El nombre suena bien y quizás logre captar más entusiastas trasnochados que pierdan su sueño y el largo rato viendo a Mario y a Teodoro, cada quien en lo suyo, pero en él mismo canal con su ensarte de frases directas e indirectas con su hegemonía arrasadora, que empalague a un gran número de venezolanos de escama revolucionaria que encaprichados de buena dosis de realidad patriótica deban apartarse del mal que los regocijan con el “tit for tat” del toma y daca que ambos personajes destaquen en común con sus beneplácitas ideas que desgarren las “buenas noches” condensadas de mal humor y atraiga alguno más que otro escuálido a nuestro lado perfumado de amor.
Sería como algo así como la inteligencia en puerta dentro de un canal de televisión que en este caso sería VTV al rescatar a Teodoro de su programa en Globovisión y al que casi nadie ve, pero sí en La Hojilla con su análisis calientito, desprendido del humo de maldad que salió del otro quizás en la mañana o a cualquier hora del día, lo que hace que el revolucionario que no lo ve tiene que verlo en ese momento retorcido por Mario a su antojo como su pan de cada noche y deseo perseguido y, nosotros encantados de no perder el momento del deslave puntual que se hará del personaje en cuestión y así pasan las horas, las noches y los días de lunes a viernes con aquello de una noche más, pero sin ti Teodoro no.
Lo otro que suena desmedido e ilógico sería Teodoro director o presidente de VTV como alternativa mediática que arranque de una vez los cabellos canosos de las tracalerías informáticas y, que haga posible abrir las compuertas de la ebullición instantánea de no perseguir el debate a deshora que no sea el plato fuerte del televidente, aunque entre en la planificación del osado valiente bien anclado de experiencia dentro de la comunicación que nos da motivos de ser más y mejor revolucionario como tal y repetir: yo amo, tu amas y él se la sabe toda. Y Teodoro en la pantalla chica: leyéndonos los editoriales de “Tal Cual” –lo que falta.
A veces el cansancio se hace egoísta y deja el pesimismo atrás y, si dices, lo que no debías decir a ver si alguien se compadece y te cambia lo que deba cambiarse entonces, resulta ser que no eres y sí un enemigo más que no encaja dentro del planificador y pasas a las filas del anti o quizás de escuálido disfrazado, metiéndote en la manga de coleo brutal a ejercer lo que no es tu oficio y por lo tanto: fuera satanás, vilipendiador asqueroso, basura de la calle, bandido farsante y pare vos de contar.
¿Entonces, nos la jugamos a carta cabal? Y metemos a Teodoro en la nevera del olvido para que muera congelado sin oportunidad de vociferar a su gusto lo que no nos jode la paciencia, pero si nuestro tiempo de ver y oír lo que no nos interesa y que deje algo para comentar el otro día. ¿O es que la vaina de tener a Teodoro a toda hora en VTV le da buenos resultados a la revolución y al chavismo en particular? O acaso moriremos con aquello: “El que no come tiene que comer, mientras haya”. Y si Teodoro se ríe Mario se arrecha.
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