Apreciado compatriota,
disculpe que lo distraiga de sus ocupaciones habituales y en las que
seguramente no estarán excluidas sus nobles preocupaciones por el país,
para plantearle lo siguiente: hará como dos o tres meses Mario Silva
transmitió en su programa La hojilla un extraordinario documental de
Machael Moor en el cual este famoso cineasta estadounidense expone con
una crudeza y una fidelidad impresionantes, las horrendas lacras y miserias
humanas del capitalismo y, de manera especial, del capitalismo norteamericano.
En ese documental se dicen y se muestran cosas que si no fuera porque
uno las estuvo viendo y oyendo dudaría que tales aberraciones pudieran
ser ciertas; se pondría en duda de igual modo que es imposible que
al ser humano se le pueda ultrajar de la manera tan vil, tan bárbara
y cobarde como en esa maldita nación del norte, verdadero engendro
del demonio, se le ultraja, se le ofende, se le humilla y se le atropella.
En torno de esto,
no resisto la tentación de relatar la siguiente anécdota, pues indica
a la perfección hasta donde, en la comisión de delitos, son capaces
de llegar las clases dominantes de los Estados Unidos. El protagonista
de esta anécdota fue John Kerry, esposo de la dueña de las industrias
Heinz, procesadora de alimentos, y ex-candidato a la presidencia de
los Estados Unidos durante la campaña electoral que llevaría a Bush
a su segunda presidencia.
Se en encontraba este infame
sujeto en Vietnam al frente de una patrulla del ejecito de su país
en busca de lo que fuera para destruirlo. Era de noche, y el silencio
de la selva sólo era interrumpido por el concierto de la fauna silvestre
que, sin presentir lo que se avecinaba, continuaba cantando desprevenida
su polifónica melodía. Estos asesinos estuvieron caminando varios
minutos por la espesura, hasta que de pronto se encontraron con una
humilde aldea de campesinos. Todos los habitantes de este caserío,
mujeres, niños, ancianos, dormían plácidamente. Al verlo, Kerry se
detuvo un rato para evaluar bien la situación. Después de haberlo
hecho y comprobado que no había guerrilleros por los alrededores, ordenó
disparar con todo lo que tenían, ametralladoras, fusiles, granada de
mano, granadas autopropulsadas, convirtiendo aquel tranquilo lugar en
un verdadero infierno de llamas y de gritos de terror.
Kerry permaneció
impasible, esperando que las llamas terminaran de consumir lo que hubiera
podido quedar en pie. Después, se acercaron al sitio para constatar
los resultados de su épica hazaña. Removieron escombros, apartaron
obstáculos, se pusieron a contar las bajas ocasionadas a aquel peligroso
enemigo, hasta que finalmente dieron con un par de ancianos que, abrazados,
agonizaban como consecuencia de las graves heridas recibidas. Al verlos,
la reacción no fue la de apelar por el botiquín de primeros auxilios,
como hubiera hecho cualquier ser humano normal. La cuestión era que
aquella pandilla de facinerosos no estaba integrada por seres humanos
sino por bestias apocalípticas sedientas de sangre. De allí que lo
que hicieron fue todo lo contrario. Un sargento sacó su cuchillo que
no tuvo tiempo de utilizar, porque Kerry, tan pronto se lo vio, se lo
arrebató diciendo: estos cerdos son míos y, dirigiéndose a los ancianos,
los degolló.
Este Kerry no está en la cárcel
pagado su crimen sino en el Congreso de los Estados Unidos, guarida
de asesinos, de narcotraficantes, ladrones y terroristas, en fin, de
representantes de toda la amplia gama del delito.
Desde que supimos esto, no sé porque, pero cuando veo un frasco de salsa de tomate Heinz me parece estar viendo una botella de sangre humana.
Pero bueno, a lo que
iba. Se trata de pedirle al canal 8 la reposición de ese documental,
y nadie mejor que usted para hacerlo. Pero que lo haga el canal no como
Mario Silva lo hizo, sin anuncio previo, lo que impidió que quién
sabe cuántas personas, aparte de mí, que apenas pude ver un trozo,
se quedarían sin poderlo ver o lo vieran, como ocurrió conmigo, repito,
sólo parcialmente. Al respecto, creo que además la exhibición de
ese documental, éste debe ir precedido de un gran despliegue publicitario
para el cual no sólo debe utilizarse Venezolana de Televisión sino
también la prensa escrita, la cual, a pesar del amplio universo de
personas a las que llega, jamás se ha utilizado para difundir, a través
de anuncios, remitidos, etc., los mensajes del Proceso. Sólo fotos
y consignas a todo color y absolutamente anodinos e ineficaces, es lo
máximo que se ha llegado a publicar como mensaje. .
Porque nadie puede asegurar, a menos que sea un artífice del sofisma como Ptrotágoras, que las grandes y costosas fotos a full color y las consignas con las cuales se suelen acompañar, son mensajes capaces de inducir, por lo menos, una reflexión entre quienes las observan, es decir, en la población. Y sin embargo, se sigue privilegiando este método publicitario que, para mayor INRI es el mismo que utiliza la oposición. Pero que lo hagan ellos se explica, porque esa gente, aparte del uso de la peinilla, su instrumento diario de trabajo cuando ejercen el Poder, aparte igualmente de la tortura y la corrupción, no tienen ideas, o por lo menos ideas publicables que no los afecten políticamente. Pero lo que si no tiene ninguna justificación es que este proceso tampoco las tenga y que por consiguiente se vea obligado, para dar señales de vida, recurrir a las fotos y las consignas.
Pero a esta altura
del juego en el que Las Águilas se han coronado como equipo campeón
de la actual zafra beisbolera, usted se estará preguntando: ¿pero
bueno, por qué yo, por qué no usted? Bueno, porque ya lo hicimos,
no una sino varias veces, pero como es costumbre de Mario Silva no atender
a nadie si no porta un uniforme militar, desempeña un alto cargo público
o es un consagrado escritor e intelectual, como Fernando Buen
Abad, por ejemplo, no le para a nadie, y menos si quien se dirige a
él forma parte del perraje al cual, y a mucha honra, tenemos el inmerecido
honor de pertenecer. Lo mismo ha sucedido con el lenguaje soez que ha
venido utilizando en su programa y en el cual suelta los coños con
la misma facilidad y displicencia como lo haría en una reunión
de amigos o en un botiquín de mala muerte. El resultado de esas continuas
llamadas de atención ha sido que el revolucionario Mario Silva, con
la misma humildad que caracteriza a estas personas especiales, haya
insistido en su censurable conducta.
Como es fácil
ver, pues, de lo dicho se desprende la imperiosa necesidad de proceder
a efectuar un profundo cambio, no digamos de política, porque a decir
verdad en materia de publicidad y propaganda no hubo, no ha habido y
no hay política. Por el contrario, lo que ha predominado siempre ha
sido la improvisación y el empirismo. Por ejemplo, se ha creído que
con dar a conocer las innumerables obras y realizaciones de este gobierno
en todos los campos de la actividad públicas, es suficiente para conquistar
el apoyo de todos los sectores que, por su ubicación en el espectro
clasista de nuestro país, debían estar con el Proceso.
Falsa creencia,
porque para demostrar la improcedencia de esa tesis basta mencionar
los insólitos casos de los profesores y maestros y el de los pensionados
y jubilados. Porque si ha habido unos sectores que se han beneficiado
con las políticas sociales de la actual administración, han sido justamente
los mencionados. Y sin embargo, donde más se palpa el rechazo al gobierno
de Chávez es entre profesores y maestros. Pero también, desde luego,
entre jubilados y pensionados. Es impresionante ver cómo estos últimos
se expresan del gobierno. Para darse cuenta de ello sería suficiente
con apostarse los días 20 de cada mes, a las 6 de la mañana, en las
puertas de los bancos donde estos vejetes desagradecidos cobran sus
pensiones y jubilaciones. Se enterarían de la forma tan ofensiva, y
en ocasiones tan soez, que estos señores utilizan para referirse
a Chávez y a su gobierno. No se ahorran insultos y descalificaciones,
los cuales los pronuncian con un odio tal, que cualquiera que los oyera
creería que Chávez es un enemigo personal ellos.
Lo mismo ocurre
con los maestros y Profesores. Este es otro de los gremios que
junto con los jubilados y pensionados más beneficios ha recibido de
este gobierno. Y sin embargo, cómo odian al Presidente. Tanto que al
hablar de él casi se le salen los ojos de las órbitas y poco les falta
para ponerse a echar espuma por boca. Y ha habido casos en que hasta
a los más fanáticos de estos anti-chavistas les ha dado una verdadera
pataleta, de la cual sólo han podido salir después de habérseles
aplicado una inyección de agua destilada fría.
Con motivo de
este problema publiqué, a través de Aporrea, un artículo titulado
“Maestro saca tu cuenta”, en el que hacía una comparación entre
los beneficios que estos docentes obtenían en la cuarta República
y los que obtienen actualmente. La diferencia es abismal. No obstante,
pese a la necesidad que hay de recordarles a estos insensatos lo que
en estos momentos tienen y lo que podrían perder con un gobierno controlado
por la burguesía intermediaria, nadie, ni del Partido ni del Gobierno,
tuvo la perspicacia de tomar en cuenta esa publicación y darla a conocer
a través de todos los medios, tanto públicos como privados. A nadie
se le ha ocurrido, además, emprender campañas, pero campañas con
todas las de la ley –o habrá que recordarles lo que en este caso
significa campaña- para devolverles la memoria a estos y a tantos otros
amnésicos y desmemoriados.
Y así ha sucedido
con una enorme cantidad de temas acerca de los cuales se ha debido mantener
un permanente trabajo de información, pero que sin embargo no se ha
podido o querido hacer. Por eso, presidente, permítame conducir la
política publicitaria e informativa del gobierno. No sólo lo haría
gratis sino también, lo aseguro, muchísimo mejor.-
Nota: los candidateables de
la oposición andan por el extranjero buscando apoyo para sus bastardas
aspiraciones. Pero como ellos saben que nadie da nada por nada, están
ofreciendo la entrega de Venezuela, subastándola, a cambio de ese respaldo.
Y sin embargo, nadie ni del gobierno ni del Partido ha mencionado este
hecho.