Prohibido hacer humor televisivo en Venezuela

Respuesta para Yajaira González

No puedo expresar más que apoyo a las palabras de quien fuera autora de los "sketches" y personajes más exitosos de la última época dorada de la hoy cuasi difunta "Radio Rochela", sumergida hasta la cabeza en la mediocridad de lo que quedó de RCTV. No he olvidado el lunes fatal en que decidí dejar de ver ese espacio, cuando fue arruinada inmisericordemente una excelente parodia de Saddam Hussein hecha por el barítono y actor humorístico Cayito Aponte por un libretista que decidió que el obeso actor Napoléon Rivero interviniera haciendo el papel de una niña. Consideré aquello, como la conclusión de un proceso de vulgarización del espacio que había sido preferido mio desde la niñez y decano del humor televisivo.

Anteriormente, la retrógrada y estúpida Junta Directiva de Venevisión le había dado un golpe mortal al canal eliminando "Cheverísimo" cuyos actrices y actores intentaron levantarlo luego de la muerte de Jorge Tuero. Fue así como los venezolanos nos quedamos sin humor durante algunos años. Pero, en la VTV que dirigió Blanca Eekhout, llegaron dos programas que revivieron por un momento las "glorias rocheleras" sobre todo con la presencia de veteranos del espacio de Don Tito Martínez del Box. Sin embargo, la Sra. Eekhout, de quien se dijo que es un personaje atrabiliario y poco dado al humor, inició la transformación que convirtió a VTV en una televisora informativa que aún arrastra serias deficiencias como vocera del Estado y negadora de las irregularidades que ahogan al Proceso Bolivariano a diario.

Se creó entonces la cultura de la "falta de humor" que se manifiesta, por ejemplo, cuando Ud. abre la página del Diario VEA y ve la caricatura de ocasión con la imagen del guerrillero más admirado por el dibujante o burlándose de los disociados del otro lado, pero sin una pizca de autocrítica. Nada del humor al que nos tenía acostumbrados el genial Omar Cruz en "El Camaleón", suplemento humorístico que en los últimos días de su fundador, Graterolacho, se convirtió en un rosario de burlas y ofensas en contra del Presidente Chávez. En Venevisión han tratado de revivir el espíritu humorístico y ni con personajes amanerados, han logrado que los soporte más allá de unos segundos. Ninguna televisora privada regional, que yo sepa (y todas tienen problemas atrayendo audiencia) ha querido siquiera hacer el intento. Es mejor comprar programas enlatados y mandar la Ley RESORTE, un instrumento legal que ahora se considera una caricatura y una mamarrachada, al mismísimo olvido.

De este y otros temas vinculados a nuestra televisión, hoy en desgracia, hablaba con el actor humorístico Simón García hace algo más de un mes, cuando él, una comerciante y yo concluimos que en Colombia, nación que careció en un pasado de telenovelas y programas de humor de la altura de los nuestros, ahora se hacen espacios de buena factura, mientras que Venezuela es el hazmerreir de la televisión comercial. Pero eso es más cierto con CARACOL, llamado "Paracol" por algunos "chavistas" que no son capaces de tener un criterio imparcial. Quien haya visto ese canal colombiano via Internet en su versión nacional o internacional, por otros medios, se habrá dado cuenta de que su línea es mucho más imparcial que la de sus pares colombianos o venezolanos. Pero más importante aún: porque ese canal sabe hacer humor político sin ofender, algo que olvidaron en RCTV o Venevisión. Ahí tenemos los principales espacios de humor como "Sábados Felices" y "El Noticiero NPY con los reencauchados", mejores que soportar "Isla Presidencial" que en eso difiero de Yajaira González, excepto en su opinión de aquel programa que se pretendió hacer en TVes, suspendido por algo tan insólito como dos hombres que hacían de mujer, algo que tendría que exigirle a Lil Rodríguez que aclare. En su día, se acusó a semejante criterio de "talibán", con razones más que sobradas.

Quiero cerrar esta larga reflexión sobre nuestra decadencia televisiva, refutando eso de que seamos alemanes por carecer de programas de humor. Puede que se desate una tormenta y me caigan a pedrada limpia, pero no hay que irse tan lejos: ya que el Presidente es tan admirador de la Revolución Cubana, yo quiero entonces que me digan que programa de humor tienen las televisoras oficiales cubanas. ¿Que alguien se burle del Comandante Fidel Castro y de su hermano Raúl?. Santo Dios, ¡que anatema!. Bueno, pues vamos por el mismo camino, sabrá Dios si por culpa de algún jalamecate de los que hay en las televisoras estatales, pretendiendo pasar esa política por oficial.

Pero mientras tanto, cada vez que me canse de la "información oficial" y del "globoveneno" de las demás televisoras, me sentaré a ver el canal CARACOL hasta que haya alguien que demuestre aquí que sabe hacer una televisión para entretenerse.


(*)Ingeniero Electrónico

rj1962@cantv.ne


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Roberto Arenas(*)


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