Las fichas están cayendo. Los alfiles no valen nada y la foto final se ha adelantado y en la misma siguen sin aparecer los que venían sobrados. Pensar que tantos inútiles fueran a caer juntos originados por las fuerzas del odio estadounidense, de verdad no los creímos capaces de llegar todos juntos hasta estos episodios.
Kevin McCarthy es republicano, era el "gran líder" en la cámara baja y ha sido destituido. Sus mismos compañeros de partido encabezados esta vez por su eterno enemigo Matt Gaetz han presentado una moción acusándolo de hacer concesiones a favor de los demócratas. Doscientos dieciséis votos han acabado cualquier salvavidas a favor de Jon Biden.
Esta votación ha hecho historia, nunca habían decidido algo de este tamaño. Quienes lo destituyeron están convencidos que es mejor el cierre definitivo del actual gobierno a ampliar por cuarenta y cinco días más un auxilio a una administración ya hundida. La fórmula es muy clara para Biden: un día más es un día menos.
La situación ha caído en una fosa tan delicada, que ni siquiera le han permitido, como le asiste el derecho y responsabilidad al ser él mismo presidente de la cámara, el encargado de nombrar a su sustituto, los mismos colegas lo han destituido. De nada han servido las reglas de la Cámara.
Secesión, guerra civil, los del Sur contra el Norte, armas, tiroteos, más de quinientas masacres en menos de diez meses del 2023, y todo en medio de una nación atiborrada de inmigrantes en el cual no existe ni viejo ni nuevo diálogo que logre resolver para millones de estadounidenses inconformes y encolerizados al menos una mediana solución. Acá está presente la ingobernabilidad de un presidente senil y sólo hasta en sus breves párrafos.
Como unos van contra otros, la venganza no se ha hecho esperar y el hijo del presidente, Hunter Biden, untado hasta los tuétanos de contratos con los ucranianos, aparte de poseer y dirigir una red de pornografía infantil y narcóticos, se ha declarado inocente frente a un tribunal el cual lo ha tildado de culpable en un juicio sin precedentes. Ya los hijos de Donald Trump han sido inhabilitados y ahora los grupos de poder van por el hijo de Biden. Ojo por ojo.
Por vez primera se abre un juicio contra el hijo de un presidente en funciones, queda procesado por mentir con respecto al excesivo consumo de drogas y por la compra de un revólver. Para impresionar ha arribado al juzgado escoltado por seis vehículos, y así escuchar los cargos que se le imputan. Como el hijo del presidente es un desastre entonces el tribunal le ha concedido autorización para movilizarse con un oficial de libertad condicional. Drogas, alcohol, armas y hasta la búsqueda de un empleo le van asegurando años de cárcel.
Finalmente llegamos al bueno para nada e inútil del Juan Guaido a quien la Corte de Delaware (EE.UU.) le ha estampado el inicio de un juicio nada más y nada menos que por el uso y abuso de recursos pertenecientes a PDVSA con los cuales se financió y obligó a varias empresas a que aceptaran bajo sus términos un refinanciamiento de sus deudas, esto ha traído como consecuencias pérdidas superiores a diecinueve millardos de dólares, es decir, diecinueve mil millones de dólares.
Ósea, Juan Guaido usó la gigantesca suma de diecinueve mil millones de dólares para él y su grupito. Ahora si lo vamos a ir reconociendo, pero con el Código Rojo Interpol estampado a solicitud de Venezuela y el cual le han concedido.
Para sus gastos personales, Guaido accedió a estos fondos y se autofinancia sin importarle los derechos que ha tenido CITGO sobre los dividendos corporativos. Esto ha entrampado a las autoridades estadounidenses, pues ahora no hay manera de reestructurar la deuda. Y la pregunta que queda en el aire es si los EE.UU. lo van a extraditar a Venezuela.
Para el año 2019, la situación era manejable, el Estado Venezolano podía con esa deuda, para ese entonces era muy pequeña y se respondía por ella. Pero con el auto traspaso de todos estos recursos a manos de Guaido y su camarilla todo se ha convertido en un verdadero desastre para la administración republicana a la que hoy le pasan factura los demócratas.
Por eso este final de fotografía ha quedado verdaderamente feo; la decisión de la Corte arroja una conclusión indeseada para el acusado: Guaido ha utilizado los dineros de CITGO para su beneficio propio. Es impresionante su forma de ser corrupto, decidiendo por PDVSA ha originado la paralización de los pagos de las deudas a cargo de Venezuela, pero como todo este enredo es el resultado de una farsa entonces ha pretendido tratar las deudas del país y las de PDVSA—CITGO como iguales, anunciando él mismo una reestructuración. Es decir, Guaido estafó al gobierno gringo. Otra pregunta: ¿Quién asesora a Guaido en esto?
Estamos en presencia de tres cadáveres cargando sus propias basuras. Tres pequeños políticos sin credibilidad alguna y con muchas facturas por cobrarles. Tres holgazanes engañando entre ellos a una Corte y al Senado. Tres actuaciones que han llegado a su fin para un muy mal final de fotografía.
Hasta más pronto…
Miguel A. Jaimes N.
https://www.geopoliticapetrolera.com
11 octubre 2023
Dr. Miguel A. Jaimes N.
Hasta más pronto...