El ideólogo alemán de la comunicación y la publicidad del fascismo, el tristemente célebre Goebbels trazó –y ejecutó– un plan –siniestro como todo lo que ejecutaba el criminal gobierno nazi de Hitler– para buscar el desprestigio, la descalificación, la duda, el rechazo de sus adversarios por parte de sus seguidores y de la población en general. Así descalificaron dirigentes comunistas, socialistas, libres pensadores para perseguirlos y asesinarlos. Con la xenofobia y el racismo persiguieron a los gitanos y a los judíos produciendo verdaderos genocidios en la propia Alemania y en los países que iban invadiendo y se iban anexando.
Esas maléficas técnicas fueron ampliamente desarrolladas, rediseñadas y repotenciadas por los ideólogos del imperio yanqui a partir de lo que entonces llamaron “Guerra Fría”, es decir el enfrentamiento a la URSS y el campo socialista desde 1945 a 1990. Cuando la Alemania nazi existió –1939/1945– no se había inventado la televisión, mucho menos la computadora ni el llamado ciberespacio, no existían las redes sociales, internet y todas las herramientas que hoy son universalmente conocidas y utilizadas por los imperios de manera despiadada para controlar pueblos, tumbar gobiernos e imponer regímenes títeres y dóciles a sus designios. De allí que si aquella nación, sus habitantes que integraron los ejércitos o trabajaban en el complejo industrial militar para producir la fabulosa maquinaria militar del ejército alemán y la demente dirigencia que encabezaba Hitler con sus recursos publicitarios goebbelianos pudo enajenar a un pueblo y convertirlo en asesino capaz de producir, en la guerra por ellos desatada, 50 millones de muertos, imaginemos ¿cuántos muertos se hubiesen producido si hubiesen contado con la mitad de lo que hoy existe en el campo de la información y de las nuevas y sofisticadas armas?
Por estas latitudes, con la indiscutible asesoría de los laboratorios de guerra sucia norteamericanos/israelitas, personajes siniestros y criminales como un mercenario que mientan JJ Rendón, y los laboratorios locales o colombo/mayameros de guerra sucia, se viene desplegando toda una política de seguimiento que viene, para parafrasear al magnífico periodista Walter Martínez, en pleno desarrollo. Es un plan evidentemente confeccionado por el imperio para la oligarquía criolla y sus agentes políticos de franquicias como Primero (In) Justicia y todo el corrupto y traidor liderazgo que dirige esa banda de delincuentes. Para ello han apelado y utilizado a los medios de comunicación de la burguesía –cosa que no es nueva, por supuesto– las redes sociales para, primero, hacerle seguimiento a cada uno de los pasos que en el plano de la política da el presidente Nicolás Maduro, segundo, “refutar”, “desmentir”, “negar” todo cuanto éste líder expresa o diga públicamente.
Con esa seguidilla buscan, obviamente que, en primer término, el mayoritario pueblo chavista dude, se confunda, vacile y –el objetivo principal– se aparte de la ideología bolivariana/chavista/socialista. En segundo término hacer que un segmento importante de la población no chavista o decepcionada por algún detalle o política local de algún funcionario gubernamental, afectada por las escaseces y desabastecimiento de cientos de productos de la cesta básica, situación producida por esa oligarquía comercial y financiera, se vean como producto de la ineficacia gerencial y administrativa del gobierno, “del mal gobierno chavista de Maduro”, y no se sienta interpretada y encarnada por las políticas de la revolución; es decir, aislar un proceso profundamente humanista, que encarna cien por ciento el proletariado, los sectores oprimidos, marginados y explotados por esa burguesía que busca su derrocamiento, de ese pueblo que aún no entiende política e ideológicamente los grandes avances y beneficios de la Revolución.
Afinando los mecanismos de manipulación propagandística, profundamente ideologizante, lanzan informaciones, noticias, mensajes hábilmente concebidos, que aparentan credibilidad y los venden como ciertos en una constante repetición de muchas formas; a través de noticiarios, de programas de opinión, de tips callejeros, cuyo objetivo es no permitir que la imagen del presidente Maduro y las políticas del gobierno que dirige, se consoliden. Niegan avances en las políticas de seguridad y de enfrentamiento a la delincuencia. Ponen a los efectivos del Ejército que están en las calles como patanes, brutos que no saben tratar a la gente, al ciudadano común. Igual ocurre con la política contra la corrupción adelantada por el Gobierno nacional y que está arrojando frutos. El fascista majunche asesino sale a negar la valides de esta política y la presenta como una pugna interna dentro del gobierno.
Si Maduro va a naciones del Suramérica y se reúne con gobiernos amigos, llega a acuerdos económicos, políticos, culturales y de otros géneros, lo firmado no tiene validez o importancia nacional. Si va a Europa, se reúne en Italia con el Papa y amarra políticas de común beneficio para Venezuela y la Santa sede como el impulso de la Misión Milagro (que en Venezuela y América Latina le devolvió la vista a dos millones de personas, incluyendo al asesino del Che Guevara en Bolivia) a nivel mundial, o la Misión Robinson para alfabetizar a millones de analfabetas en el mundo con el método cubano ‘Yo si puedo’, y otras propuestas, eso lo banalizan y ridiculizan.
Que Venezuela fuese reconocida por la FAO como uno de los países que más ha hecho por erradicar el hambre a nivel mundial y alcanzado las metas del milenio, ha sido criticado por la ultra derecha acerbamente. No admiten que el 98% de los venezolanos coman 3 veces diarias y hasta 4 y 5 veces. En su mentalidad capitalista, egoísta, explotadora eso es inadmisible porque ellos odian al pueblo, a los humildes, a los trabajadores que se están emancipando con la Revolución, de allí las campañas negativas de los líderes canallas de la derecha.
Los acuerdos que en el orden económico logró el presidente venezolano alcanzar con los gobiernos y empresarios de Italia, Portugal y Francia, son una nadería, algo insignificante para la derecha. Esos logros no fueron registrados en la prensa burguesa que mantiene un cerco informativo permanente contra el Gobierno y sus logros y, por supuesto, beneficios para el pueblo y la nación.
Critican acerbamente el encuentro entre el Canciller venezolano Elías Jaua y el Secretario de Estado norteamericano Jhon Kerry, llegando al extremo de la estupidez de criticar al gobierno que los dirige y amamanta económicamente por esa decisión. Según los fascistas ultraderechistas venezolanos “fue un grave error del negro Obama legitimar el gobierno de Maduro, reconocer su triunfo y avalar las instituciones que conforman el Estado venezolano, nos dejó sin piso”.
Por supuesto el fascismo, después de la derrota electoral del 14 de abril, se lanzó por la calle del medio a buscar el derrocamiento de Maduro, lanzó hordas fanáticas, terroristas a una insurrección, a cometer crímenes (el saldo está allí: 11 chavistas asesinados, 90 heridos), destruir sedes electorales, de partidos, atacó una veintena de centros de salud donde acude el pueblo; desconocieron las instituciones del Estado: Gobierno, Consejo Nacional Electoral, Tribunal Supremo de Justicia, Fuerza Armada Nacional, Asamblea Nacional.
Maduro y el Gobierno Revolucionario avanzan políticamente de manera vertiginosa con políticas frescas, novedosas que tienen el apoyo de la mayoría del país, y atrás va el grupito derechista y fascista y su arreo de jalabolas, aduladores y mercenarios, de periodistas palangristas, opinadores tarifados, empresarios vendidos, tratando de acosarlo, de cercarlo, de desprestigiarlo diciendo barbaridades, injurias o mentiras bien empaquetadas. No le han dado ni un respiro en dos meses de gobierno, el objetivo es derrocarlo. Primero eran dos meses, después cuatro, ahora es un año. En esa ilusión van a pasar los 6 años, es decir, hasta el 2019. (22/06/13) (humbertocaracola@gmail.com) (@hgcaracola) (Con el ideario chavista, con Maduro y la revolución bolivariana y socialista, hasta el fin)