El clan de los despechados de CNN en español: Opennheimer habló

Patricia Janiot, Alberto Padilla y Andrés Oppenheimer, se consagraron a la tarea de sacarse “el guayabo mediático” con respecto al declive evidente de la economía estadounidense, en el programa “Panorama Mundial”, emitido por la cadena de Atlanta el pasado 06/10/2008, a las 9:30pm hora de Caracas.

Sin ocultar sus caras de tragedia ante la consumación de lo insoslayable: la apoteósica quiebra del sistema financiero imperial, los conductores Patricia Janiot y Alberto Padilla, entrevistaron al “gurú” de la política neoliberal, las damas chinas y las ciencias ocultas, Andrés Oppenheimer, en una especie de réplica de CNN en Español a las declaraciones de Chávez acerca del desplome del capitalismo estadounidense. En un raquitico esfuerzo metafísico por convencer a la audiencia de las bondades de la economía de mercado gringa y su casi esotérica habilidad para escapar de la catástrofe, Patricia, Alberto y Andrés, parecían un grupo de amigos despechados dándose falso ánimo entre ellos, pero con una cruda y ácida procesión de Padre y Señor Nuestro carcomiéndolos por dentro.

Carente del más absoluto argumento coherente y convincente, el diálogo entre “panas” con el corazón “partío” se explayó en una serie de secuencias sintagmáticas enunciativas disfrazadas de preguntas, del lado de Patricia Janiot y Alberto Padilla, y de espasmos vocales acrobáticos y cantinflescos, de parte de Andrés Oppenheimer. Como era de esperarse, el monólogo en cuestión -ya que los tres se asumían como una única e indivisible persona hablando- comenzó a disparar contra las sensatas palabras de Chávez en torno a la crisis terminal de sistema capitalista imperial y mundial. De inmediato Oppenheimer, azuzado por los asalariados de CNN en Español, se desenfrenó por los tradicionales derroteros de los defensores de lo indefendible. Lanzó perlas y amenazas veladas, tales como que “los países que más hablan de la caída capitalismo, son los que más sufrirán de la recesión económica” (¿?) o que “a Venezuela le irá muy mal porque los precios del petróleo no subirán más de 90 dólares en lo que resta de año” (¡!), palabras más…palabras menos.

¿Por qué Oppenheimer no dice que Venezuela es una de las economías más sólidas del planeta y quizás una de las pocas capaces de resistir los embates del segundo “crack” financiero del Imperio? ¿Alguna vez han publicado en CNN en Español el monto de las reservas internacionales de nuestro país, que actualmente roza los 40 mil millones dólares? ¿Por qué Oppenheimer o Padilla –neoliberales hasta la médula- no dicen que la Bolsa de Valores de Caracas fue la única del planeta que no cayó el 29/09, día del primer Lunes Negro? ¿Quiénes serán los que están “raspados” en economía, los imperialistas capitalistas o los tercermundistas revolucionarios?

Oppenheimer, como todo analista “tapa amarilla” y proto-yanqui, trata de diluir el colapso económico de Estados Unidos con la lastimosa coletilla de que “es una crisis mundial” y que “todos sin excepción serán arrastrados” por ella, si ésta acaba por acentuarse. Si bien es cierto que el Imperio es el centro financiero del orbe, es anti-dialéctico sostener que todos los países tienen el mismo nivel de dependencia de Wall Street, ya que varias naciones, entre las cuales está Venezuela, han desarrollado un proceso de deslinde de los circuitos financieros imperiales y sus organismos multilaterales, como el Banco Mundial y el FMI. No es posible parangonar –verbigracia- las economías de México, Chile o Colombia, con la de nuestro país. En el caso de México, la alta dependencia de las remesas en dólares enviadas desde Estados Unidos y un nivel insuficiente de reservas internacionales que tímidamente sobrepasa los 90 mil millones de dólares, para una población de más de 105 millones de habitantes, son puntos críticos de debilidad en la economía azteca y pruebas irrefutables de la fortaleza de Venezuela en el ámbito financiero internacional. Venezuela, con apenas 28 millones de habitantes, dispone de más de 39 mil millones de dólares en reservas internacionales. Valga la aclaratoria de que la mayoría de esas reservas venezolanas está en euros y otras monedas, no en dólares. ¿Será que alguna vez Alberto Padilla habrá informado de manera veraz y objetiva en relación con la economía criolla? ¿Cuántos latinoamericanos se habrán enterado de esas cifras positivas de Venezuela, gracias a CNN en Español?

Oppenheimer, como los profetas del desastre de acá, tiene 10 años prediciendo el derrumbe de la economía venezolana y nunca avistó la viga que tenía ante su propia nariz. ¡Vaya detalle! Ni él, ni la cuerda de infelices de Chicago y el IESA, avizoraron siquiera una pizca de algo nombrado “recesión”, recurso eufemístico de los economistas capitalistas para no pronunciar “fase antes del caos”. ¡Que no panda el cúnico!

Oppenheimer, al afirmar que el precio promedio del crudo de 90 dólares el barril hará que la economía venezolana se vaya por la cañería, vocifera una de las sandeces más “ilustradas” del momento. Habrá que recordarle al sujeto de marras, que una cesta petrolera criolla cotizándose a 90, 80, 70, 60 e incluso 50 dólares, es ganancia extra para Venezuela, debido a que nuestro presupuesto anual –al menos para 2008- ha sido calculado tomando como base un precio del barril por debajo de los 40 dólares. ¿Summa Cum Laude en idiotez, Oppenheimer?

Con respecto al tema del dólar, el “gurú” Andrés no pudo ser más manipulador y mentiroso, al defender la tesis de que el dólar se está “revalorizando” y que no va a sucumbir como moneda de referencia a escala global, como si no fuera de dominio público la depreciación de más de 40% -en los últimos 3 años- del otrora imbatible “billete verde”. Eso de que “la gente sale a buscar dólares para ‘protegerse’ de la crisis”, es una babosada; los que compran “Benjamines” en América Latina –y en enormes volúmenes- son los grandes capitalistas especuladores, no el ciudadano de a pie. Ahora más que nunca, la hegemonía del dólar como divisa de reserva e intercambio comercial –a escala mundial- está en grave peligro.

Mucha risa y pena daba ver a Patricia Janiot y Alberto Padilla, secundar como peones las barbaridades proclamadas por Oppenheimer, con el susto, la rabia y la impotencia, dibujados en el rostro de los tres. Lo que les faltó fue poner un bolero llorón, tomarse unos tragos de tequila y gritar al unísono: ¡Chávez, maluco, con mi capitalismo no te metas!

La cereza del pastel la puso la señora Janiot, ya finalizando el cotilleo intrascendente del trío de personajes, cuando quiso establecer un paralelismo entre la crisis de la deuda externa en América Latina, en el decenio de 1980, y el actual “desbarajuste” mayúsculo de Estados Unidos y sus finanzas. ¡Ni punto de comparación! Primero y principal, porque la crisis de la deuda externa en el subcontinente fue planificada por el Imperio y organismos multilaterales delincuenciales como el Fondo Monetario Internacional, para la dominación de nuestros pueblos por la vía del garrote económico. La deuda externa fue un instrumento ilegal y fraudulento de sometimiento, gestado por los banqueros y el complejo militar-industrial estadounidense, con el objetivo de poner de rodillas a América Latina. En cambio, el segundo “crack” financiero de Estados Unidos fue provocado –además de Bush y las guerras- por la irresponsabilidad y la usura de los “peces gordos” capitalistas de los países del Primer Mundo quienes, ante la ausencia de mecanismos estatales de regulación, arrastraron al despeñadero a la economía más poderosa del planeta. Lo anterior pone en el tapete un descomunal problema estructural y funcional del sistema capitalista imperial, así a Oppenheimer no le dé la gana de reconocerlo.

Despachar el presente contexto con el comodín del paranoico optimismo superficial, no pasa de ser una abyecta bestialidad.

Con patadas de ahogado, Oppenheimer cerró –en Panorama Mundial- una puesta en escena impecable en su imbecilidad, con la colaboración de los “actores” de reparto Patricia Janiot y Alberto Padilla. Ella, que con sonrisa de primera finalista anuncia con “dulzura” que el barco se hunde, y él que, con faz de burro amarrado a la puerta del baile, ordeña su bilis contra la “gasolina barata” de los venezolanos. Interesante sería inquirirle a la fauna de los Oppenheimer, los Vargas Llosa, los Padilla, los Palma, los Gómez, los “Matacura” y otros tantos, ¿dónde carajo estaban que no vieron lo que se venía en Estados Unidos? ¿Dónde carajo está ahora la mágica e incuestionable “mano invisible” del mercado?

*Tesista de Idiomas Modernos en la UCV


elinodoro@yahoo.com


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Adán González Liendo

Traductor, corrector de estilo y locutor

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