“Cuando los medios callan, las paredes hablan”. Es un grafiti que apareció después del golpe de abril. Es la palabra del pueblo contra la hegemonía mediática.
Uno de los componentes fundamentales de la participación es la comunicación, entendida como puesta en común e interrelacionada, de las formas de pensar de los integrantes de una comunidad. Concebida así, no hay emisores y receptores, sino el dinamismo de usuarios y usuarias que hacen valer su derecho a la expresión y al libre juego de la diversidad de saberes. Nos comunicamos en la casa, en el trabajo, en la calle, en todo lugar, porque el ser humano es comunicación.
Si alguna cosa nos ha enseñado este proceso revolucionario es la posibilidad de la expresión llana, transparente, espontánea, responsable. Y esto se ha hecho patente a través de la creación de medios comunitarios, alternativos, escolares y otros. El pueblo creando medios, formas para la comunicación directa, maneras de producir materiales para que cada vez esos medios se parezcan a él y no, unos medios que marcan distancia cuando les conviene y se acercan sólo para tratar al “espectador” como un consumidor.
Con la revolución bolivariana el tema de las telecomunicaciones ya no es asunto de minorías privilegiadas, un gran porcentaje de la población tiene acceso a internet, bien sea, por los Infocentros, los satélites, los teléfonos celulares, las Canaima, la radio comunitaria. Entonces, ¿qué falta para fortalecer la política comunicacional?
En el esfuerzo comunicacional que nos reta cada día, lo público tiene la misión de ser la gente misma; así, medios, instituciones, organismos al lado, hombro con hombro, corazón con corazón. No dejemos de lado las brigadas comunicacionales, los colectivos en el uso de la palabra reveladora de la conciencia.
En este esfuerzo de cercanía, veracidad y compromiso, saludamos a Radio Nacional de Venezuela Región Central que está de cumpleaños número cuatro y lo celebramos con honda alegría porque nos faltaba en la región carabobeña un medio que dijera la verdad, brindara sus espacios al pueblo, a productores independientes, y sirviera de motor en la construcción del socialismo.
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