El secreto de la guerra está en la seducción

"La seducción de las palabras no necesita de la lógica, de la construcción de unos argumentos que se dirijan a los resortes de la razón, sino que busca lo expresivo, aquellas "expresiones" que se adornan con aromas distinguibles"(Álex Grijalbo)

Duélale a quien le duela y moleste a quien tenga que molestar, pero no hay la menor duda de que el periodismo ha estado fracturado desde hace años y, en cierto modo, ha sido sustituido por la comunicación falsa, es decir, esa comunicación que viene disfrazada por el concepto de mentira, el mismo que va en contra de la realidad de las cosas, eso que niega racionalmente algo que no puede ser negado.

Álex Grijalbo, periodista poseedor de una fructífera carrera, escritor, graduado en la Universidad Complutense de Madrid, con experiencia en el diario El País y la Agencia EFE (imagino que cuando valían la pena), Premio Nacional de Periodismo, en su libro La Seducción de las Palabras, dice algo interesante que permite decir que, parte de lo que ocurre hoy en día a nivel mundial y particularmente en Venezuela, está reflejado en una de sus opiniones cuando dice:

"La seducción parte de un intelecto, si, pero no se dirige a la zona racional de quien recibe el enunciado, sino a sus emociones. Y sitúa en una posición de ventaja al emisor, porque éste conoce el valor completo de los términos que utiliza, sabe de su perfume y de su historia, y, sobre todo, guarda en su mente los vocablos equivalentes que ha rechazado para dejar paso a las palabras de seducción. No se basa tanto la seducción en los argumentos como en las propias palabras, una a una. No apela tanto a la construcción razonada como a los elementos concretos que se emplean en ella. Su valor connotativo ejerce aquí una función sublime".

En ese párrafo de Grijalbo podemos meter toda esa gran manipulación que se viene haciendo nacional e internacionalmente contra el país, a través de las redes con esos montajes de imágenes y textos que hacen ver a quienes los observan, una realidad que no es tal. Las cosas funcionan para los textos e imágenes y están dirigidos muy directamente a no dejar pensar a las personas sino a asombrarlas con palabras e imágenes, porque nada de lo que sale en las redes ni en diarios ni en televisión tienen que ver con la verdad y van dirigidos directamente a golpear la parte emocional de la mayoría de la audiencia. Y esa es la razón fundamental de ir más a cosas concretas que a dar explicaciones, por eso la oposición venezolana no pierde en el tiempo en explicaciones, porque ella aloja en un saco oscuro lo que es cierto y les dirige a las personas las palabras e imágenes a conveniencia.

¡Sólo hay que escuchar cuando los opositores a la revolución bolivariana tienen la oportunidad de decir o declarar!

No hay razonamiento, no hay una construcción del mensaje (salvo cuando se trata de artículos de opinión o reportajes u otro género), solo las imágenes y las palabras van como un torpedo en dirección a lo emocional de las personas.

Y la revolución bolivariana debe ir a la inversa, haciendo hincapié en la emoción y la verdad que debe mover a los seguidores de este interesante proceso que, con sus aciertos y errores, cabalga con la mayoría de los venezolanos y demás residentes en el país. Allí está el secreto de lo comunicacional, independientemente del resto de lo que le corresponde hacer y hace, al Estado venezolano.



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Pedro Estacio


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