Llevar a cabo una transmisión, crear un diseño, una buena composición fotográfica, captar la atención de millones con un titular, diseñar un slogan o un mensaje publicitario que venda la Venezuela socialista que estamos construyendo y que muchas veces nosotros mismos invisibilizamos, no es sencillo.
Los comunicadores, comunicadoras, técnicos y técnicas, que se levantan a diario a teclear, radiar, perifonear, servir de ancla, grabar, fotografiar, editar, diagramar, moderar, presentar y todo lo que tenga que ver con la creación de la información a través de los medios, han demostrado que con la estrategia comunicacional bolivariana ideada por un gobierno socialista y pensada por el Comandante Chávez, son la fortaleza o el muro de contención de los grandes ataques mediáticos dirigidos contra la patria, principalmente desde la U.S.A.
Somos los encargados de hacer seguimiento, análisis, notas de prensa, y una serie de cosas que si lográramos encajar en un molde ideal, pudiéramos tener una gran agencia de publicidad y propaganda, que contrarreste a las micro y macro empresas que se lucran de lo que nuestra revolución irónicamente invierte en ellas.
entre las conversaciones de calle y de pasillos, hemos aprendido que gracias a la unión de todas las instituciones comunicacionales del estado, como Sistema Nacional de Medios Públicos y ahora como Sistema Bolivariano de Comunicación e Información (Sibci) nos preocupamos por la, o el compañero que es despedido injustificadamente, por el que es maltratado, por el que es atropellado, inclusive nos hemos preocupado por los compañeros que bien sabemos que son opositores y que nuestra revolución generosa les ha sabido dar la oportunidad de trabajar, más allá del profesionalismo, por ser un derecho consagrado en nuestra constitución.
Es justo compañeros, hacer un reconocimiento a los comunicadores que por ética y compromiso hacen un trabajo profesional y de calidad. Pero también es apropiado, que en cada una de estas instituciones las reivindicaciones para los que generamos las noticias diarias, sean dignas y oportunas.
Es hora de tomar las riendas de un verdadero proyecto de vivienda, concretar los proyectos que han quedado varados en el camino.
Esta revolución, llena de soldados en las trincheras comunicacionales, hacen una ventana alternativa que obedece al Poder Popular y se fortalece con sus vivencias.
¡Chávez Vive!
