Cuando Telesur muestra el avión que trasladaba al Presidente Zelaya de Honduras, e informa que el avión y los pilotos de dicha nave eran venezolanos, no me quedó más que reflexionar profundamente sobre el rol de nuestra revolución en América Latina y el mundo. Es cierto que nuestra revolución a lo interno del país ha cometido y sigue cometiendo errores tácticos, sobre ello he reflexionado en otros escritos en Aporrea, pero en éste momento no deseo ahondar en ellos, sólo referirlos para darnos cuenta que no somos perfectos, que estamos llenos de caminos empedrados y muchas veces minados de seudocuadros políticos que poco aportan al gran compromiso que hemos asumido con nuestro pueblo y aún más con los pueblos hermanos.
Pero lo que no hay duda es que en Venezuela aún sigue germinándose Libertadores. Es nuestro pueblo, el único en el mundo, que en armas, ha salido de sus fronteras para liberar a otros países, es nuestro pueblo el único que en armas ha retornado a sus fronteras sin haber saqueado a otras tierras y robado sus riquezas para hacerlas suyas, somos el único pueblo digno en el mundo de merecer el título de pueblo Libertador, y eso lo acabamos de reafirmar al haber facilitado nuestra aeronave para devolver al legítimo y legal presidente de Honduras, poniendo al frente a venezolanos que a riesgo de su vida se han entregado a la lucha del pueblo hondureño para ratificar la profunda idiosincrasia democrática de nuestra patria.
Es inminente la extensión del conflicto en Honduras y será sólo el pueblo hondureño quien resuelva sus asuntos internos, no deseamos que sea por la vía armada, pero los pueblos tienen sus límites, y si esto se posterga en el tiempo y las acciones de la comunidad internacional fracasan, será el pueblo hondureño en armas quien pueda resolver lo que con las armas impuso el “trucutismo esquizofrénico” hondureño y latinoamericano, y será el pueblo latinoamericano quien acompañe este proceso. Pero más aún, estoy seguro, será el glorioso ejército venezolano quien dé otro paso al frente para acompañar al restablecimiento del orden en Honduras, sólo si el pueblo Hondureño solicita su apoyo. Somos un pueblo Libertador, y esa condición histórico no podrá evitarla ningún “trucutismo neoderechista”.
Debemos apoyar de manera incondicional a nuestros reporteros Libertadores, a nuestro ejército Libertador y a nuestro Presidente Libertador ante la lucha de los pueblos de América por su verdadera independencia, El “bushismo” tiene secuestrado a Obama, pero no tiene secuestrado al honor de nuestros pueblos.
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