Uno, sin embargo, se queda con las mismas dudas, que las preguntas de José Vicente parecieran reflejar, y uno piensa que, realmente, “es un deseo que así sea” o “una simple expectativa”. ¿Por qué? Porque, si bien se ha creado el marco constitucional y jurídico para el desarrollo de la organización y la participación comunitarias, ese deseo de Chávez, y nuestro también, de “DARLE PODER AL PUEBLO”, se ve permanentemente frustrado y amenazado. Es tutelado por las instituciones, es limitado, es condicionado. Es burlado. La Contraloría Social es, básicamente, un lema. Nosotros mismos, nos hemos cansado de señalar que “el Ministerio de Salud no sólo no apoya a la Misión Barrio Adentro, sino le está causando daños irreversibles”. La Ministra Sader dice, públicamente, lo contrario. ¡Podemos sustentar esa grave denuncia! Nosotros no encontramos interlocutor. Reina la indiferencia. A las comunidades, a los líderes comunitarios les pasa igual. La desconexión de las instituciones. También del PSUV. Al PSUV le encanta asignar tareas y dar órdenes. No sabe dialogar y mucho menos escuchar. Tampoco aparecen los interlocutores. Prevalece el silencio. El círculo. Las 4 paredes. Graníticas. Chávez acierta cuando afirma que “la oposición es la nada, no tiene pies, ni cabeza… ni principios éticos”. Así es. El enemigo lo tenemos adentro. No hay duda alguna, que el camino correcto es “DARLE PODER AL PUEBLO”, pero también cuántos golpes se le dan, que van erosionando su resistencia, lo van desmoralizando e, incluso, corrompiendo. Y la derecha sigue avanzando. No tiene principios éticos, pero sí tiene una maquinaria ideológica eficiente, muchas ONG trabajando en nuestros barrios y mucho dinero.
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