Recientemente, el director de la CIA, Leon Panetta, declaró sobre una supuesta crisis económica que se les avecina a Venezuela, Ecuador y Argentina. Estas declaraciones, en Globovisión, en el programa Aló, ciudadano, fueron referidas casi con alegría. Lo curioso del asunto es que la credibilidad de quien las emite está en juego por sus actos desleales como el medio que las divulga por sus acostumbradas mentiras.
Asimismo, como sabemos sobre la relación del organismo de inteligencia con el Gobierno norteamericano, se asume que, de nuevo, vuelven las desagradables intervenciones del Norte en los asuntos nuestros a pesar de que Barack Omaba está en la Presidencia, pero es simplemente un títere más.
Estados Unidos tiene bastante tela que cortar en eso de casos de intromisión, de manera subliminal o evidente, en países donde existe un interés económico. Diré dos aspectos de tipo ideológico que están poniendo en práctica con el fin de propiciar el caos, en principio, en un plano de ideas para, luego, crear así las condiciones físicas que justifiquen una intromisión directa.
El primero es que, aunque no existan evidencias, decir que Venezuela se sumergirá en una crisis económica como Estados Unidos y los países de la Comunidad Europea a los que les ha llegado la recesión.
Una vez que el modelo de la globalización resulta devaluado porque los países que tuvieron más oportunidades que otros en el desarrollo de sus economías caen en el deslave financiero y la estrategia de crear pobreza en América Latina fracasa gracias a los gobiernos progresistas de Brasil, Argentina, Chile, Bolivia y Ecuador, el ardid consiste en asustar con una hecatombe financiera en Suramérica que involucra hasta el sector bancario una vez que el Stanford Financial Group Bank comete el fraude de todos los tiempos.
El segundo aspecto tiene que ver con proferir que aquí hay un autoritarismo en las instituciones públicas. Llamemos, pues, a los "todopoderosos" a poner orden aunque ese símbolo de país "democrático" donde se sabe que es mentira que los derechos humanos son inviolables; hay igualdad, participación y libertad desbordada, después de la invasión a Irak, la cárcel en Guantánamo; y el apoyo a la masacre de la Franja de Gaza...
Desconociendo lo anterior, la oposición venezolana cuando el Estado garantiza la seguridad alimentaria con el arroz a precio regulado, por ejemplo, sale defendiendo a las empresas que juegan con la escasez de este alimento.
A pesar de las recientes arremetidas de parte de la CIA y de la actual secretaria del Gobierno norteamericano, Hillary Clinton, el imperialismo está en una etapa terminal. Forma parte del siglo pasado. No es posible que quienes, en el presente, están mal por sus oscuras andanzas pretendan sumergirnos en su infierno personal.
El imperio norteamericano es el último centurión (según el Drae, centurión significa `jefe de una centuria en una milicia romana’). Recordemos que el Imperio Romano cayó; así también ellos están cayendo, porque han cometido graves atropellos y han atacado a los gobiernos cuando les atribuyen aspectos negativos para favorecer una intromisión que ya no será posible en la Patria Grande.
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