A propósito de las guerras inducidas y construidas desde la OTAN en los últimos 42 años en el Medio Oriente, África, Europa, Asia y EuroAsia.
Girolamo Savonarola fue un Fraile de la Orden Católica de los Dominicos, quien desarrolló sus actividades de proselitismo religioso y político entre las dos últimas décadas del siglo XV. Nació en Ferrara el 21 de septiembre de 1452 y murió a los 46 años el 23 de mayo de 1498 en Florencia. Se le conoce como uno de los más agresivos y brutales inquisidores, llegando a conformar patrullas de fanatizados jóvenes y adolescentes con la finalidad de perseguir y torturar a las personas consideradas como homosexuales, prostitutas, pecadores y viciosos en general, en la ciudad italiana de Florencia y sus alrededores. Con sus discursos, fanatismo militante y profundos prejuicios éticos contra las más diversas manifestaciones artísticas, estéticas, literarias, técnicas, científicas, sensibles y culturales en general, que se desarrollaban como reacción/respuesta frente al absoluto control religioso medieval, que prevalecía desde varios siglos en esos espacios territoriales europeos entre 1480 y 1498, logró obtener el apoyo de las autoridades políticas y religiosas como el Papa Alejandro VI.
Su extremo y reaccionario fanatismo religioso, político, étnico y cultural lo llevó a contar con un importante poder en Florencia en la década de 1490. Es así, como a partir del 7 de febrero de 1497 comienza a realizar las denominadas "hogueras de la vanidades" en la Plaza Central de Florencia, donde se procedía a quemar libros y escritos en general, obras pictóricas, esculturas y cualquier obra u objeto que éste fanático religioso, las autoridades de la iglesia y sus numerosos seguidores, consideraran un peligro contra el predominio de la Fe Católica y contra el Poder de Dios ejercido en la Tierra por quienes desempeñaban los cargos derivados del Papado y en las Ciudades-Estados como Florencia. Esa militancia de fanatismo religioso extremo y sus capacidades en el manejo de multitudes desde el privilegiado y cautivador pulpito, le permitió acumular mucho poder y transmitir mucha subordinación por miedo, hasta el punto de enfrentarse, más adelante, a la propia jerarquía de la Iglesia Católica Romana, llegando hasta la temeridad de acusar al Poder ejercido desde Roma como similar a un monstruo abominable y la Iglesia Católica una gran prostituta.
Continúo haciendo uso de las hogueras como instrumento de purificación divina, donde también quemaban a muchos seres humanos acusados de herejes, pecadores y viciosos. Según sus propias afirmaciones, sus actuaciones y predicaciones estaban orientadas a construir un Estado Cristiano Libre de todo lo que él consideraba como vicios y pecados. Su conflicto de poder con las máximas autoridades de la Iglesia Católica Romana encabezadas por su antiguo promotor y protector, el Papa Alejandro VI, lo llevaron a ser sometido a un juicio, fue excomulgado y acusado de practicar la herejía y las enseñanzas sediciosas. Finalmente fue condenado a muerte en la Plaza Central de Florencia y luego su cuerpo fue quemado en las hogueras que tanto le gustaba promover contra los otros. Estas persecuciones extremistas contra las más diversas manifestaciones culturales practicadas desde esos siglos, como este caso particular representado por el Fraile Católico Dominico, Girolamo Savonarola, están orientadas a conservar el orden de las cosas y el poder terrenal, reaccionado con violencia mortal contra quienes buscan desarrollar legitimas, nuevas y variadas expresiones, creaciones y recreaciones de las posibilidades infinitas y universales de la Cultura Humana.
Es la misma época en que desarrollaron sus intensos trabajos creativos desde Florencia, muchos reconocidos creadores como Leonardo Da Vinci y Nicolás Maquiavelo, quienes también sufrieron diversas consecuencias por atreverse a desarrollar sus audaces actividades artísticas, inventivas, científicas, filosóficas, analíticas, burocráticas, poéticas y de pensadores con perspectivas autónomas frente a estos violentos frenos y controles establecidos. Las actividades fanáticas, extremistas y criminales de personajes del Poder Religioso y Político como Girolamo Savonarola, durante ese período de intensa actividad creativa en las más diversas construcciones culturales, conocida en la Historiografía Universal Occidental como el Renacimiento, evidencian como los detentadores de los poderes económicos, políticos, religiosos, militares, académicos, científicos, comunicacionales y geopolíticos, se aferran al control exclusivo de esos espacios de poder y construyen relatos con diversas narrativas y hasta "expresiones éticas", para evitar que otros también avancen y accedan a los privilegiados espacios del poder.
Estas manifestaciones de intolerancia extrema, excluyente, persecutorias y hasta criminales contra las expresiones culturales distintas y practicadas "por los otros, los miembros de la ajenidad con respecto a nosotros" no responden a simples prejuicios, sensibilidades o acciones emocionales. Están estrechamente relacionadas y motivadas por la necesidad de quienes ejercen y controlan, de manera privilegiada, el Poder y reaccionan (reaccionarios) de manera agresiva y violenta para intentar conservar (conservadurismo) sus posiciones sin aceptar compartirlas con otros aspirantes. Algo parecido ocurre actualmente con el disminuido y anacrónico Sistema Mundial o Internacional Unipolar dominado por las naciones anglosajonas de EEUU y Gran Bretaña, surgida desde las dos guerras internacionales imperialistas organizadas, iniciadas y perdidas por la Alemania Nazi entre 1914.1918 y 1939.1945.
Los venezolanos que vivimos estas agitadas décadas, ubicadas entre los siglos XX y XXI, somos víctimas, testigos y protagonistas excepcionales de profundos e irreversibles cambios nacionales, regionales y mundiales/globales. Ni los Savonarolas, ni los Pizarros, así como tampoco los nuevos sembradíos/cultivos y cosechas de Nazis OTANISTAS pueden detener estos arrolladores y profundos cambios culturales de enormes e impredecibles impactos históricos mundiales.