De un Artículo de Andrea Fischer1
A diferencia de lo que pensaba el escultor francés August Rodin, las Puertas del Infierno están en Turkmenistán. No son un par de bisagras colosales de hierro cuidadosamente trabajado, que dan paso al inframundo. E
n lugar de ello, se trata de unas fauces pronunciadas con 20 metros de profundidad que emiten llamas a las alturas, como un volcán en miniatura.Con 70 metros de diámetro, el Cráter Darvaza no es una formación geológica natural Ubicado en el corazón del Desierto Karakum, se abrió a causa de la actividad humana.
Ahora, representa un peligro para los intereses del país. Éste es el plan de las autoridades para extinguir sus llamas incansables.
Darvaza significa, literalmente, portal. Es una declinación de la palabra persa دروازه, que se trajo al turcomano contemporáneo como Derweze. Apareció en la década de los 70, mientras una compañía soviética taladraba el desierto en busca de depósitos de gas natural. Y vaya que los encontraron.
De hecho, las Puertas del Infierno de Turkmenistán es un cráter de gas natural en sí mismo, que se enciende al contacto con el oxígeno en la superficie terrestre.
Aunque ha despertado la curiosidad de científicos, exploradores y turistas por igual, las autoridades locales tienen muy claro su objetivo: las llamas deben de extinguirse de una vez por todas.
Gurbanguly Berdymukhamedov, no escatimó en plantear su objetivo en enero de 2022 a los medios globales:
"Estamos perdiendo valiosos recursos naturales de los que podríamos obtener ganancias significativas y utilizarlos para mejorar el bienestar de nuestra gente", dice Berdymukhamedov durante el programa, según Agence France-Presse (AFP).
A pesar de que las autoridades locales tienen claro qué quieren hacer, la decisión no ha sido bien recibida por la comunidad científica.
En especial porque, a raíz de las perforaciones realizadas por la Unión Soviética, es muy probable que otros cráteres similares se formen en esta provincia desértica.
Vista interior del Cráter Darvaza / Getty Images
Incluso a un año de la conferencia de prensa, documenta Smithsonian Magazine, no está claro si existe una solución viable para apagar las llamas de las Puertas del Infierno en Turkmenistán. Incluso quienes sí han bajado hasta las entrañas del cráter aseguran que las soluciones ‘aparentemente lógicas’ son inútiles.
El explorador George Kourounis comparte este punto de vista. Fue la primera persona en bajar al fondo del pozo, en noviembre de 2013.
Mientras buscaba recolectar muestras del suelo, encontró que el gas natural siempre busca maneras de salir a la superficie:
"Entonces, incluso si tuviera que extinguir el fuego y cubrirlo, existe la posibilidad de que el gas aún pueda salir a la superficie y todo lo que se necesitaría es una chispa para encenderlo nuevamente", explica el especialista.
Las llamas de las Puertas del Infierno en Turkmenistán han ardido por más de medio siglo. En ese espacio de tiempo, de acuerdo con las autoridades locales, el cráter recientemente se ha convertido en una amenaza para la salud humana y el medioambiente.
En especial, por las constantes emisiones de metano y otros gases nocivos para la atmósfera. Así como alguna vez los soviéticos taladraron el desierto para extraer gas natural, ahora las Puertas del Infierno podrían estar taladrando el ozono de Turkmenistán.
De la misma manera, se está transformando en un escape cada vez más grande de uno de los recursos naturales que sustentan la economía del país.
Mientras tanto, las llamas rugen.
NO SE DEBE SER DÉBIL,SI SE QUIERE SER LIBRE