Ya son cerca de cuatro meses que la fuerza movilizada del pueblo catracho, con el símbolo civilista y democrático del presidente José Manuel Zelaya Rosales, esta en ofensiva contra la dictadura oligárquico-burguesa-imperialista en la República de Honduras, sin que haya sido posible, POR AHORA, el triunfo popular y la restitución en el ejercicio del gobierno, a quien el pueblo soberano hondureño escogió como su presidente constitucional.
El balance preliminar en términos de pérdidas de vidas humanas, daños materiales, desempleo, empobrecimiento de la población, presos, heridos, lesionados y expatriados, no tiene la trágica dimensión de las guerras civiles de Centroamérica en los años 70’s y 80’s del siglo pasado, pero no deja de ser un elevado precio humano y social que mide el grado generalizado de la represión de la dictadura y de su decisión de evitar, a toda costa, su derrota, apelando a su sanguinario aparato armado y sus instrumentos de control social y sometimiento ideológico (partidos, iglesias, medios de desinformación).
Hasta el momento, los dos bloques sociopolíticos en pugna, no reflejan fracturas importantes que debiliten sus fuerzas frente al contrario. En el campo de la dictadura, desde un primer momento se oyen, aunque sin mayores ecos, voces disidentes con diversos pronunciamientos individuales y grupales, que le piden a la dictadura Romeo Vásquez-Micheletti, que busque una salida a la presente crisis, incluso, aceptando -con condiciones -, la reinstalación de Manuel Zelaya en la presidencia de la República de Honduras. Por el contrario, en el campo de las fuerzas democráticas y progresistas que rodean al presidente Zelaya, crecen y se fortalecen las voluntades de lucha, unificadas alrededor del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado, aún cuando la operatividad de tales fuerzas no alcancen, permanentemente, los niveles de participación y confrontación pacífica de los primeros días.
Como se pueden medir hoy los resultados populares de esta contienda que enfrenta claramente las fuerzas del cambio histórico hacia la soberanía, la paz, la democracia, la Justicia y el Bienestar Social, con las fuerzas dictatoriales que sirven a la perpetuación del dominio imperialista sobre la República de Honduras?.
EN HONDURAS, YA HAY VICTORIAS, porque quienes conozcan la “dictadura perfecta” que el imperialismo y sus secuaces internos le han impuesto al pueblo de Morazán, sea con las bayonetas o mediante sus viejos partidos oligárquicos, sabrán que, nunca como ahora, el movimiento popular catracho rebasó los límites de lo reivindicativo y avanzó tanto sobre una propuesta popular, democrática, morazanista, al servicio de las mayorías, como hoy se experimenta en la República de Honduras; todo lo cual constituye, la mayor victoria alcanzada por los hondureños en este inconcluso proceso político.
EN HONDURAS HAY VICTORIAS, porque contrario a los cálculos de la dictadura y sus mentores norteamericanos e israelíes; el Frente Nacional Contra el Golpe de Estado ha sido capaz de convertirse en una dirección colectiva, con un liderazgo legitimado por los factores políticos y de los movimientos sociales que participan en la revuelta popular, que permite galvanizar las fuerzas del pueblo en resistencia, hacia la ofensiva democrática que derrote la dictadura y cualquier maniobra seudo-democrática dirigida a darle continuidad, con “legitimidad” electoral y “bendición” de los viejos instrumentos del neocolonialismo norteamericano.
EN HONDURAS HAY VICTORIAS porque, partiendo de las contradicciones abiertas en el seno de la cúpula del viejo Partido Liberal, se ha podido construir en las calles, los centros de trabajo y estudio y en los partidos y movimientos sociales, una nueva vigora corriente histórica nacional, democrática y popular que en su accionar, ha superado las consignas de la reivindicación política de un presidente derrocado por la fuerza de las armas, para abrazar, definitivamente, un proyecto de soberanía popular que reclama, cualquiera sea las salidas a la crisis, la convocatoria del pueblo a una Asamblea Nacional Constituyente que reorganice los Poderes del Estado, profundice la democracia, garantice los derechos del pueblo, de los ciudadanos y las ciudadanas, construyendo una nueva legalidad que este al servicio de la felicidad del pueblo.
EN HONDURAS HAY VICTORIAS, porque finalmente, la anterior placidez de un país invadido desde hace mas de 50 años por el Ejército de los Estados Unidos, con una oligarquía contrabandista, maquiladora, comerciante de comida rápida y reproductora del mundo de la desinformación y la transculturización imperialista, ha sido sacudida por una revuelta en la conciencia y en la práctica política del pueblo que, no dudemos, se mantendrá en rebeldía hasta alcanzar su objetivo supremo, que no es otro, que construir la nueva República de la Libertad, La Justicia y el Bienestar del Pueblo, como la soñó el general Francisco Morazán.
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