La orquestada, y también archiconocida, campaña de desprestigio y confabulación que algunos sectores, nacionales y extranjeros, vienen desarrollando en contra de Venezuela, con marcado acento en los últimos días ha recrudecido de tal manera que nada fantasioso sería pensar que vienen con las mismas intenciones que las demostradas durante el 11 de abril del 2002 y el Paro Petrolero.
El odio visceral y nauseabundo que ventilan y desarrollan los ahora verdaderos voceros políticos de la Oposición, es decir algunos inescrupulosos periodistas, entre otras cosas evidencia la escueta y risible ascendencia que en la actualidad mantienen en el pueblo los políticos de profesión. Sorprende y avergüenza presenciar el triste espectáculo que diariamente presentan estos pobres y desquiciados venezolanos.
Así como ya algunas naciones han tenido que enfrentar de manera drástica esta nueva modalidad de terrorismo psicológico que han emprendido en el mundo estos medios de “comunicación” (Caso: Ruanda), ahora ha Venezuela le toca de manera urgente la responsabilidad de enfrentar este nuevo tipo de dictadura mediática de quienes, con el so pretexto de una comunicación pleni potenciaria y sin ningún tipo de escrúpulos, buscan con fines políticos instaurar mediante el sagrado derecho de informar, un clima de permanente zozobra y acose psicótico.
Si bien esto resulta ser una muestra contundente de que la revolución bolivariana verdaderamente se consolida a paso de vencedores en la conciencia del pueblo venezolano, y este patético descontrol lo confirma, la situación resulta demasiado delicada para no abordarla de manera contundente e inmediata. Últimamente la conducta demostrada por algunos sujetos adversos al presidente de la República deja de ser normal y raya ya en la esquizofrenia, producto de un permanente y sistemático ensayo de manipulaciones que sin los correctivos necesarios podrían tornarse peor, amenazando incluso en convertirse en un caldo de cultivo para futuros maniacos u homicidas. Como el caso del periódico regional “La Verdad” en que se refiere de manera directa que los Diputados a la Asamblea Nacional debían ser ahorcados en la av. 5 de julio.
Este nuevo brote o crisis de “Histeria de Alcurnia” proviene del siempre creciente respaldo que el pueblo venezolano brinda a quien mejor lo ha sabido comprender e interpretar. Indudablemente el arribo de los 10 primeros años de existencia del ALÓ PRESIDENTE genuinamente refiere el tipo de comunicación que ha mantenido con él. Sin lugar a dudas este programa que ha hecho historia en la televisión venezolana ha sido la mejor herramienta pedagógica que ha podido idear nuestro Comandante para afianzar y fortalecer su relación con un pueblo que ahora puede mirar al futuro sin atormentarse.
Feliz Cumpleaños a los primeros 10 años del ALÓ PRESIDENTE
“Podrán cortar las flores pero no podrán impedir la llegada de la primavera…” (P. Neruda)