Plan Bolonia: la Universidad tóxica

Para el capitalismo todo es mercancía, todo es negocio: la vida, la muerte, la virtud y el vicio, la salud y la enfermedad. Mucho estaban tardando en asaltar un sistema universitario que, encima, permite que cierto número de hijos de los trabajadores -por reducido que sea- tenga acceso a una formación superior y puedan competir por los mismos puestos de trabajo que los hijos de los capitalistas. Para ese saqueo se puso en marcha el llamado Plan Bolonia.

Lo que el Estado capitalista español pone en marcha, subiéndose en el barco -corsario- de Bolonia es la sustitución de Diplomatura y Licenciatura por Grado y Máster. El Grado no es otra cosa que lo que hasta ahora era la FP, aunque con 4 años y 240 créditos. De estos 60 serán de formación básica, 60 directamente en práctica en empresa (por supuesto no pagadas), y entre 6 y 30 para el trabajo de fin de grado. De esta forma quedan tan sólo 90 créditos (año y medio) de formación relacionada con la titulación.

Las atribuciones profesionales que actualmente se garantizan con las Licenciaturas y Diplomaturas desaparecen. De modo que vamos a tener arquitectos que no pueden firmar proyectos o licenciados en derecho que no pueden ejercer de abogados. El título no servirá de nada: un simple graduado en una “formación general”, dirigida a la creación de una bolsa de trabajadores precarios y dóciles, en tanto no se “especialicen” con el Postgrado.

Un Postgrado queda reservado para los pocos que puedan pagar precios entre tres y seis veces por encima de los actuales. Pero el estado “democrático” burgués tiene la “solución”: las becas serán sustituidas por las becas-préstamo, de forma que el estudiante se hipoteque a cuenta del salario que cobre al salir de la Universidad. Negocio redondo, o sea. Y al servicio de ese negocio, como empleados de las grandes corporaciones capitalistas, implantan el Plan Bolonia los correspondientes gobiernos europeos.

Eso sí, se sobrecargan las horas lectivas de forma que aquellos estudiantes que necesiten trabajar les será imposible compaginar los estudios con el trabajo. Si ya es clasista, la Universidad va a serlo ahora mucho más.

Pero lo peor es que quién evalúa y determina los planes de estudio de las distintas titulaciones Grados será la llamada Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), un organismo no universitario donde se encuentran representados los grandes capitalistas de forma directa. Tienen razón los universitarios cuando denuncian que se pretende reducir la Universidad a mero centro de adiestramiento para el ejército de reserva de mano de obra barata de las grandes corporaciones capitalistas. Y que las carreras humanísticas -criadero de rojos- están llamadas a desaparecer.

Y para defender esa timba, los gobiernos de la “democrática” Europa están dispuestos a sacar a la calle toda la artillería represiva contra las protestas estudiantiles, especialmente alarmados de que puedan desbordar ese ámbito al calor -o más bien al frío- del deterioro que en las condiciones de vida de la mayoría está generando la crisis del imperialismo.

Este gran negocio no deja de ser un “activo tóxico” a medio y largo plazo, bajando drásticamente el nivel de una formación universitaria que no estará regida por los principios de la ciencia y el conocimiento. Para un país como Canarias, cuyo futuro depende en lo fundamental de la capacidad de su propia gente, estamos hablando de una auténtica catástrofe.

(*) Teodoro Santana es militante del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)

independenciaysocialismo@hotmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1818 veces.



Teodoro Santana


Visite el perfil de Teodoro Santana Hernández para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Teodoro Santana Hernández

Teodoro Santana Hernández

Más artículos de este autor