Mensaje a Luis Britto García

 Apreciado compatriota, disculpe que lo distraiga de sus ocupaciones habituales y en las que seguramente no estarán excluidas sus nobles preocupaciones por el país, para plantearle lo siguiente: hará como dos o tres meses Mario Silva transmitió en su programa La hojilla un extraordinario documental de Machael Moor en el cual este famoso cineasta estadounidense expone con una crudeza y una fidelidad impresionantes, las horrendas lacras y miserias humanas del capitalismo y, de manera especial, del capitalismo norteamericano. En ese documental se dicen y se muestran cosas que si no fuera porque uno las estuvo viendo y oyendo dudaría que tales aberraciones pudieran ser ciertas; se pondría en duda de igual modo que es imposible que al ser humano se le pueda ultrajar de la manera tan vil, tan bárbara y cobarde como en esa maldita nación del norte, verdadero engendro del demonio, se le ultraja, se le ofende, se le humilla y se le atropella. 

   En torno de esto, no resisto la tentación de relatar la siguiente anécdota, pues indica a la perfección hasta donde, en la comisión de delitos, son capaces de llegar las clases dominantes de los Estados Unidos. El protagonista de esta anécdota fue John Kerry, esposo de la dueña de las industrias Heinz, procesadora de alimentos, y ex-candidato a la presidencia de los Estados Unidos durante la campaña electoral que llevaría a Bush a su segunda presidencia.  

Se en encontraba este infame sujeto en Vietnam al frente de una patrulla del ejecito de su país en busca de lo que fuera para destruirlo. Era de noche, y el silencio de la selva sólo era interrumpido por el concierto de la fauna silvestre que, sin presentir lo que se avecinaba, continuaba cantando desprevenida su polifónica melodía. Estos asesinos estuvieron caminando varios minutos por la espesura, hasta que de pronto se encontraron con una humilde aldea de campesinos. Todos los habitantes de este caserío, mujeres, niños, ancianos, dormían plácidamente. Al verlo, Kerry se detuvo un rato para evaluar bien la situación. Después de haberlo hecho y comprobado que no había guerrilleros por los alrededores, ordenó disparar con todo lo que tenían, ametralladoras, fusiles, granada de mano, granadas autopropulsadas, convirtiendo aquel tranquilo lugar en un verdadero infierno de llamas y de gritos de terror. 

   Kerry permaneció  impasible, esperando que las llamas terminaran de consumir lo que hubiera podido quedar en pie. Después, se acercaron al sitio para constatar los resultados de su épica hazaña. Removieron escombros, apartaron obstáculos, se pusieron a contar las bajas ocasionadas a aquel peligroso enemigo, hasta que finalmente dieron con un par de ancianos que, abrazados, agonizaban como consecuencia de las graves heridas recibidas. Al verlos, la reacción no fue la de apelar por el botiquín de primeros auxilios, como hubiera hecho cualquier ser humano normal. La cuestión era que aquella pandilla de facinerosos no estaba integrada por seres humanos sino por bestias apocalípticas sedientas de sangre. De allí que lo que hicieron fue todo lo contrario. Un sargento sacó su cuchillo que no tuvo tiempo de utilizar, porque Kerry, tan pronto se lo vio, se lo arrebató diciendo: estos cerdos son míos y, dirigiéndose a los ancianos, los degolló. 

Este Kerry no está en la cárcel pagado su crimen sino en el Congreso de los Estados Unidos, guarida de asesinos, de narcotraficantes, ladrones y terroristas, en fin, de representantes de toda la amplia gama del delito. 

Desde que supimos esto, no sé porque, pero cuando veo un frasco de salsa de tomate Heinz me parece estar viendo una botella de sangre humana.   

  Pero bueno, a lo que iba. Se trata de  pedirle al canal 8 la reposición de ese documental, y nadie mejor que usted para hacerlo. Pero que lo haga el canal no como Mario Silva lo hizo, sin anuncio previo, lo que impidió que quién sabe cuántas personas, aparte de mí, que apenas pude ver un trozo,  se quedarían sin poderlo ver o lo vieran, como ocurrió conmigo, repito, sólo parcialmente. Al respecto, creo que además la exhibición de ese documental, éste debe ir precedido de un gran despliegue publicitario para el cual no sólo debe utilizarse Venezolana de Televisión sino también la prensa escrita, la cual, a pesar del amplio universo de personas a las que llega, jamás se ha utilizado para difundir, a través de anuncios, remitidos, etc., los mensajes del Proceso. Sólo fotos y consignas a todo color y absolutamente anodinos e ineficaces, es lo máximo que se ha llegado a publicar como mensaje. . 

   Porque nadie puede  asegurar, a menos que sea un artífice del sofisma como Ptrotágoras, que las grandes y costosas fotos a full color y las consignas con las cuales se suelen acompañar, son mensajes capaces de inducir, por lo menos, una reflexión entre quienes las observan, es decir, en la población. Y sin embargo, se sigue privilegiando este método publicitario que, para mayor INRI es el mismo que utiliza la oposición. Pero que lo hagan ellos se explica, porque esa gente, aparte del uso de la peinilla, su instrumento diario de trabajo cuando ejercen el Poder, aparte igualmente de la tortura y la corrupción, no tienen ideas, o por lo menos ideas publicables que no los afecten políticamente. Pero lo que si no tiene ninguna justificación es que este proceso tampoco las tenga y que por consiguiente se vea obligado, para dar señales de vida, recurrir a las fotos y las consignas.  

   Pero a esta altura del juego en el que Las Águilas se han coronado como equipo campeón de la actual zafra beisbolera, usted se estará preguntando: ¿pero bueno, por qué yo, por qué no usted? Bueno, porque ya lo hicimos, no una sino varias veces, pero como es costumbre de Mario Silva no atender a nadie si no porta un uniforme militar, desempeña un alto cargo público o  es un consagrado escritor e intelectual, como Fernando Buen Abad, por ejemplo, no le para a nadie, y menos si quien se dirige a él forma parte del perraje al cual, y a mucha honra, tenemos el inmerecido honor de pertenecer. Lo mismo ha sucedido con el lenguaje soez que ha venido utilizando en su programa y en el cual suelta los coños con la misma  facilidad y displicencia como lo haría en una reunión de amigos o en un botiquín de mala muerte. El resultado de esas continuas llamadas de atención ha sido que el revolucionario Mario Silva, con la misma humildad que caracteriza a estas personas especiales, haya insistido en su censurable conducta. 

   Como es fácil ver, pues, de lo dicho se desprende la imperiosa necesidad de proceder a efectuar un profundo cambio, no digamos de política, porque a decir verdad en materia de publicidad y propaganda no hubo, no ha habido y no hay política. Por el contrario, lo que ha predominado siempre ha sido la improvisación y el empirismo. Por ejemplo, se ha creído que con dar a conocer las innumerables obras y realizaciones de este gobierno en todos los campos de la actividad públicas, es suficiente para conquistar el apoyo de todos los sectores que, por su ubicación en el espectro clasista de nuestro país, debían estar con el Proceso. 

   Falsa creencia, porque para demostrar la improcedencia de esa tesis basta mencionar los insólitos casos de los profesores y maestros y el de los pensionados y jubilados. Porque si ha habido unos sectores que se han beneficiado con las políticas sociales de la actual administración, han sido justamente los mencionados. Y sin embargo, donde más se palpa el rechazo al gobierno de Chávez es entre profesores y maestros. Pero también, desde luego, entre jubilados y pensionados. Es impresionante ver cómo estos últimos se expresan del gobierno. Para darse cuenta de ello sería suficiente con apostarse los días 20 de cada mes, a las 6 de la mañana, en las puertas de los bancos donde estos vejetes desagradecidos cobran sus pensiones y jubilaciones. Se enterarían de la forma tan ofensiva, y en ocasiones tan soez, que estos señores utilizan  para referirse a Chávez y a su gobierno. No se ahorran insultos y descalificaciones, los cuales los pronuncian con un odio tal, que cualquiera que los oyera creería que Chávez es un enemigo personal ellos. 

    Lo mismo ocurre con los maestros y Profesores. Este es otro de  los gremios que junto con los jubilados y pensionados más beneficios ha recibido de este gobierno. Y sin embargo, cómo odian al Presidente. Tanto que al hablar de él casi se le salen los ojos de las órbitas y poco les falta para ponerse a echar espuma por boca. Y ha habido casos en que hasta a los más fanáticos de estos anti-chavistas les ha dado una verdadera pataleta, de la cual sólo han podido salir después de habérseles aplicado una inyección de agua destilada fría. 

   Con motivo de este problema publiqué, a través de Aporrea,  un artículo titulado “Maestro saca tu cuenta”, en el que hacía una comparación entre los beneficios que estos docentes obtenían en la cuarta República y los que obtienen actualmente. La diferencia es abismal. No obstante, pese a la necesidad que hay de recordarles a estos insensatos lo que en estos momentos tienen y lo que podrían perder con un gobierno controlado por la burguesía intermediaria, nadie, ni del Partido ni del Gobierno, tuvo la perspicacia de tomar en cuenta esa publicación y darla a conocer a través de todos los medios, tanto públicos como privados. A nadie se le ha ocurrido, además, emprender campañas, pero campañas con todas las de la ley –o habrá que recordarles lo que en este caso significa campaña- para devolverles la memoria a estos y a tantos otros amnésicos y desmemoriados.        

   Y así ha sucedido con una enorme cantidad de temas acerca de los cuales se ha debido mantener un permanente trabajo de información, pero que sin embargo no se ha podido o querido hacer. Por eso, presidente, permítame conducir la política publicitaria e informativa del gobierno. No sólo lo haría gratis sino también, lo aseguro, muchísimo mejor.- 

Nota: los candidateables de la oposición andan por el extranjero buscando apoyo para sus bastardas aspiraciones. Pero como ellos saben que nadie da nada por nada, están ofreciendo la entrega de Venezuela, subastándola, a cambio de ese respaldo. Y sin embargo, nadie ni del gobierno ni del Partido ha mencionado este hecho.   

alfredoschmilinsky@hotmail.com

  


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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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