Las relaciones internacionales son un elemento que siempre tienen importancia en el desarrollo de una política exterior estable. Esta relación debe estar fundamentada en el reconocimiento mutuo, el respeto a la identidad nacional, sus cultura e independencia para relacionarse con quien quiera y cuando quiera. El sistema político, económico y social de cada nación es asunto de la incumbencia de los habitantes de es nación y nada mas.
El desespero de algunos gobernantes de la región sur latina, por que se les de un reconocimiento a costa de ceder la autonomía y soberanía de sus países, por parte de la Europa acolita del imperio gringo, es muy dañino y humillante para sus pueblos. Lo expresado por Allan García (presidente de Perú) recientemente, donde manifiesta su preocupación por que los gobiernos Europeos no reconozcan sus esfuerzos de modernización, es la angustia de quien tiene una autoestima muy baja y requiere de premios y halagos de los que siempre los han explotado para que le digan que va bien. El abuso y falta de respeto de la señora canciller de Alemania hace poco, al referirse a Venezuela y su presidente legitimo, es la conducta típica de quienes se creen los designados por la providencia para juzgar y clasificar al mundo de acuerdo a su visión e intereses. Tal como éllos conciben las relaciones internacionales. Donde reconocen ser segundones sometidos a los designios del imperio norteamericano, así pretenden a una América latina a los pies de los Europeos saqueadores de materia prima.
Cuando la soberbia y la prepotencia han sido la conducta de una diplomacia impositiva, manipuladora y, se encuentran con gobernantes, pueblos irreverentes. Se enciende las alarmas de prevención de rotura del redil. Cualquier escenario mundial es bueno para blandir los arpones que deben herir a osado. No se puede permitir que un zambo o un indígena de menor valía racial, se atreva a enfrentar el orden establecido, constituido a sangre y fuego y que han llevado al mundo al caos elitescos provocado hasta hoy. Ya no solo el rey; cualquier fascista de raza aria y descendiente de los poderosos bárbaros, está facultado por herencia sanguinaria, a intentar detener y enfrentar a quien o quienes tengan el atrevimiento de rebelarse contra el orden mundial impuesto.
Ya no es el “¿por que no te callas?”, ahora se trata de decirle a los demás países del continente sur, que no se junten, ni traten a ese provocador, que hay que aislarlo y cerrarle cualquier intento por hablar o decir palabras hirientes, teledirigidas por verdades milenarias.
Esto es cuestión de élites y parte de pueblos cómplices, en contra de nuevas ideas y sentimientos de libertad irrenunciables. Ellos no están acostumbrados a que se les digan las verdades en el rostro, están acostumbrados a la hipocresía y al temor, decir lo que se siente y se piensa, es solo una prerrogativa de ellos ¿ como osas decirme tu sentir, so igualado? ¡Algo está pasando en la naturaleza! Los esclavos se rebelan ¡alarma en el mundo! Cuando digo de élites y parte de pueblos (aunque sean engañados) esos pueblos aportan los elementos necesarios( soldados y recursos) para que esa élite arremeta y mate a quienes se le enfrenten. Cuando las relaciones internacionales sirven para engañar y distorsionar la verdad, es necesario que se revisen
Este tema aunque suene repetitivo y trillado, es necesario decirlo hasta que cale en las conciencias de los pueblos humillados y sometidos. Por eso es que preocupa que se preocupen por lo que piensan o sienten los que nunca se han preocupado por nosotros, si no que nos miran con desprecio y desdén. Hagamos lo que tengamos que hacer para ser libres. Lo que digan o piensen los demás nos debe tener sin cuidado, pues ellos solo velan por sus intereses particulares. Seamos solidarios y generadores de rebeldía en el mundo, busquemos la unidad en torno a los interese colectivos de los pueblos del planeta. Las élites, solo son estorbo y atraso.
javiermonagasmaita@yahoo.es