En mi infancia había secuelas de películas llamadas El regreso del Látigo Negro, Tarzán ataca de nuevo, El Águila Negra viene a vengarse y así. Eran películas exitosas a las que se fabricaba una secuela para sacarle más plata. Es lo mismo que las canciones. Hubo una llamada Pepito, con Elena Madera, a la que un oportunista le sacó por ahí una Contestación a Pepito. A Cervantes le salió también su contesta, cuando un tal Alonso Fernández de Avellaneda, un seudónimo, sacó una segunda parte de Don Quijote, dado que el Manco se tardaba demasiado en la suya. Aquellas secuelas eran hasta emocionantes. Me he superado mucho, claro. Ni ya soy el mismo ni las películas son las mismas. ¿O sí son?
Es que ahora Marcel Granier da una tremenda rueda de prensa en la que demuestra que la libertad de expresión en Venezuela está amenazada al impedir la entrada de Venezolana de Televisión (VTV). Anuncia en ella que pasado mañana RCTV reabrirá su transmisión. Le deseo buena suerte, sobre todo la deseo a los televidentes. Pero a él se la deseo porque no es fácil reanudar la transmisión luego de que sostuvo que a RCTV la cerraron. ¿Como es que el rrrÉgimen que la cerró ahora acepta su reapertura sin pestañear ni insinuar siquiera una inconformidad?
Cómo sería bueno que Granier se dejara asesorar. No abriría el canal el lunes. Supongo que hay presiones económicas porque finalmente no es un partido político y hasta estos tienen problemas económicos, como Acción Democrática, otrora opulenta y ahora amenazada de expulsión por parte de la Internacional Socialista. De modo que mi consejo es seguramente corto en más de un sentido. Pero de todos modos tiene un valor: promover la consistencia y la coherencia con los principios o con la palabra, asunto que a Granier como que no importa. Por eso no sabemos si está allí cuando lo vemos, pues ahora resulta que nunca estuvo en Miraflores durante el gobierno golpista de abril de 2002. Él lo niega y ahora me temo que también niegue que dijo que el canal reaparecería por cable este lunes. De repente dice que él no dijo eso, que «vamos a respetarnos», etc. Sería lo mejor para su honra, pero me pregunto si eso le interesa.
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