El Presidente ha permitido
ubicar la discusión de la imprescindible sanción a Globovisión en
la agenda pública comunicacional y en la discusión cotidiana en el
plano de la lucha de clases, ya que vuelven a enervarse las posturas
entre quienes alrededor de Globovisión defienden la propiedad de los
medios de producción atentando contra la organización social para
el control de su propia soberanía, y por otra parte, ubica la discusión
en la necesaria defensa del Proyecto Nacional Simón Bolívar en la
ética socialista, para el buen uso de los medios de comunicación y
la calidad de la información que en ellos se difunde; en el esfuerzo
por lograr la suprema felicidad social, en la búsqueda de un estructura
social más incluyente y en el logro de un modelo económico socialista
que busca la socialización de los medios de producción para la eliminación
de la división social y la producción de riqueza para algunos a costa
de la mayoría.
Adelantándose a una
posible sanción es previsible que Globovisión triangule con todas
las organizaciones internacionales de defensa de la libertad de expresión
reconocidas, más los partidos políticos de oposición y organizaciones
de la sociedad civil a través de sus frentes de mujeres, jóvenes,
empresarios, trabajadores.
Lo ideal para el proceso
revolucionario es iniciar una serie de pronunciamientos públicos de
manera sistemática de comités de usuarios y usuarias, consejos comunales,
jóvenes, expertos, intelectuales, mujeres organizadas y estudiantes
a favor de la necesaria sanción a Globovisión.
Por otra parte se debería
generar el pronunciamiento de actores dentro de los sectores estratégicos
de oposición que produzcan dispersión de su mensaje, léase, actores,
periodistas, curas, empresarios, clase media. De los dos puntos anteriores
se recomendaría centrar la atención en el pronunciamiento de los jóvenes,
ya que Globovisión no tiene fuerza en la captación de jóvenes por
su carácter temático informativo.
El pueblo requiere una
amplia campaña divulgativa sobre el “prontuario” de Globovisión
y sus accionistas. El PSUV debería iniciar una serie de círculos de
discusión pública sobre la necesidad de sancionar a Globovisión argumentado
a través de Proyecto Nacional Simón Bolívar.
Pero lo más importante es que debe iniciarse urgente la apertura de espacios de opinión en VTV con mayor capacidad autocrítica y de participación de sectores de oposición en búsqueda del equilibrio que se critica a los dos bandos, permitiendo así dejar sentadas las bases para legitimar cualquier sanción que implique suspensión de la transmisión y evitar que los ciudadanos perciban que la oposición se ha quedado sin espacios de denuncia.