Acepto que lo que sirve de rótulo a esta crónica, es casi un plagio; o mejor, es todo un intento de plagio muy deliberado al título de un librito que circulara en tiempos de gloria neoliberal. Es muy probable que Emeterio lo leyera con más fruición que aquel clásico de los 50 intitulado Dos noches de placer. Sí, es muy probable.
Pero leyendo un informe roiteriano suscrito por un won llamado Gideón, he podido darme cuenta que la actitud de la derecha es inmadura e infantil, cuando no genocida, y que en estos están sus verdaderos polos de acción, razón por la que el señor Mancuso y Marcel Granier resultan tan arquetípicos derechistas, y por lo que resulta tan difícil entenderse con ella. Como hipertenso de etiología emocional, confieso que me ha sido proscrito en absoluto de mi vida hablar con derechista y mucho menos con ultraderechista alguno o alguna por expresa prescripción facultativa, si acaso quisiera seguir viviendo, como termina diciéndome siempre la grave advertencia médica. Y eso que mi cardiólogo es escuálido. Así será la cosa de alarmante.
Pues bien, ha dicho el won de Gideón, que, pese al malestar (no sé de cuál malestar habla) la izquierda moderada no critica a Chávez quien según dizque estira los principios democráticos a límites de reventón, ya que le “quitó” la licencia a RCTV, que pretende descartar los límites del período presidencial, terminar con la autonomía del Banco Central y entregarse nuevos poderes para gobernar por decreto, por lo que algunas de sus propuestas irían entonces contra la Carta Democrática de la OEA, cosa última esta que ha dicho otro won -al parecer burócrata de la Universidad Autónoma de Chile- pero que ni aún así los izquierdistas latinoamericanos lo censuran, refiriéndose a Lula, Kirchner, Alancito y a la Bachelet, quienes por no estar supuestamente de acuerdo con él, sin embargo puede preocuparles ser vistos como complacientes con el rewón de Bush.
Un hijo del won de Vargas Llosa -coautor a propósito del librito que circulara en tiempos gloriosos del neoliberalismo- y de acuerdo al won de Gideón miembro de un grupo de expertos independientes de Washington (¿independiente? ¡qué bolas tiene Bolaños jugando bolas en Boleíta!), ha dicho que la derecha no está en una sólida posición como para debatir a pleno sol con Chávez, y que, quienes pudieran hacerlo (que son en propiedad los líderes moderados de izquierda) entonces no lo hacen. ¡Mire usted qué vaina tan seria esa, Varguitas Llosita! ¿Y por qué crees usted, Varguitas Llosita que no lo hacen? Quizás porque sí son reales miembros de una izquierda moderada, salvo que pudiera ocurrir lo que conjetura otro won por allí que ha dicho que el radicalismo de Chávez le va bien a algunos izquierdistas porque les permite definirse como moderados por comparación… No sé; eso sí pudiera ser un estirón de los conceptos hasta el reventón… Porque los supuestos líderes izquierdistas moderados venezolanos, que sí lo critican hasta lo despiadado, no lo hacen porque tengan algo novedoso o alternativo que decirle en contestación y como otra visión de izquierda, sino porque el discurso de ellos se confunde (es mas, se funde) con el de la más prontuarizada derecha y ultra derecha. Alancito le contestó y terminó como quitándose una careta que resultó virtual. Pues resultó que Alancito no es de izquierda (ni siquiera moderada), sino de la más rancia derecha latinoamericana mancusista y granierista.
¿Pero sugiere usted entonces, Varguitas Llosita, que la izquierda aun disfrazada de moderada debiera servir como de prónuba o de escudera a la derecha ante un molino de viento que sería Chávez? Eso sólo podría pedírsele a un izquierdista moderado que fuera miembro de la CIA. Usted pide mucho… aunque reconozco que no tanto.
* Si el adjetivo tonto pudiera resultarle muy generoso a algún lector, el de pendejo pudiera sustituirlo; y si éste lo resultara también, entonces sustitúyase por el de idiota; y, si aún así le resulta demasiado generoso, sustitúyase entonces por el de pajúo. Hasta aquí llegaría mi intransigencia de hipertenso emocional. Gracias.