Soponcio y pataletas

Pensar más allá de la racionalidad les irrita hasta tal punto que se vuelven histéricas, iracundas, descontroladas, donde el género se confunde y uno no termina de saber si el que chilla es hombre o mujer. Por supuesto, me refiero a los extraños comportamientos de algunos miembros activos de la oposición venezolana que se descontrolan al calor del debate y cuando sienten que la brisa revolucionaria sopla suave para limpiar el mugre que ellos van dejando, también se descomponen. Gracias a dios el viento no es visible, de lo contrario lo asesinan estos tipos de la derecha.

Como ejemplos claros de esos raros comportamientos, tenemos el caso del diputado traidor que el día jueves trece de agosto, después de haber abandonado el escenario de la Asamblea Nacional donde se debatía el proyecto de Ley Orgánica de Educación, llamó a Globovisión y con la voz quebrada, casi de lloriqueo y con la respiración histérica, anunciaba su rebeldía y se declaraba en desacato contra la Ley Orgánica objeto de discusión y que finalmente fue aprobada por el Poder Legislativo, muy a pesar de las pataletas de los traidores; o sea no la aprobó ningún brujo “patasparriba”, sino uno de los poderes fundamentales del sistema político.

Pero los patatús con reacciones convulsivas no solo afectaron al diputado traidor que había llamado casi llorando, sino que al parecer hubo una especie pandemia, porque en el canal receptor, un tal “matamonja” minutos antes también había sufrido un soponcio y de manera histérica gritaba: “ Usted es el culpable, usted es el culpable, usted es el culpable…” De igual manera, a un dirigente estudiantil de la ciudad de Caracas casi le da un vahído y a fuerza de valeriana lo revivieron. La histeria le brotaba por los ojos y tenía mirada escuálida con relámpagos de carbón.

Precisamente, en su mundo distante la aberrante casta opositora de la derecha ha desarrollado anticuerpos que afectan sus células, fundamentalmente el protoplasma y el citoplasma, faltándole oxigeno y calcio. De allí el soponcio, las pataletas y la histeria con gritos chillones que observamos casi siempre en esa clase política y social. Además han desarrollado una congestión nerviosa en sus cerebros, con una capacidad asombrosa para pensar, obtener información y transmitirla al revés. Así vayan navegando tranquilos por las aguas cristalinas de la democracia, ellos sienten que se les moja la canoa.

Entonces se desesperan, chillan y se vuelven histéricas. Hablan de desobediencia, de rebeldía, de que llegó la hora, ni un paso atrás; también hablan del “dictador” para referirse al presidente legitimo y constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, electo, reelecto y ratificado en sendos procesos electorales y referendos y que a pesar de esos soponcios de la oposición seguirá gobernando y saldrá victorioso en las elecciones presidenciales de 2012, dios mediante.

No obstante, la situación se torna cada día complicada y delicada en los patios interiores de la oposición porque esa patología poco a poco los va llevando hacia la esquizofrenia; es decir no aceptan la realidad y asumen que vivimos en una dictadura, que Chávez se va pronto, que las leyes son malas y que le van a quitar a sus hijos. Y de verdad, por estar levantando muros y huyendo de la realidad se están haciendo daño y con ello contaminado y arrastrando a otros hacia su mundo esquizofrénico.

(*) Politólogo.
eduardojm51@yahoo.es


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Eduardo Marapacuto (*)


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