Ayer viendo el vídeo del saqueo de Daka, quede muy pensativa, me pregunté por qué está sucediendo esto en mi país. En los comentarios decían que “era la primera vez que esto sucedía, qué era una locura”. A lo segundo, estoy de acuerdo es una locura. Pero, que es la primera vez NO. En los años 90 al 97 aproximadamente, en Venezuela hubo el llamado debacle financiero, en donde muchos Bancos y otras empresas asociadas a los bancos cayeron.
Dando como resultado que el ahorro de los ahorristas, había sido saqueado de las cuentas en donde fiel y confiadamente las guardaban, pero sin previo aviso. Es decir, un día amanecieron sin su dinero. Esta es una historia contemporánea, no es un cuento puedo hablar en primera persona, dado que en aquella época trabajé para unos de los bancos intervenidos.
Era una orgullosa empleada que sentía que el banco me respaldaba y me llevaba a la “cima”, al menos eso decía su eslogan, y el carnero que subía la cuesta. Allí pude ver como los altos ejecutivos, los señores y señoras de cuellos blancos se llevaban literalmente el dinero de las bóvedas y los cuadros de valor. Luego ocupaban cargo en otras instituciones financieras o en algún ministerio.
Lo increíble fue que como era una época de represión, donde la voz del pueblo era callada con plomo, nadie les gritaba a esos “MUERTOS DE HAMBRES, LAMBUCIOS, CHUSMAS, REGRESA ESO LADRÓN, LADRONA…”.
Por qué, nadie gritaba sólo por el plomo y la represión. No, no, pienso que no se hizo o no lo hicieron porque nos han acostumbrado que el ladrón es el pueblo, el de a pie, el rico. El burgués solo toma lo que por derecho divino le pertenece. NO QUE VA EL BURGUÉS NO ROBA NO SAQUEA, ENTONCES QUIÉN SAQUEÓ Y ROBO TODOS LOS BANCOS EN ESOS AÑOS, HACIENDO CAER UNOS DETRÁS DEL OTRO.
Hoy sólo pido que miremos bien nuestra historia y veremos que nos han robado ante nuestras miradas cómplices más que un televisor o una cámara. Nos han robado el derecho a pensar, a sentir y ser soberanos.
Caso concreto hoy en el Raima publica una caricatura grotesca en donde se burla de nosotras las mujeres verdaderas, las que no somos de colágeno. Con la felicidad palurda de que tenemos una reina de belleza, nos olvidamos que durante muchos años tuvimos que pagar manutención a reinas, que por solo un barco llevar su nombre debíamos darle un cheque en blanco, RECORDEMOS.
Esto es sola la punta, solo invito a recordar. Ojo no estoy a favor del robo de un televisor, de un simple papel, pero mucho menos del robo de nuestras conciencias. Pensemos. Simplemente, miremos antes de ser enajenados de nuestras conciencias.
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