El rumbo es hacia una fosa

Economía global bajo tormenta

La OPEP se da duro contra la realidad económica. La última reunión en Viena, en que el cartel acordó reducir 520 mil bdp, se comprende por el bajón sufrido del precio petrolero, gracias a la ralentización de la economía global, sin embargo tal reducción, aunque busca mantener el precio, no deja otra salida que la de la contracción del negocio.

Reducir la producción significa cerrar pozos, despedir personal, detener proyectos y adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. Hay que recordar que los sauditas fueron los que cedieron ante las solicitudes de Washington para que aumentara la producción, en meses anteriores, luego de que el precio petrolero cabalgaba sobre los US$ 140 pb, motivado al ataque especulativo de los capitales que huían del sector financiero, quebrado tras la crisis “subprime”, Arabia Saudita ahora logra la reducción.

La peligrosa subida vertiginosa del precio del crudo, atentaba contra sí mismo, porque la recesión económica reforzaría que diversos sectores económicos redujeran sus gastos en combustibles, situación que esperaron los especuladores para salir de inmediato de las posiciones largas en los contratos a futuro, de hecho así ocurrió.

La caída del precio puede seguirse experimentando, aunque la sorpesiva decisión del cartel petrolero, podría alentar a que los inversores vuelvan con mayor precaución a los papeles energéticos, que mantendría estable el crudo por un lapso mediano. Es bueno señalar que muchas entidades de inversión, alentaron a personas por todo el mundo a invertir en papeles petroleros, muchos ganaron, pero de seguro muchos más perdieron, es típico, del estallido de las crisis económicas, lo que sucedió con el petróleo pudiera compararse con el estallido de una burbuja financiera.

Ahora bien, el panorama del mercado es algo más difícil de apreciar, si bien el costo del petróleo como está actualmente permitirá que se reactiven algunos negocios, el estancamiento puede persistir, puesto que no hay capitales que calienten de manera general el ánimo a las inversiones, el temor ahora es mundial.

Señal de lo que se asegura anteriormente es que EEUU tuvo que nacionalizar las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, para que no se desate una hecatombe financiera que pondría al borde de una crisis económica más profunda a ese país y al resto del mundo. De hecho la decisión, por demás esta decir que ultra conservadora, ha sido vista con buenos ojos por inversores, banqueros y centros económicos importantes en el mundo, sobre todo en China, Japón y Rusia, el mercado se ha quedado seco de liquidez. De hecho continúan las inyecciones de capital de parte del BCE y la FED al sistema financiero para mantenerlo a flote.

¿Hasta cuando podrán los gobiernos de EEUU y la UE sostener las inyecciones de capital?, la intervención de las hipotecarias nacionalizadas exige que estas deglutan 200 mmd, sin contar que la deuda hipotecaria con que cargan estos “agujeros negros financieros” es de 5,3 billones de dólares. ¿Qué viene? No hay que confiar en la supuesta fortaleza del dólar o en su recuperación, las inyecciones de capital a los bancos y entes financieros que exige el mercado para no sucumbir, serán leña para una explosión inflacionaria.

¿Qué significan los dos razonamientos anteriores? Que la economía del mundo va directo a un foso, y el déficits de los presupuestos de los gobiernos es el siguiente paso, o serán las próximas noticias que llenarán los titulares de la prensa.

Cae el precio petrolero por recesión y se contrae su actividad, los países del norte que alimentan sus presupuestos con impuestos por la venta de combustibles a sus ciudadanos, se van a ver resentidos, el sistema financiero continúa demoliendo capitales, la noticia de la caída de Lehman Brothers en Wall Street, con pérdidas acentuadas en 41,5% en el tercer trimestre de 2008, es muestra de que la crisis financiera continúa. Hay que esperar a ver hasta cuando será sostenible esta situación, antes que se implementen nuevas y desconocidas medidas.


Inflación Venezolana

La inflación sigue avanzando en Venezuela, aunque le úlitmo reporte del BCV, detalló que agosto tuvo una inflación de 1,8%, una desaceleración del IPC desde los últimos tres meses que registraron 1,9% para julio y 2,4% para junio, durante el año hay un acumulado de 19,4%, mientras que el acumulado anual llega a 30,05%.

La inflación venezolana se debe a la escasez de productos alimenticios y resulta curioso que los sectores de esparcimiento y cultura, transporte y restaurantes y hoteles también pudieran considerarse como “escasos” o con una alta demanda, ya que los indicadores del BCV, señalan que estos fueron los sectores con mayor impacto en el IPC de agosto, hay que recordar que este mes es de vacaciones.

El sector alimentos con incremento en la demanda, es suplido casi en 70% desde el extranjero, lo que resulta no sólo una importación de productos, sino de precios afectados por la crisis económica mundial, a la que de alguna manera Venezuela se ha protegido con el control cambiario y la intervención del gobierno inactividades estratégicas de la economía, pero que sin embargo golpean a la economía, que junto a la escasez se generan escenarios propicios para la especulación.

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Alex Vallenilla


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