Recientemente el diplomático Roy Chaderton cuestionó el proyecto de difusión de la música venezolana que se lleva a cabo desde la Televisora Venezolana Social TVES, sin nombrarla. En este sentido, también criticó que en los 90 años de Fidel le hayamos encasquetado en la tarima del Teatro Karl Marx de La Habana una gentarada de Corazón Llanero como si fuera lo único representativo de la cultura venezolana.
Roy, no olvides que TVES la dirige Winston Vallenilla y Roberto Mesutti, formados ambos por la burguesía cuando fueron empleados por muchos años en televisoras capitalistas al servicio del imperialismo. Hasta ahora ellos han contado con todo el apoyo y la aprobación de su gestión por parte de Nicolás. Incluso hay quienes afirman que tienen tanto o más poder que los ministros de la cultura. Esta contradicción de la revolución ha sido debatida ampliamente en Aporrea.org por camaradas preocupados por los nuevos contenidos de TVES. Te invito a leerlos.
Como todavía vivimos en una sociedad de clases, considero que este análisis no puede dejar a un lado el papel que juega la política cultural en la lucha de clases desde que nos invadieron los genocidas españoles. Luego de exterminar al 90% de los habitantes de este continente, los españoles se propusieron borrar la diversidad musical indígena imponiendo los ritmos musicales importados desde Europa. Lo propio hicieron con las tradiciones musicales que los africanos traían consigo, y toda manifestación artística de resistencia contra el yugo que los oprimía.
Más tarde, durante la República Oligarca la producción musical de las comunidades indígenas, negras y afrodescendientes fueron invisibilizadas por el proyecto de nación mestiza. La orden era blanquear la música para parecernos más a los europeos. Teníamos que des-indianizarnos y des-africanizarnos. Ya estábamos colonizados mentalmente. La dominación no terminaba con la Guerra de Independencia. Fue así como se impuso la música llanera como la más representativa del mestizaje en Venezuela, pero despojándola en lo posible de la influencia indígena y africana, y vaciada de su contenido insurgente.
El imperialismo necesita borrar la diversidad cultural para desarraigar a los pueblos, manipularlos y saquear sus riquezas. No es casualidad que la diversidad musical de México la hayan reducido a las rancheras, así como el tango en Argentina, y la zamba en Brasil, con el cuento de construir una supuesta identidad nacional. Construir un nacionalismo que solo sirve a los intereses de la oligarquía latinoamericana y el imperialismo.
Compatriota Chaderton, Winston Vallenilla y su equipo de trabajo solo hacen lo que aprendieron en los medios de comunicación de la burguesía. Conciente o inconcientemente reproducen los valores que sirven a los intereses del orden establecido. Saludos.
17/09/16
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