En la Venezuela de hoy todo es urgente… Es urgente solucionar integralmente nuestros problemas en el sistema educativo, en el sistema de salud, en la seguridad, los servicios públicos, nuestra inmovilizada economía y pare de contar. Asimismo, todos nuestros principales problemas son superlativos, punteamos mundialmente en las peores estadísticas relacionadas con calidad de vida. Ante un escenario como este cabe preguntarnos ¿Estamos corrigiendo nuestros males? Para que ello sea así la política tal como la conocemos desde los 80’ debe cambiar drásticamente, debe dejar de seguir siendo un show, un espectáculo, un costoso entretenimiento, donde los gobernantes (y políticos en general) se han autoengrandecido, convirtiéndose en el forzoso epicentro social y de la política internacional regional, sitial desde donde enarbolan fastuosas cifras y estadísticas de sus supuestas gestiones exitosísimas, sin embargo, la realidad palpable, el día a día en la calle no se compagina con esas prédicas, al contrario, hemos llegado a ser una nación de colas, racionamientos y trueque. Nuestros principales males provienen del descuido de la educación, en consecuencia observamos cómo el fanatismo político y la corrupción hacen metástasis en nuestra cultura, donde la formación académica aceleradamente pierde su vital importancia ante la carencia de empleos formales, cuando lo aspiracional es el sueldo mínimo, cuando la producción e invención se borró del mapa para privilegiar definitivamente el lucrativo negocio de la importación, cuando la aparición del bachaqueo y contrabando se convierten en actividades más rentables que cualquier profesión universitaria. Para corregir nuestros males tristemente endémicos es imprescindible la presión social, que los hombres y mujeres de este país presionen firmemente a los gobernantes hasta conseguir las soluciones a los problemas realmente importantes, no los que ellos impongan ¿Lo estamos haciendo? Para sobreponernos a nuestros tradicionales problemas la educación debe ser prioridad para el Estado lejos de adoctrinamientos, con personal docente excelentemente preparado e incentivado socioeconómicamente ¿Lo estamos haciendo? Para corregir nuestros males endémicos se deben aprovechar las nuevas herramientas legales de participación ciudadana sin que estas sean vilmente partidizadas ¿Lo estamos haciendo? Para superar nuestras históricas parvedades los gobernantes deben ser vistos como empleados públicos eficientes, donde no quepan las excusas, dejar de verlos como jefes incuestionables ni mesías ¿Lo estamos haciendo? Para poder subvenirnos de nuestros males la sociedad debe presentar niveles mínimos de conflictividad, donde las fuerzas productivas, laborales, políticas, gremiales, estudiantiles, entre otras, confluyan en acuerdos comunes en beneficio del país ¿Lo estamos haciendo? Así pues, respóndase usted mismo cada una de éstas interrogantes y reflexione acerca sí en verdad Venezuela va por el camino correcto o sí por el contrario estamos profundizando aún más nuestros tradicionales problemas, los que nos condenan al subdesarrollo, cada vez con mayor acento tercermundista.
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