Después de escuchar ayer noche, por enésima vez a Mario Silva de La Hojilla hacer la sempiterna pregunta de " Quién para a Globovisión " y de leer múltiples artículos sobre este escamoso tema en las páginas de Aporrea tome la decisión de escribir de nuevo y aportar mis comentarios al respecto.
Describir como todos o hacer un análisis de la falta de ética y la manipulación de las informaciones que este canal de televisión hace a diario y mantiene como línea editorial, representa ya un contrasentido. Lo imperante y racional en este caso, sería entender los antecedentes mediante los cuales se llegó a esta situación, establecer cuales son los males actuales y prescribir una receta definitiva.
Debemos comenzar por entender las razones históricas que llevaron a los medios de comunicación privados en Venezuela, especialmente televisión, a desplazar a los partidos políticos tradicionales en la conducción de la oposición al Gobierno. Esta aberración en el equilibrio de poderes se debió fundamentalmente al bajo nivel de prestigio y aceptación en que cayeron los líderes políticos de gobiernos anteriores por la inejecución de políticas sociales previas a la ascensión al poder del Presidente Hugo Chávez .
El Gobierno del Presidente Chávez por su parte, desde el inicio de su mandato, contribuyó significativamente a la minimización de las actuaciones públicas de los partidos políticos de oposición, demostrando los errores que en la conducción del País, habían cometido a lo largo de 40 años, los representantes del bipartidismo AD-COPEI. Para ese entonces, el Presidente Chávez atacó fuertemente a los líderes tradicionales, lo que condujo a que éstos adoptaran una fórmula de hibernación política, en la espera del desgaste natural que todo Gobierno experimenta en el ejercicio de su mandato. Ante ese vacío de poder de los partidos políticos tradicionales, surgieron los medios de comunicación privados como alternativa y punta de lanza de las fuerzas de oposición en la conformación de la plataforma política contra el Gobierno Nacional.
Ahora bien, analizando cuales son los factores que han permitido a los medios de comunicación privados permanecer usurpando este poder natural de los partidos políticos tradicionales, tenemos que resaltar en primer lugar que por décadas se constituyeron como un poder influyente en las políticas de los Gobiernos de turno y ante la imposibilidad de hacerlo con el Gobierno actual y el hecho de haber alcanzado un suprapoder por encima de los partidos políticos tradicionales de oposición, ya no desean ser desplazados. Tenemos asimismo, que la propiedad de estos medios de comunicación esta conformada por un reducido oligopolio, con apetencias políticas personales propias y cuyos integrantes ejercen coerción sobre todas las actividades que se desarrollan en esos medios utilizando la falta de transparencia en la responsabilidad de las actuaciones individuales. Lo anterior se explica por si solo, cuando se inquiere en forma privada a cualquiera de sus moderadores, del porque de sus conductas y estos afirman inmediatamente que deben cumplir con la línea editorial de la gerencia de estos medios, so pena de perder sus trabajos. Por otra parte, la gerencia se jacta burlonamente de establecer que los productores y moderadores tienen independencia de los contenidos en la programación.
En el ánimo de restablecer las posiciones correctas de los poderes constituidos y que el sistema en general pueda funcionar bien, deben coexistir siempre fuerzas opuestas que pertenezcan a un mismo nivel para que se compensen entre si y logren un perfecto equilibrio. En la medida que alguna de ellas pueda destacar sobre su opuesta, se producen en forma natural degeneraciones en su uso, que terminan pervirtiéndola. El Gobierno Nacional debe propender la creación de poderes compensadores a fuerzas existentes o que se crearen dentro de la dinámica de los diversos factores que interactúan en el ámbito de la Nación. En la manera que se dificulte la creación inmediata de dichas fuerzas compensadoras, se podría recurrir a la formulación de medidas regulatorias, que permitan reducir significativamente el impacto de alguna fuerza dominante.
En el caso particular venezolano, donde la fuerza de los medios de comunicación privados, ha excedido con creces al poder informativo de los canales oficialistas, es imperativa como solución compensadora la creación en el mediano plazo de estaciones de televisión públicas de ámbito nacional, así como de una red de televisoras comunitarias por cable, que se agrupen posteriormente en múltiples federaciones y éstas en una o varias confederaciones.
En lo inmediato, se propondría como medida regulatoria la emisión de una disposición administrativa y discrecional emanada de CONATEL, mediante la cual se prohíbe el oligopolio de la propiedad de los medios de comunicación privados y se conminaría a que estos se inscriban ante la Bolsa de Valores de Caracas. La tenencia de acciones estaría limitada al 0.01 % del Capital Social suscrito, lo cual quiere decir que habría un mínimo de 10.000 accionistas dentro de la empresa. Los accionistas entre si, no podrán estar relacionados dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero en lo civil. Regulaciones expresas sobre empresas filiales o subsidiarias deben ser incorporadas. Asimismo, los mismos grados de filiación se considerarán en la relación, de los accionistas tanto con productores de programas, así como los respectivos moderadores. Esta disposición conllevaría a una pluralidad en la tenencia de la propiedad de los medios de comunicación privados, de tal forma que tanto afectos al Gobierno, opositores o cualesquiera ciudadanos sin distingo político puedan ser poseedores de acciones y que exista transparencia, independencia y responsabilidad individual en el contenido y la conducción de los espacios de programación.
Saludos Bolivarianos,
Oscar Seidl