una mafia de narcoparacos que no quiere paz, sino guerra. Solamente en lo que va de 2022 han asesinado a seis de los firmantes de la paz en Cuba, según un tuit del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz de Colombia (Indepaz).

Aparte, como el mundo entero sabe, Duque y Uribe mantienen una matanza de líderes y lideresas sociales, defensores y defensoras de los derechos humanos, que ya están cansado de tanta violencia.

En cambio, en Venezuela el narcotráfico colombiano siempre se ha estrellado con la revolución bolivariana. Desde que "El Gigante" Chávez asumió el poder, en sus primeras acciones, al respecto, se trazó sacar a la DEA del país, consciente de que ese organismo gringo de supuesto combate a las drogas, muy por el contrario, era un cartel de carteles, es decir, el cartel que domina al resto de los carteles de la droga en el mundo, entre ellos, los colombianos.

7.-La intervención gringa en el conflicto con Ucrania… En el ejército de periodistas, influencers y politiqueros serviles a los gringos, que intentan dañar mediáticamente a Rusia por el conflicto en ucrania, no podían faltar los arrastrados de la oposición terrorista venezolana, como el ladrón Guaidó, quien señala al país euroasiático de invasor, porque eso es lo que buscan, sembrar en la opinión pública la idea de ocupación, asesinatos, sufrimiento, bombardeos, misiles, destrucción, bajas de civiles, para hacer ver al presidente Vladimir Putin como un criminal.

En esa dirección también lo hizo otro bandolero de la misma oposición violenta: Henrique Capriles Radonski, diciendo que "el gobierno de Rusia decidió robarle la paz a Ucrania y desestabilizar a un mundo en crisis. También se verá afectado el pueblo ruso. Atacar a otro país no hace fuerte a nadie, demuestra crueldad".

Y las transnacionales de la información dan todo el despliegue a este tipo de hampones, tanto en Venezuela como en el resto del mundo, que se tienen bien aprendida la receta que les imponen los gringos, para destruir a las naciones que no se les arrodillan.

Esos medios ocultan de manera velada que el objetivo del presidente Putin es proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev, sumiso a los asesinos del norte que llegan al colmo de pretender utilizar a Ucrania en contra de los rusos.

Existe un bombardeo de información subliminal, solapada, que hay que descifrar, por cuanto, aunque no mencionen directamente a los gringos, en el fondo encierra un mensaje que favorece los intereses de esos grandes genocidas.

Como dijo el filósofo Fernando Buen Abad, en un artículo publicado por Cubadebate hace 8 años titulado "La semiótica de la guerra", pero que, a propósito del conflicto de Ucrania, hoy en día está más vigente que nunca: "No hay palabra, gesto ni símbolo que no presente un frente de guerra o no sea, en sí, un ejercicio de belicismo psicológico. La inmensa mayoría de los "efectivos" simbólicos de la guerra mediática aparecen camuflados. Se requiere entrenamiento y experiencia defensiva para detectar en las frases, los giros idiomáticos, los gestos, los maquillajes, las corbatas, las sotanas o las bendiciones, el plan de contenidos ideológicos que se despliegan agudizados en situaciones de guerra".

Así que no podemos permitir que nos engañen, debemos dedicarnos a aprender, a desentrañar las noticias tendenciosas, manipuladas, descubrir lo que hay detrás de ellas, para no caer en las fauces de los norteamericanos que están metidos en todas las guerras que se originan en el mundo.

En cuanto al conflicto de Ucrania, la realidad es que Rusia no la quiere invadir, sino liberarla de los estadounidenses que la tiene ocupada a través del presidente Volodímir Oleksándrovich Zelenski, al que la canalla mediática quiere hacer ver como un héroe, como un justiciero, que lucha al lado de su pueblo, cuando es tremendo homicida, tremendo forajido.

De allí el ejército de periodistas, influencers y politiqueros serviles, atacando con fake news al presidente Putin.


 



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Gian Carlo Di Martino

Politólogo, profesor, abogado. Ex-Alcalde de Maracaibo. Cónsul de Venezuela en Milán - Italia.

 giancarlodimartino2017@gmail.com      @gcdimartino

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