Qué farsantes son estos gobernantes de Colombia y que asqueroso papel de marioneta el que jugo Ingrid Betancourt por haber sido parte de la asquerosa maniobra de esconder lo que había detrás de la llamada “exitosa” operación militar que la liberó junto a catorce secuestrados de la FARC a comienzos de julio pasado: haber disfrazado el comando de rescate como parte de una misión humanitaria coordinada por la Cruz Roja Internacional.
Recordemos que no solamente Uribe intento banalizar el hecho diciendo que eso ocurrió porque un soldado asustado optó por colocarse “un trapo con el emblema de la Cruz Roja, sin que nadie lo autorizara para que lo hiciera" y la Ingrid, por su parte, dijo una vez liberada y ya bien tranquila y apacible en su casa parisina, que ella no vio emblemas de ninguna organización internacional.
La humanidad toda está viendo algo inaudito, que creemos jamás ha ocurrido en el mundo con los emblemas de la Cruz Roja Internacional y, además, el de un medio de comunicación serio como lo es Telesur. Haberlos utilizado de forma impropia y perversa para el engaño no solamente demuestra que el tal rescate fue una farsa que, obviamente, tenía que resultar exitoso, pues los guerrilleros colombianos saben lo que significan dichas organizaciones, sobre todo la Cruz Roja como garante absoluta de los derechos de los ciudadanos del mundo frente a conflictos armados de cualquier tipo y signo.
¿Y ahora qué ocurrirá cuando de nuevo la Cruz Roja intente mediar en otras latitudes para proteger y salvar vidas? Quizás nadie le haga caso y resulten sus integrantes masacrados junto a los que proyectaban rescatar.
Es un delito muy grave el que ha cometido el gobierno de Colombia. Ha violado de modo flagrante los Convenios de Ginebra y por ello debe responder. Esos tratados, suscritos por la mayoría de los países del orbe en septiembre de 1.983, tipifican tal falta como “crimen de guerra”, por lo que veremos qué acciones habrán de tomar la ONU, la Comisión Internacional de Derechos Humanos y los órganos jurisdiccionales internacionales competentes para hacer justicia ante esta tamaña e imperdonable perfidia.
