Recién ayer me entero de que el Comité de Redacción del diario Independencia 200 publicó el 16/06/2011 en aporrea.org
una elegante, amable y tolerante explicación a un error observado por
mí en su publicación resumen del año 1815. Se trata, según explican, de
un error de redacción que se subsanará a través de una fe de erratas que
se publicará en nuevas reimpresiones. Esta dirá lo siguiente: Donde
dice “Hace un año le tocó vencer al enemigo Vicente Campo Elías en La Puerta”, debe leerse:: “Hace un año le tocó combatir al enemigo junto a Vicente Campo Elías en La Puerta”.
Ahora bien, al error anterior, la corrección le suma uno nuevo: Vicente
Campo Elías y José Félix Ribas no coincidieron en ninguna de las tres
batallas de La Puerta que se conocen en la historia venezolana: En la
primera (3/2/1814), participa Campo Elías; pero, no José Félix Ribas. En
la segunda batalla (15/06/1814), pudo haber participado José Félix
Ribas; pero, no Campo Elías que para esa época ya había muerto. Y en la
tercera batalla (1818) -que algunos historiadores dicen que se denomina
incorrectamente La Puerta- no participaron ninguno de los dos porque
ambos habían muerto. De las tres batallas, en la única en que cabría la
posibilidad de que participaran juntos, pues ambos estaban vivos, era en
la primera Batalla de La Puerta. Pero no he conseguido entre el
material que tengo a la mano ninguno que lo confirme: Ni las cartas de
Bolívar, ni los trabajos de Blanco-Fombona, ni la Historia de Venezuela
de Siso Martínez, ni la biografía de José Félix Ribas de Juan Vicente
González, ni el Diccionario de Historia de Venezuela de Polar, ni las
notas de Mijares, de Uslar Pietri, de Picón Salas. Por el contrario, hay
indicios de que no estuvo allí: Siempre se menciona que Campo Elías fue
derrotado en La Puerta. No dicen que Campo Elías y Ribas fueron
derrotados en La Puerta. ¿Por qué Campo Elías debía asumir él solo la
derrota si participaron los dos? Esto es menos comprensible si sabemos
que el de mayor rango era Ribas. Parece ser que Ribas se encontraba en
Caracas en dónde, por instrucciones del Libertador -dadas al conocerse
la derrota de La Puerta-, se ocupa en reclutar a estudiantes y
seminaristas que luego participarían en la Batalla de La Victoria.
Es
decir: No hay error de redacción alguno sino simple ignorancia. Además,
un error de redacción se produce cuando la interpretación de una
oración o de un párrafo es distorsionada por la mala ordenación de los
términos que la componen y no porque se dice otra cosa con otras
palabras, como sucede en este caso.
Todo
esto me obliga a retomar la conclusión inicial que formulé en mi primer
artículo: “Concluí que se trataba de algún infame resumen hecho por
algún mal estudiante”. Pero, como en realidad esta conclusión no es tal
sino una hipótesis no confirmada, me veo obligado también a hacer un
esfuerzo para abonar elementos que la demuestren. Veamos:
1. Buscando
en internet la asociación “José Félix Ribas”, “Campo Elías” y “La
Puerta” me consigo con la siguiente sorpresa: Decenas de páginas web
tienen el mismo error que el artículo de Independencia 200: Campo Elías
fue vencido por Ribas en La Puerta. Incluso una de ellas va a más:
“Venció en La Puerta a Vicente Campo Elías (1814), al frente de un grupo
de estudiantes de la Universidad de Caracas y del Seminario”. http://www.biografo.info/biografias/ver/35642/Jos-Flix-Ribas Es decir, es un error común en la web que, el diario Independencia 200, en lugar de rectificar, ratifica.
2. Buscando
en el Diccionario de Historia de Venezuela creo descubrir el origen
primigenio del error: En la biografía de José Félix Ribas se afirma:
“Después de haber vencido a Vicente Campo Elías en La Puerta (3.2.1814),
José Tomás Boves organizó 3 columnas; una (Francisco Rosete) marchó a
Caracas por los valles del Tuy; otra (Francisco Tomás Morales), por La
Victoria se dirigió hacia Caracas; la tercera quedó en Villa de Cura
como reserva. De Caracas se dirigió Ribas a La Victoria donde derrotó a
Morales…” . Como se ve, alguien entendió, por un problema de
deficiencias de destrezas lectoras e interpretativas, que se referían a
Ribas cuando es evidente que se refieren a Boves. Esta primera persona
redactó una biografía de Ribas con ese error y la colocó en la web. El
mágico sistema de copiar y pegar hizo el resto y generalizó el error.
3. Reflexionando
sobre este asunto, ahora concluyo, sólidamente, que quien redactó la
nota de Independencia 200 no sé tomó muchas molestias y directamente
copió una información errónea, sin hacer ninguna evaluación crítica de
la misma. Ya esto por sí mismo es un error grave. Pero, habría que
sumarle que quien redactó la nota para el diario no tenía idea de quién
era Campo Elías porque de tenerla hubiese entrado en cuenta de inmediato
en la incongruencia de que se le sumase a Ribas como victoria la
derrota de un compañero de causa.
4. Pero,
en este punto, me consigo con otras dudas y opciones: A. La dirección
del diario Independencia 200 no revisa el material que se publica y, en
consecuencia, errores de este tipo circulan a sus anchas. B. La
dirección del diario hace su trabajo de revisión; pero, no tiene
criterios ni formación que le permitan discriminar los errores. C. La
dirección del diario entiende que lo importante es hacer el aguaje, el
alboroto, el espectáculo de conmemoración de los 200 años,
independientemente de que lo que se publique sea impreciso, banal o
falso.
Aspiro
a no tener que escribir más sobre este incidente. Sólo quiero reiterar
que la idea de hacer un diario por cada años trascurrido de 1811 hasta
aquí me parece genial, que puede hacerse a través de su implementación
un extraordinario trabajo pedagógico y concientizador, que es una
oportunidad para afianzar sólidamente las ideas de transformación
revolucionaria y darle carne y espíritu a la esperanza de nuevos
tiempos. Por otra parte, hay aciertos que hay que fortalecer. Por
ejemplo, la diagramación luce impecable desde el punto de vista
estético: atractiva, fresca, colorida, diversa, ágil. La edición -que
supongo en centenares de miles- llega a todo el territorio nacional.
Recorrer doscientos años de historia venezolana en pequeños tramos
diarios hace posible, en términos colectivos e individuales, una
revisión de conocimientos e interpretaciones en contraposición a la
presentación del mismo contenido en un libro de centenares de páginas
que, a su sola vista, puede lucir disuasivo a la intención de leerlo. No
conozco ni de referencia a los integrantes del Comité de Redacción ni
he buscado información sobre ellos porque no he querido contaminar mis
opiniones, a favor o en contra, en función de razones diferentes al
producto de su trabajo que muestra el diario.
Pero
también me duele que se derroche el dinero y, más aún, que no nos
importe; que no se acuda a tantos venezolanos de avanzada, preparados en
esta área, que pueden hacer un excelente trabajo. Compañeros, se trata
de ser, no de parecer. O, como decía
Russell, la mejor manera de parecer honesto es siendo honesto. Lamento
si algún adjetivo pueda sonar excesivo o injusto; pero, quizás
contagiado por los jóvenes españoles que han reivindicado el derecho a
la indignación, siento también que, en estos casos, indignarse, además
de un derecho, es un deber.
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