• Nota: El presente es parte de una serie de artículos.
• Parte I en www.aporrea.org/internacionales/a66307.html
• Parte II en www.aporrea.org/internacionales/a66491.html

En este articulo intento responder a la interrogante de lo que pienso acerca de la candidatura de Obama. ¿Es Obama realmente un agente de cambio, o representa a la izquierda del partido demócrata? Respondo un poco en broma parafraseando a un cómico de Venezuela: “Ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario” o medio en serio repitiendo la sabiduría popular “En tierra de ciegos el tuerto es un rey”. Ante la incapacidad de la izquierda en los Estados Unidos de proyectarse como una verdadera alternativa electoral, en parte por sus propios errores, en mayor medida por la falta de recursos y el cerco mediático, y ante el fracaso de la candidatura del congresista Kucinchi durante las elecciones primaria no hay duda de que Obama es el menor de los males.

En artículos anteriores nos referíamos a las carencias y debilidades del partido demócrata, pero aun a pesar de las mismas me parece que en medio de las circunstancias tan peligrosas a nivel político, económico y diplomático en las que nos ha tocado vivir creo que es mejor que Obama gane las elecciones, y soy de los que cree que así va a ser. En  un  próximo y último artículo de esta serie presentare un análisis del mapa electoral de cara a las elecciones del próximo 04 de Noviembre.

Soy de la opinión que en una posible administración Obama la izquierda demócrata pudiera tener algún espacio y los movimientos progresistas alguna posibilidad de influencia, bajo los ocho anos de la administración Bush, la derecha económica, ideológica y religiosa a dominado la agenda de la Casa Blanca, aun los mismos republicanos moderados se han quejado que no se les ha oído y se les ha alineado de la mesa de decisiones, el poder ejecutivo, dirigido por el vicepresidente Dick Cheney se encargo de encrestar en los puestos mas importantes de la administración a los representantes de el ala mas conservadora y radical que existe en la política estadounidense. La sola posibilidad de una administración Maccain-Palin, nos pone a muchos a temblar al pensar el rumbo en que podría llevarnos a todos en este hemisferio y en el mundo entero, la continuación de la locura de una política internacional de guerra donde lo inimaginable pudiera pasar. 
 
Otro aspecto positivo de la candidatura de Obama hay que mirarlo en el contexto de la historia de discriminación racial en los Estados Unidos, en un país donde hasta hace apenas unas décadas las personas de color eran consideradas ciudadanos de segunda clase, y las mujeres no tenían el derecho a votar, la posibilidad de elegir a un presidente negro, y la imagen de dos niñas negras jugando en los jardines de la Casa Blanca es un simbolismo histórico y político inimaginable en décadas pasadas, nunca antes desde John F. Kennedy en 1962 había candidato alguno logrado movilizar a millones de personas, antes apáticas a los procesos electorales a participar activamente, especialmente entre los afro americanos, latinos y jóvenes. Es bueno hacer memoria histórica del fallido intento de Jesse Jackson por conquistar la candidatura demócrata a la presidencia en 1984.

¿Representa entonces Obama un cambio radical? ¿Estamos ante el principio del fin del imperialismo de estado? La respuesta a estas preguntas es relativa. Obama como miembro de la Asamblea del estado de Illinois, fue muy progresista en asuntos de educación, trabajo, salud y otros temas, en su corto paso por el senado de los Estados Unidos mostró ser uno de los senadores mas liberales en sus votos y pronto se gano el respeto de otros senadores (entiéndase el significado dentro del contexto político estadounidense, donde es ya toda una hazaña lograr ser parte del club selecto de los 100 que dirigen los destinos de este país). La carrera política de Obama, tomo a muchos por sorpresa, prácticamente de ser un desconocido esta a un paso de hacer historia en el mundo de la política. Al inicio de las primarias demócratas cuando el cuadro electoral estaba representado por nueve precandidatos, éramos muy pocos los que le dábamos alguna posibilidad a Obama de conquistar la candidatura, aun mas cuando esto significaba enfrentarse y derrotar a la maquinaria de la familia Clinton. Al ganar las primarias los demócratas pedían a gritos una mancuerna Obama-Clinton para presentarse a la elección general con una candidatura blindada y acorazada, Obama mostró su criterio propio, y el deseo de ser el líder indiscutible que dirija el partido demócrata, al dejar a Hillary Clinton en el banco de la espera y optar por Joe Biden como su compañero de formula. En otras palabras si llegaba a la Casa Blanca quería hacerlo por meritos propios sin la sombra de los Clinton opacando su liderazgo.
 

A diferencia con lo que ocurría tradicionalmente en Venezuela con la alternancia en el poder de los partidos social cristiano y social demócrata, donde se comenzaba de nuevo cada cinco anos, pues no había una política de continuidad de estado, tanto en lo interno como en la política exterior, en los Estados Unidos, las políticas de estado están claramente definidas, independientemente de quien este en el poder. Me refiero como políticas de estado a la preservación de la hegemonía militar, política y comercial de los Estados Unidos, y a la defensa de los intereses del mismo en cualquier parte del mundo. No es de esperarse que con la llegada de Obama sea el fin del imperialismo estadounidense como lo conocemos. Cambiaran algunos puestos claves en el departamento de estado (mis olfato político me dice que el gobernador latino de Nuevo México, Bill Richardson, se perfila como el mas fuerte candidato a ser el Secretario de Estado, y no me sorprendería el nombramiento del republicano Collin Powell como secretario de defensa, o consejero de seguridad). Pero los que ejecutan las políticas de este departamento tanto en su central en Washington DC como en todas las embajadas del mundo, son miles de funcionarios de carrera que han servido y sirven a administraciones republicanas y demócratas indistintamente, aparte de todo el aparato militar que dirigen desde el Pentágono los halcones de la guerra.

Una victoria de Obama habré la posibilidad de un entendimiento a que el mundo ha cambiado y que el liderazgo de los Estados Unidos esta seriamente cuestionado en el mundo, especialmente por el desastre de la guerra contra Irak, el reconocimiento que la doctrina Monroe es asunto del pasado y de que América Latina ya no es el patrio trasero de Estados Unidos, la posibilidad que en que cualquier acercamiento diplomático debe reconocer la autodeterminación de los pueblos, y la aceptación de diálogos entre iguales, y que los pueblos de América Latina han decidido con unas cuantas excepciones que es el momento de la izquierda para gobernar. No voy a poner mi credibilidad política en que esto se cumplirá totalmente, enfatizo en que es una muy buena posibilidad. Concluyó recordando que en gran parte la orientación de una presidencia de Obama dependerá en gran medida de la presión que la izquierda demócrata y los movimientos progresistas desde las bases ejerzan sobre el mismo; de no responder Obama a las demandas básicas de estos últimos,  me parece que el desencanto y la frustración pueden ser elementos para que un sector importante de la población pierda la confianza en los demócratas, y al mismo tiempo en el bipartidismo, y se abra la posibilidad a nuevos caminos, a nuevos liderazgos, guardando las distancias me parece que Hugo Chávez y Venezuela es un buen espejo para los norteamericanos.

Continuare con un último 4to artículo.

Ricardo Moreno
rvenezolano@yahoo.com
Presidente de la Asociación Simón Bolívar de Los Angeles, California.
Co-Conductor “Nuestra Voz” Radio Pacifica 90.7 FM.