Van hasta el momento que esto escribo tres reuniones del mInistro del PP para la seguridad el mayor general Rodríguez Torres, las cuales no sólo este escribidor ha seguido con interés, sino la mayoría del pueblo, y en ellas, como son trasmitidas casi en su totalidad, o al menos el resumen en los noticieros, es fácil inferir si quienes en ellas participan, lo hacen porque en verdad están interesados en que por fin el problema de la inseguridad se aborde en conjunto con éxito o simplemente asisten para la foto o el reportaje, pero con su actitud gestual lo que demuestran es que no son capaces de sobreponer su odio y frustración por la cadena de derrotas.
Un caso emblemático es el que no pasó desapercibido para muchos en la reunión del ministro con el gobernador y alcaldes de Miranda, el rostro de anfitrión, por fuerza y porque no le quedó de otra, fue un poema, no pudo disimular su incomodidad, parecía más bien pensar en la lluvia de twitter que generarían las redes criticándolo por estar al lado de un chavista,( ya Poleo en su columna “corto y profundo” por su pasquín ha dejado clara su critica), cuando de esa oportunidad para atrás lo que ha hecho es obstruir las acciones emprendidas por el gobierno contra la inseguridad que en el estado que él gobierna, tiene los más altos índices del país.
Por otro lado si se compara lo reseñado en Miranda con lo de otros estados, Táchira y Zulia, se nota la diferencia, porque por ejemplo aquí después de 12 horas de reunión, hubo acuerdos para por fin acatar lo que es un mandato constitucional que es la corresponsabilidad de todos y se supone que con mayor énfasis por quienes detentan cargos de elección popular, en cambio en el estado del cuatriderrotado, quien debería como máxima autoridad, ser el primero en mostrar satisfacción por el rumbo que ha tomado la lucha contra la inseguridad, lo que pone es una cara que no puede ocultar la frustración que para él representa el haber tenido que sentarse primero con el Presidente que él no se cansa de llamar ilegitimo, reunión en la que tampoco pudo disimular su estado de ánimo, a pesar de la poblada barba que exhibió, y luego con una de las figuras más importantes del gobierno revolucionario como es el Ministro Rodríguez Torres.
De este personaje, no se puede esperar mucho, tendría que rectificar su conducta que entre otras cosas le ha costado no sólo, las derrotas en cadena que le han sido propinadas, sino el que por las impertinencias y estupideces que declara ha desaparecido de los medios, los cuales ya lo desecharon como personaje de noticia.
Sin embargo, el plan de acción contra la inseguridad y por la pacificación no se va a parar en ese estado, por lo que haga o deje de hacer su gobernador, como no se va a parar por lo que hagan o digan los artistas que a pesar de haber sido invitados a participar, se negaron a ello, plan que tiene como elemento central el gobierno de calle que ya ha tenido logros tangibles, que ni los más acérrimos enemigos del gobierno han podido ocultar.
Aquí en el Táchira pareciera que hay buenos augurios, el alcalde de la capital San Cristóbal, se puede inferir, como que enterró el hacha de la guerra que en la reunión de Miraflores mostró sin ambages y sin pensarlo mucho, tal vez porque es su naturaleza como la del cuento del escorpión que le rogó al sapo el favor de trasladarlo al otro lado del río, con la promesa de no clavarle su ponzoña, y lo primero que hizo fue clavársela cuando se sintió a salvo, y cuando el sapo agonizando le reclamaba, la respuesta fue: “ es que esa es mi naturaleza”. Así es la de caprichito, lo demostró el 14 y 15 de abril del año pasado, a estas alturas no ha reconocido su error que costó 11 vidas inocentes, ojalá y opere un milagrito y así sea a regañadientes, en el gobernador de Miranda y en el bloque opositor a nivel nacional, haya una demostración de sensatez y formen equipo con el gobierno para, al menos minimizar el terrible flagelo de la criminalidad, que como ha quedado demostrado en todas la sociedades del mundo, es un problema de todos.