TVES y la revolución del tarot

¡Sí! No pierdas el tiempo enviándome correos, objetándome que critique y exigiéndome me limite a ofrecer soluciones.

Me has enviado tantos que hasta casi me convenciste que no he hecho ni hago nada en la vida. Como solían decir en mi pueblo, me has hecho sentir como si mi vida que ya rebasa los setenta años, me la hubiese pasado “jorungándome la nariz”. Años de los cuales, casi tantos como he vivido, transcurrieron en el aula de clases, como alumno y docente; hice tantas cosas como militante, que para decirlo como Atahualpa Yupanqui, “no las sabría contar” y todavía me quedan arrestos para seguir combatiendo

Eres demasiado o hipersensible y no te gusta la crítica. Cuando alguien la hace y no te gusta, posiblemente porque estás predispuesto, aunque nada hayas despejado, reaccionas molesto y apelas aquel lugar común. He comenzado a sospechar que confundes adulancia con lealtad.

¡Pero qué extraño!, para no decir nada que pueda herirte, gozas una y otra juntas, cuando la crítica está dirigida a quienes tienes por enemigos. Porque, como a la gente de la derecha, te gusta tenerlos. No es la crítica lo que te molesta sino a quien va dirigida.

Por todo lo anterior, no te molestes en decirme lo mismo porque no me arredraras y menos me convencerás con tu criterio estrecho. Dicho todo hasta aquí, le entro a mi asunto.

Esto sucedió el miércoles 12 de noviembre. Ahora mismo. Pasé frente al televisor rumbo al baño y vi a una sonriente dama barajando un mazo de cartas, mientras decía más o menos lo siguiente:

-“Tú, que perteneces al signo libra, seguro que a veces recuerdas mucho a algunos de tus amigos que llevas tiempo sin ver”.

Aquel comentario, hecho por aquella dama, como quien nos estaba revelando “el misterio de las tres divinas personas”, por donde la entra el agua al coco o la amenaza de un tsunami, me paralizó. Me detuve y la observé con detenimiento, más molesto que otra cosa.

¿Cómo es posible, me pregunté, qué a esta altura de la vida, se manipule a la gente por estos medios con semejante simplonería?

¿Quién en este mundo que ya tiene amigos, porque llegó a la edad de tenerlos, no lleva tiempo sin ver a alguno de ellos y en cualquier momento le asalta la nostalgia? ¿Eso le pasa sólo a los de libra o casi todos los mortales del planeta tierra?

¿Cómo un canal de televisión le da cabida a gente que diga semejantes necedades? ¿Cómo darle espacio a tanto simplismo?

Entiendo, por aquello de la lógica capitalista y el sentido y finalidad de la publicidad, que los medios intenten vender sus cosas y sus programas idiotizando a la gente. Lo importante es que se peguen allí a la pantalla y sí para eso deben decir estupideces y hacer patrañas, los dueños de los medios le dan visto bueno. Como solían decir en Cumaná “¡Pa´ lante con los faroles!”. Todo sirve, es útil y valioso si produce plata. Pero ¡Cónfiro! Creo que eso debe tener un límite y partir de la idea que los infelices tampoco son merecedores de tanta simpleza como esa de los amigos extraviados de los del signo libra.

Todo esto lo pensaba yo, mientras la dama hablaba y barajaba sus cartas del tarot para adivinarle el porvenir a la gente del signo ya mencionado, sin dejar de sonreír como angelicalmente, con lo que logró atemperar un tanto mi……¿cómo fue aquella palabra que utilizó Capriles?. ¡Esa misma!

A todas estas, uno siempre prejuiciado y predispuesto, como tú, contra toda crítica, había dado por un hecho que ese canal era Venevisión u otro, por razones culturales y mercantiles - sobre todo esto último- se dedica a esas cosas que atraen personas y forman mercado donde vender lo que sea.

De repente, ¡coño!, me asaltó lo racional y antes de completar mi juicio y comentarlo a mi compañera, miré hacia arriba y a la izquierda, como si estuviese viendo un tarjetón electoral, y percibí el logo de la planta. ¡Qué calentera mi hermano! No era un canal de esos que uno usualmente, ya por costumbre, mal califica, sino era TVES.

Recordé a mi madre, quien no pasó del tercer grado de primaria y era la esencia de la humildad, quien me decía, nunca te acerques donde juegan a las cartas; no te juntes con quienes pretenden vivir del juego. Sí, al deporte, el trompo y el escondite. Pero por encima de todo lo tuyo es estudiar, aprender. Hasta me pegaba, lo confieso, cuando sabía que violaba alguna de aquellas reglas por ella recomendadas.

Me enseñó mi vieja, ella para quien no hubo escuela, menos universidades, porque debió ser la muchacha de los trabajos de casa de alguna de su familia acomodada, que los adivinos no existen y que es un engaño pretender hacer creer lo contrario. Pues, si hay tramposos y como sorgo

¡Claro! Esto no me lo dijo mi madre, lo aprendí entre mis amigos, libros y unas muy pocas escuelas formales, que entre el inventario de mañas del capitalismo, entra todo aquello que conduzca a la vida fácil engañando a los demás.

Por eso, intentó de nuevo apoderarse de mi la…….esa palabra; esta vez como con más intensidad. Pero no quise hacerte el juego. Caer en lo mismo que haces. Por eso quiero preguntarte:

¿Puedes explicarme, tú que no aceptas críticas, qué tiene que ver la revolución, construcción del socialismo, el hombre nuevo, con el tarot y las cartas?

¿Encuentras alguna relación entre esa cosa y el pensamiento de Chávez, los ejes estratégicos del Plan de la Patria? ¿Cómo valerse del tarot para combatir a los truhanes y corruptos que intentan que la revolución naufrague? ¿Será el tarot quien nos marque el rumbo? ¿Será adivinando el porvenir y las jugarretas del enemigo?

Como intento no ser como tú, espero que me expliques para tomar mis precauciones, autocriticarme y comprarme mi jueguito de barajas, para que ahora, después de viejo, haga lo que mi madre, humilde y analfabeta funcional, quizás equivocada, me metió en la cabeza no debía hacer.

En todo caso, creo que aquí, aunque no quieras admitirlo, hay una propuesta.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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