Periodista y Periodismo…a propósito de su día

Los conceptos nunca dejarán de ser lo que son. Su peso siempre estará a la vanguardia de cualquier situación, en cualquier contexto y en cualquier tiempo. El periodista hace periodismo desde la P hasta la O. Otra situación en el desempeño de tan noble profesión no es sino otra cosa. Las distintas épocas por no decir tiempos, enrumban los oficios con peculiaridades puntuales como la tecnología por ejemplo; que si bien ofrece en un sentido ventajas, nunca voltea los conceptos del profesional hacia su ejercicio en la materia. El mismo sentido vital del periodismo del siglo IIX lo tiene en el siglo XXI. Formas, estilos, imagen, lenguaje, objetivos, tamaños, formatos, público etc., -esto- en toda la comunicación periodística es solo parte subjetiva del profesional o el medio; nunca ello cambiará el concepto de la profesión ni del oficio.

El trabajo periodístico conlleva riesgos tanto privados como públicos. La blasfemia trae consecuencias varias, ya que cataliza demandas penales y socava la moral del periodista producto de la mentira. Ahora, decir o publicar mentiras haciendo creer que es un trabajo y que para eso se estudió, es querer asomar la posibilidad de cambiar el concepto de periodismo. Existe el periodismo, solo porque existe la verdad de un hecho y no una verdad de los hechos o una verdad periodística. Creer en esta situación es solo sentir una baja pasión por la destrucción social.

Son muchos los conocimientos adquiridos en las escuelas de periodismo. Sobre todo esa filosofía de la comunicación que sin duda ha de aplicarse de forma universal para hacer del conocimiento esa medicina de bienestar humano inigualable. La luz para el hombre y la sociedad, es una manera de ver el periodismo desde su núcleo atómico. Esa es su finalidad y el periodista es sin duda el mejor de sus medios. Dudar que el periodista sea el cartero de la verdad es renunciar al sueño de ser comunicador, de ser educador de las masas, de ser el calmante de las crisis, de ser el vehículo de las soluciones. El periodista es muchas cosas.

Duele, sin duda, ver como profesionales se encaran a los principios éticos y morales en la manipulación de su profesión o del oficio periodístico. Se presentan como magnates de la verdad siendo solo rastreros de algún interés oscuro y solo manchan la digna profesión. Ahora lo grave es que los buenos no dicen ni hacen nada para remediar esta afronta contra el universo periodístico, aun reconociendo que los buenos son mayoría. El periodismo venezolano solo será salvado por venezolanos, son los propios profesionales quienes con sus aptitudes podrán postular la dignidad y la sensatez en ese desempeño diario de llevar la verdad del acontecimiento al pueblo.

El periodista es un líder, aunque muchos renuncien a esta premisa. Ser periodista no es decir una verdad propia, la verdad propia es una mentira disfrazada. Solo tiene verdad propia el acontecimiento y no su narrador, ya que su única verdad es ser periodista. En periodismo el buscar la verdad es el inicio de la construcción de esa información que llenará al público de conocimiento y en consecuencia ese público tomará sus propias decisiones en cuanto a ello. No se debe conducir conductas impropias colectivas a través de las informaciones, arropados en la libertad de información o expresión. Este ejemplo está en la palestra comunicacional en nuestro país y su práctica es muy habitual entre los comunicadores venezolanos.

El periodismo no es escribir twiters, hace falta para toda la verdad mucho más que unos cuantos caracteres y particularmente pienso es el peor método para lanzar noticias. Utilizar medios como trinchera de guerra política, nunca nos dejará la satisfacción que ello representaría, el periodismo narra esa guerra, nunca puede ser parte de ella. El periodismo no aplaude las mentiras, el periodismo nunca se arrodilla ante el amo –porque no lo tiene-. Hacer periodismo es crear, es crecer, es llegar a la cúspide moral; sin más herramientas que la honestidad y su fuerza.

El periodista y el periodismo es la dupla que transporta la conciencia universal hacia un pueblo, son como el motor y las ruedas, llevan la verdad como estandarte. No es una lucha, ni una guerra. Es un arte, un deber, una doctrina de vida para la vida. El periodismo no tiene porque buscar enemigos, los consigue en su desempeño, bien por su acción u omisión. El periodismo es belleza, el periodista el artista. No se tiene un juramento hipocrático, pero se tiene el valor de creer en la verdad como aliada de la vida, de la esperanza, de la paz, del bien, del progreso, del desarrollo humano integral, de la humanidad, la verdad como aliada de Dios.

No hay cambios de conceptos, serán iguales siempre los periodistas y el periodismo, si no hay medios físicos o materiales, habrá almas con pensamiento que harán periodismo con espíritu heroico, con acciones que sobrepasan lo material. La palabra es escritura en el aire, las voces también enseñan y llevan verdades. El contacto humano hace de la noticia un momento familiar, que es llenado de alegría con las miradas verídicas en la comunicación. Todos los días siempre son del periodismo, porque todos los días está presente la verdad para anunciarla, el periodista celebra su mejor día cuando la verdad fluye en sus escritos, en sus palabras, en sus acciones.



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Pedro Barrera


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