Un día como hoy, cualquier persona que tenga sentido común se preguntará: ¿cuál era el problema de RCTV de mandar el fulano papelito a CONATEL, en el cual la empresa se inscribe como un servicio de producción nacional audiovisual? Partiendo del hecho de que la gente de RCTV no está de acuerdo con que se les dé esa clasificación, ¿cuál es el problema de inscribirse de la manera en que lo está exigiendo el ente regulador y, posteriormente ejercer los recursos a los que haya lugar para solicitar que les cambien la clasificación, pero mientras tanto seguir transmitiendo su programación habitual, incluyendo los noticieros y los programas de opinión que se dedican exclusivamente a hablar mal de Chávez y de cualquiera que este tenga cerca?
Si el problema se resolvía simplemente con un papelito ¿por qué no enviarlo? ¿por qué pretender reeditar toda la alharaca del 28 de Mayo? ¿qué interés real se esconde detrás de este acto de tontería de dejar de transmitir nuevamente, simplemente por no querer mandar un papelito a CONATEL?
LA VERDADERA RAZÓN
RCTV sabe, desde el mismo momento en que decidieron no cumplir con la Ley Orgánica de Telecomunicaciones y con la Ley de Responsabilidad Social, que pasaban a jugar un juego peligroso, en el cual estaban convencidos que iban a tener más fuerza que el Gobierno de Chávez. Nunca imaginaron que CONATEL iba realmente a tomar la decisión de sacarlos del aire si no cumplían con la Ley. Cuando se dieron cuenta de que esta situación era inminente, buscaron que la acción tuviera el mayor costo político posible. En el medio de su delirio de soberbia, llegaron a pensar sinceramente que esta sería la causa, ahora sí, de la caída del Presidente.
Salieron del aire y comenzaron a inventar que el gobierno estaba presionando a las televisoras por suscripción para que no pudieran colocar su señal. Esto fue desmentido por CAVETESU, lo cual los dejó en ridículo.
Por tanto, como era absurdo no salir por cable, a pesar de que todo el mundo insistía que esa era la solución, anunciaron con bombos y platillos que volvían a transmitir. Apostaron que la movilización sentimentaloide que habían logrado hasta el momento, sería suficiente para que sus niveles de audiencia se mantuvieran. Sin embargo, su vanidad tropezó duramente con la realidad: los números no dan. No sólo no han aumentado su audiencia, sino que esta ha disminuido dramáticamente en tan sólo 15 días, al punto que hoy tienen menos de una cuarta parte de la audiencia que tuvieron el primer día de transmitir nuevamente.
Lo peor es que las tarifas de publicidad son a su vez cuatrocientos por ciento más altas que el canal de cable más caro. Y vamos a estar claros, por mucho que acudan al sentimentalismo de la gente, no hay gerente de mercadeo que pueda explicar esos costos por punto de raiting completamente fuera de contexto.
Por lo tanto, como a los directivos de RCTV no les dan las cuentas, porque no se han preocupado de hacer televisión, sino de tumbar a Chávez, están manipulando nuevamente a la opinión pública para que se vea que esta nueva salida del aire es porque el gobierno los está censurando, y no por culpa de su incompetencia. El único detalle que no tomaron en cuenta es que la gente no es gafa y que ya nadie les cree, porque con simplemente cumplir la Ley tal y como lo indica el órgano regulador, podrían seguir despotricando del gobierno a su antojo.
Claro, el problema aquí, como siempre, son los trabajadores, que todavía no han ido a jugar dominó a casa de Granier, pero que serán despedidos inmisericordemente... por supuesto, echándole la culpa a Chávez.
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