Más allá de la memoria, Palestina : No Olvida

Mientras ejercitamos nuestra memoria, sería apropiado ejercitar también nuestra imaginación y predicción del futuro de la Paz Mundial.

El efecto causado por la agresión israelí ha ampliado el abismo entre el colonialismo y el mundo colonizado, y exacerba el odio racial que ahora se vuelve de manera convergente contra el mundo blanco.

En un artículo publicado por Al Jazeerael 17 de enero de 2024, Saul Takahashi, profesor de la Universidad de Osaka, Japón, afirma que la guerra contra Gaza será la tumba de la hegemonía occidental sobre el mundo: "Al apoyar las atrocidades de Israel en Gaza, Occidente arruinó lo que quedaba de su credibilidad y llevó la crisis del orden internacional regulado a un punto sin retorno".

Creo que Takahashi tiene razón: en todo el mundo se percibe a Israel como la avanzada del colonialismo occidental. Una parte de la comunidad judía, especialmente en la diáspora, es hoy perfectamente consciente de la inaceptabilidad de las mentiras israelíes. Israelism (2023), el documental de Eric Axelman y Sam Eilertse, dos cineastas judíos, muestra la mezcla de supremacismo y fanatismo etnoreligioso que ha tomado forma en la cultura israelí y en el evangelismo racistatrumpista norteamericano. Y muestra cómo la fusión entre el colonialismo secular y el fundamentalismo religioso ha producido efectos de agresión y opresión sistemática.

En todo el mundo se percibe a Israel como la avanzada del colonialismo occidental

Gaza se ha convertido en el núcleo de una revuelta ética de proporciones globales: el mundo blanco defiende agresivamente el sionismo genocida, pero se encuentra cada vez más aislado, asediado por un odio creciente, y también por la revuelta de los jóvenes, ante todos los estudiantes judíos estadounidenses.

El juicio que Sudáfrica abrió en La Haya contra las políticas israelíes denuncia un genocidio que está a la vista de todos: las acciones de Netanyahu y las palabras explícitas de muchos de los líderes políticos y militares de su país apuntan a la eliminación de toda una generación de palestinos.

Para miles de millones de personas en el planeta, el proceso de La Haya reactiva la memoria de lo que el colonialismo ha hecho y sigue haciendo ​​con la explotación, el extractivismo y el exterminio.

Además, parece que las palabras Free Palestine condensan el sentimiento predominante entre la generación emergente.

En manifestaciones públicas y en las redes sociales estas dos palabras se repiten mil millones de veces cada día.

Pero, ¿qué significa esta identificación de los jóvenes con Palestina? ¿Acaso Palestina ofrece una estrategia para el futuro con la que identificarse? No me lo parece. Quienes gritan en las calles o escriben "Palestina libre" en las redes sociales no se identifican con Hamás, ni con el islamismo, ni con el nacionalismo árabe o iraní.

Se identifican con la desesperación, con la ausencia de un futuro de los palestinos, aplastados por décadas de agresión y mentiras.

La revuelta ética contra el exterminio de civiles en Gaza coagula la desesperación de una generación que ya no ve salida al colapso geopolítico que la guerra está extendiendo, al colapso climático que no se quiere ni se puede detener, y a la desintegración de la civilización social provocada por el neoliberalismo.

Palestina quedó en el olvido, orbitando alrededor de una "gestión del conflicto", impuesta por Israel, en vez de gravitar en torno a la "resolución del conflicto", encabezada por Estados Unidos e Inglaterra en un problema de "baja intensidad", promovido por ellos .

Quedando relegado en el concierto internacional de la Organización Naciones Unidad ( ONU)



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Antonio J. Rodríguez L.


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