Nota: Una "periodista", muy bonita por cierto, con los rasgos propios de la cultura dominante, lo que no niega su belleza física, entrevistó a Francia Márquez, recién electa vicepresidenta de Colombia y la "increpó" de mal gusto y modo por demás irrespetuoso, con lo de, si "vivir sabroso", consigna de su campaña electoral, significaría para ella vivir en la casa, supuestamente cómoda y lujosa asignada a quien ocupa su cargo.
Por supuesto, abundan las manifestaciones de solidaridad con Márquez, dada la bajeza y hasta mal gusto de la pregunta que, pese el cuidadoso y hasta "exquisito" modo de hablar de la periodista, desdice mucho de su calidad humana; no obstante, no podía faltar quienes aquello pasaron por alto, dada la tendencia a asumir el debate político con odio y verdadera ordinariez y poner énfasis en la manera, formalidad o tono en el hablar de la vicepresidenta, propio de la gente, del universo étnico en el cual se ha formado y luchado diariamente, razones que la llevaron a ser hoy una destacada líder.
Esto último, la manera de hablar de la gente, que tiende a ser propia del ambiente en el cual se formó, tanto que hombres que han estudiado y formado a lo largo de la vida en otros espacios, suelen hablar de un modo como convencional, que se le suele calificar como "delicado, fino y exquisito", tanto en lo formal como en la intimidad, suelen despojarse de esto y hacerlo como lo hace su gente. Pero sucede que Francia Márquez es producto de un espacio y cultura donde se habla a la manera como ella lo hace y, quizás por eso mismo y sus luchas, es hoy una figura destacada en la vida colombiana.
En la nueva literatura, sobre todo esa que han llamado el "boom latinoamericano" o el "realismo mágico", uno de sus rasgos fundamentales es recoger la forma del lenguaje popular y poner a la gente a hablar como lo hace cada quien.
Al parecer, por lo que uno escucha, a los oídos de alguna gente le suena chabacano, desagradable el hablar de Francia Márquez. Y esto no es más que una manera de percibir producto del racismo que anida en personas que, por eso mismo ven con odio que una mujer de su color y humilde, sobre todo resaltado en manera de expresarse, el simple tono, haya alcanzado tan alta posición. Y esto, el racismo es no sólo ordinario sino vulgar y cruel.
Pero resulta que Álvaro Uribe, pese aspecto de persona refinada, bien vestida, al modo occidental y tradicionalmente burgués, hasta egresado universitario y niño bueno, que sus íntimos llaman "Varito", no sólo tiene en su haber estar en la lista de los marcados por la DEA, de los gringos, como vinculado al narcotráfico y ha estado, como es por demás conocido, vinculado directamente, hasta como responsable, a los frecuentes actos vandálicos colombianos, entre esas barbaridades de los "falsos positivos", sino que además su hablar no es nada exquisito, sino que tiene por demás de eso que llaman o califican de ordinariez en Francia Márquez, solo que el tono en cada uno de ellos es distinto, claro viniendo ambos de espacios y grupos étnicos diferentes.
Pero hay algo más que, quienes hemos vivido estos años pendiente de lo que sucede en Colombia, sabemos que el hablar de Uribe está lleno de violencia, falsedades y odio desmesurado, propio de la gente como él que, pese su aparente refinamiento, dado los valores de los suyos, se mueve entre delincuentes.
¿Y qué más ordinariez, mal gusto y pésima educación que la puesta de manifiesto por la periodista que entrevistó a la recién electa vicepresidenta de Colombia, quien de paso no llegó al cargo impuesta por nadie sino habiéndoselo ganado por sus propios méritos?
Pero como pasado mañana, el lunes 27 de junio, es día del periodista y hemos hablado de la periodista que entrevistó a Francia Márquez con el ánimo de ridiculizarla, he tomado de mi archivo un artículo, publicado años atrás, que habla de un periodismo tarifado o lleno de mala fe, por el interés político que en veces prevalece en mucha gente, le lleva a desvirtuar los hechos y hasta descalificar a las personas y lo bueno que haya en la vida.
Chávez, promulgó una Ley, que sigue siendo de gran valor y pertinencia, relativa a la regulación de la "pesca de arrastre", por los desastres ecológicos que esta venía causando, pero un periodista y su diario, encontraron la manera de descalificar la medida y al presidente, basados en circunstancias banales, inevitables y por demás transitorias, como los efectos inmediatos que aquello produjo, sin tomar en cuenta que quien se opera, para salvarle la vida, hay que hacerle una sería incisión que le tendrá en cama por varios días.
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SIP, "El tiempo" portocruzano y el terrorismo mediático
Eligio Damas
El término "terrorismo mediático", ha generado mucho escozor. Alguna gente parece creer un poco exagerado, acusar de terrorista a un periodista, o mejor, a un dueño de periódico, quien mediante alguna artimaña, que envuelve el uso del medio y sus inmensas posibilidades, trata de desprestigiar, doblegar y mal poner ante la opinión pública a alguien.
En el pasado reciente venezolano, eran frecuentes las guerras mediante la divulgación de informaciones de unos editores contra otros. Las rencillas ventiladas a través de los medios informativos o portadores de mensajes culturales, entre los dueños de unas plantas televisoras y otras, lo que en veces hasta incluía la familia, en la reciente historia de Venezuela, fueron proverbiales.
Incluso, la desmoralización fue tal, que los medios de comunicación, audiovisuales o escritos, hacían trueque con los partidos del status – AD y COPEI- de puestos en los cuerpos legislativos por apoyo en la campaña electoral. Así, como los bomberos, para no pisarse las mangueras, unos medios apoyaban a un partido y otros a otro. Es decir, los medios ya en la época del "Pacto de Punto Fijo", habían descubierto la forma de doblegar a los partidos políticos. Y esa audacia iba más lejos, el partido ganador de la contienda electoral, contraía la "obligación", de apartarle al medio que le apoyó en ese proceso, puestos en el gabinete ejecutivo y algunos cargos relevantes de la administración pública.
Por supuesto, aparte de lo ya mencionado, los medios daban por descontada la "obligación gubernamental", de prodigarse a favor de los medios mediante eso que llaman la pauta publicitaria. Y hubo guerras, cuando a lo largo del engranaje se "pelaba algún cable". Medio que no recibía – eso estaba contabilizado de antemano – lo que creía corresponderle, inmediatamente comenzaba por formar sus berrinches y desatar su guerra "opositora". Hostilidad a la que se ponía freno o fin, cuando la facturación y fluidez de caja funcionaban con "normalidad".
Estas cosas pasaron. Sólo que a nadie se le había ocurrido calificarlo de terrorismo mediático, pese a que era frecuente el uso de "terrorismo judicial" para referirse a las tribus.
En la era de Chávez, con la debacle de los viejos partidos, la dificultad de levantar una o dos organizaciones nuevas que recojan la inconformidad frente al gobierno, y conscientes estamos que esto ya es un lugar común, algunos medios asumieron el rol que corresponde a la oposición política. Y aquella experiencia, que no fue más que un chantaje al puntofijismo, la perfeccionaron, hasta tal punto que hicieron de muchos periodistas y algunos otros trabajadores del medio, una suerte de militantes y propagandistas.
Y las políticas del gobierno, rechazadas a ultranza por propietarios de medios, como vanguardias de las clases dominantes, empezando por aquellas desplazadas de áreas donde se hacen grandes inversiones y obtienen superlativas ganancias, como la petrolera, aunado al vuelco que aquel le ha dado a sus gastos publicitarios, se volvieron objetivo fundamental para la descarga inclemente de la artillería mediática.
Ayer mismo, en la reunión de la SIP, sin pudor, en una actitud incomprensible para quien tenga un poco de dignidad, Marcel Granier se lamentaba que el gobierno, a algunos medios, por supuesto que los suyos, le hubiese retirado la pauta publicitaria.
Y esta conducta que puede definirse como todo contra Chávez y más, contra lo que Chávez haga, se ha convertido en una pauta informativa para una importante cantidad de medios.
No viene al caso calificar de una manera u otra, lo que el diario "El Norte", de Puerto La Cruz, hizo en su edición de este lunes 31 de marzo. Es posible, vaya por delante nuestra buena fe, que periodistas y editores, no se propusieron el inicio de una campaña en base al temor, para minar las bases del plan gubernamental de poner fin a la pesca de arrastre. Pero es obvio, que tal como titularon y manejaron algunos detalles de la información, han debido llevar a muchos a conclusiones erradas e indisposición por miedo, a una medida que merece ser discutida. Porque tiene repercusiones trascendentes para la vida de todos y el destino de la humanidad; la pequeña de la cual formamos parte, acá en Puerto La Cruz y de la que habita el planeta. Además, porque la actual generación está obligada a resguardar el ambiente en el que habrán de vivir las venideras.
En la edición que arriba mencionamos, el periódico en cuestión titula de la siguiente manera, en primera página:
VENDEDORES: EL PESCADO ESCASEA POR LIMITACIONES A RASTROPESCA.
Al parecer, ese día, según lo reportado, hubo escasez en la oferta del pescado en tres mercados del producto de la ciudad oriental. En el cuerpo de la información, uno de los entrevistados, atribuyó el fenómeno "a la paralización de las rastropescadoras"(1). El señor Carlos Rodríguez, citado por el periódico, específicamente hizo esa afirmación. Los otros entrevistados se limitaron a dejar constancia de la escasez.
Es decir, un entrevistado, atribuyó la escasez a la "paralización de las rastropescadoras". Ningún entrevistado habló que se haya suspendido a las rastropescadoras. Sencillamente porque eso no ha sucedido.
El mismo periódico, dentro del texto, como oculto, reconoce que la prohibición de la pesca de arrastre, "entrará en vigencia dentro de un año" (2) y agrega que "el sector se encuentra parcialmente paralizado debido a que los armadores carecen de permisos para operar y de orientación sobre las artes a las cuales deben migrar" (3).
El periódico, por medio de sus agentes, no se ocupó de averiguar por qué algunos armadores carecen de permisos y desde cuándo están en esa situación y le quedó debiendo a sus lectores esa información para que pudiesen armar un juicio libremente. Además, es un subterfugio periodístico, atribuir la escasez o la negativa de algunos armadores a salir a hacer su trabajo, porque carecen de "orientación" para su trabajo futuro, que se iniciará, en principio, el año que viene. Y porque las artes o mecanismos que habrán de usar para pescar fuera del mar territorial o dentro de éste, una vez que entre en vigencia la nueva ley, eso es asunto que de ser necesario la intervención gubernamental, hay tiempo para definirlo y espacio para maniobrar. Pero en todo caso no es habitual que los venados corran tras los perros; quienes reclaman la libertad empresarial no esperan que el gobierno les diga cómo deben hacer lo permitido.
Por estas cosas, uno no entiende que sea sano que el diario "El Tiempo", periódico de nuestras lecturas, consultas diarias y por el cual conservamos un bello afecto, además del título de primera página arriba citado, en la página 3, use el de "COMENZÒ A ESCASEAR PESCADO POR SUSPENSDIÒN DE RASTROPESCA".
No es necesario decir más. Usted lector saque las conclusiones y piense que la SIP, acaba de declarar con libertad absoluta, frente a todos los medios, que en este país no hay libertad de prensa ni derecho a pataleo; y además que el terrorismo mediático, es una fantasía oficialista para distraer.
(1-2-3) "El Tiempo". Pto. La Cruz, 31-03-08. Pág. 03