La descerebrada estrategia anti-democrática promovida por la extrema derecha venezolana a nivel mundial y sus financistas del Imperio ha logrado, al parecer, infiltrarse en los rangos de la organización Anonymous. Nosotros creímos, al ver la defensa que dicha organización hacía de Wikileaks y de la persona de Julian Assange, que Anonymous apoyaba a los movimientos sociales revolucionarios o, por lo menos, a las causas justas que luchaban a favor de la democracia y la libertad de opinión en nuestro mundo asolado por la soberbia de las oligarquías imperiales y la estulticia de sus cómplices locales. Lamentablemente, sus ataques contra el portal de Aporrea parecen reflejar no solamente su ignorancia supina sobre los cambios positivos que están ocurriendo en la sociedad venezolana desde el inicio de la Revolución Bolivariana, sino que ignoran así mismo el estado de postración en el cual quedó ésta como resultado de la gestión perversa de los gobiernos de la derecha entre 1958 y 1998, cuyos partidarios, infiltrados en los diversos niveles de la burocracia internacional, utilizan sus posiciones de poder para difamar los grandes logros de la Revolución Bolivariana. Cualquier persona medianamente informada, podría tener acceso a los portales de diversas organizaciones internacionales tales como la ONU, la UNESCO, la CEPAL, etc., donde se han reconocido los grandes avances de la Revolución Bolivariana en los campos de la salud, la educación, la distribución equitativa de la riqueza, el desarrollo de los medios sociales de producción y distribución de bienes de consumo, la soberanía alimentaria y particularmente la libertad de expresión de la cual gozan nuestros ciudadanos y ciudadanas, pero que muchos y muchas confunden con la actividad empresarial de las empresas privadas que comercializan la información en Venezuela. Estas últimas controlan -bajo el régimen de concesiones- más del 80% del espectro radioléctrico. Es bueno resaltar que todas las Constituciones venezolanas del siglo XX asi como la Constitución Bolivariana del siglo XXI, han reconocido como un principio constitucional que el espectro radioeléctrico es propiedad del Estado venezolano, parte del cual está asignado también en concesión a centenares de radioemisoras y televisoras comunitarias y a las pocas televisoras y emisoras de radio que son propiedad del Estado venezolano. En el espacio de internet operan libremente centenares de portales que están a favor o en contra de la Revolución Bolivariana sin más restricciones que las señaladas por la ley sobre la emisión de excitaciones a la violencia, el magnicidio, el consumo de drogas y los insultos a la persona. Aporrea es uno de los portales que son ejemplo de la democracia de información y participación protagónica de todos los ciudadanos y ciudadanas en Venezuela, sin distingos ideológicos de ningun tipo. Si Anonymous quiere participar también en el debate ideológico que promueve Aporrea e informarse sobre lo que efectivamente sucede en Venezuela, no tiene más que escribir sus opiniones como lo hacemos todos los que escribimos en dicho portal. Continuar en su actitud irreflexiva de coartar nuestra libertad de expresarnos libremente, sería un acto totalmente opuesto a los valores que Anonymous dice defender.
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