Desde que era niño y mis padres me transmitieron el hábito de leer la
prensa, no entendía por qué los periodistas se agrupaban en bloque, en
patota, en cayapa, para usar un arma tan poderosa como los medios de
comunicación con el fin de lograr que los demás los apoyáramos en sus
causas. Cuando crecí, me di cuenta además de que la mayoría de los
periodistas se apoyaban mucho entre ellos, pero no eran tan prestos en
dar apoyo cuando las víctimas eran obreros, campesinos, empleados, o
trabajadores comunes y corrientes. Algunos periodistas sí lo hacían,
pero eran pocos. De allí que me preguntaba si ellos son personas más
importantes que nosotros, y me preguntaba por qué a ellos había que
tratarlos de forma tan especial, dejando por debajo al resto de la
sociedad.
El comentario lo hago a propósito de que me hayan
prestado un periódico Últimas Noticias este domingo (yo ya no lo compro
más), y haya visto que nuevamente le dedicaron 5 ó 6 páginas al tema de
la "agresión" a sus periodistas el pasado 13 de agosto en la avenida
Urdaneta. Ocurriendo tantas cosas importantes en este país, ¿hasta
cuándo Últimas Noticias se va a empeñar en continuar su chalatanería
barata, victimizándose e instigando a la agresión y el odio contra
camaradas nuestros? Me disculpan, pero ni Globovisión ha sido tan cínica.
Qué bueno que Elezar Díaz Rangel haya escrito este domingo, una vez más, pidiendo disculpas por haber acusado a Ávila TV de haber hecho algo que no hizo.
Qué malo que ya no podemos lograr que millones de personas lo entiendan.
Sólo repiten una y otra vez, como autómatas: "Unos malandros de Ávila
TV golpearon a nuestros periodistas". Como dicen por allí: "Una vez
derramas el agua del vaso, ya no puedes recogerla y colocarla en el
vaso de nuevo". O, como dicen los comunicadores: la réplica jamás
tendrá el mismo impacto comunicacional que la noticia.
Qué malo que Díaz Rangel insiste en que sus fotos no fueron manipuladas, cuando claramente se ha probado que sí hubo manipulación para intentar exculpar a un periodista de La Cadena Capriles.
Cuando hay una pelea, tienen que pagar ambos, o no pagar ninguno; eso
es una norma elemental en cualquier escuelita. Pero en nuestro proceso
revolucionario aún seguimos haciendo pagar a los más pobres.
Qué
malo que nadie en la Cadena haya puesto un para'o a los periodistas que
abandonaron una vez más su rol de comunicadores sociales, para
convertirse en activistas políticos, con una clara intención de
provocar. ¿Alguien puede explicarme por que, si alguien tiene el poder
de escribir una columna en un periódico leído por 250 mil personas, también necesita pararse a entregar panfletos? (algo que tiene un alcance limitado... ¿tal vez pueda llegar a 200 personas?)
¿Por
qué tenía que hacerlo frente al canal de televisión Avila TV, al cual
"por casualidad" todos ellos odian y critican porque allí no trabajan
periodistas de carrera? ¿Por qué tenían que usar franelas de la Cadena
Capriles, si era una actividad política y no periodística? ¿Por qué
trancaron parcialmente una de las avenidas más congestionadas de
Caracas al mismo tiempo que grupos de choque de derecha, muchos de
ellos con palos en las manos, recorrían y causaban el caos en cinco
puntos de la capital?
Es más malo aún que EDR, Últimas Noticias y algunos de nuestros periodistas siguen repudiando la "agresión" como tal, y
no los intentos de la oposición radical de causar caos e incluso
saqueos ese 13 de agosto. Por cierto, ellos lo llaman "agresión"; otros
pensamos que es más bien una "confrontación" entre dos partes, como la describe acertadamente el documentalista Angel Palacios en su artículo, indicando que de nuestro lado también hubo gente agredida.
Esperábamos
con ansias ver este domingo en Últimas Noticias las numerosas fotos que
ABN, AFP, Reuters y otras agencias nacionales y extranjeras captaron
de opositores radicales este sábado 22, derribando y destruyendo las
barreras establecidas por la policía, en un vano intento por llegar al
centro de Caracas y a la Asamblea Nacional, para caernos a golpes a los
miles de chavistas que estábamos este sábado en el centro.
Lamentablemente,
Últimas Noticias no publicó dichas fotos. Las dejamos aquí, pues;
lástima que no tengamos 300 mil lectores los domingos. El artículo
continúa después de las fotos.
Buena
parte del pueblo de Caracas está muy airado y molesto con los
opositores. Lo ocurrido el 13 y el 22 de agosto es visto por muchos como
intentos de la oposición radical de invadir lugares, ya no para
protestar pacíficamente, sino para alterar la paz, causar caos y
desorden. Yo no he visto a ningún líder chavista, ni siquiera a
Lina Ron o Valentín Santana, acudiendo con miles de seguidores a
Chacao, El Hatillo, Baruta o San Antonio de Los Altos a quemar cauchos,
destruir bienes públicos, pararse frente a sus medios de comunicación o
agredir a su gente.
Lo inverso sí lo vimos el 13 de agosto, con
la paradoja de que la gente que fue presa fue la chavista. Y trataron
de repetirlo este 22.
¿Soluciones? Últimas Noticias tiene el
descaro de decirnos hoy que el Ejecutivo Nacional tiene que "reducir la
violencia discursiva" y que la ciudadanía tiene que ir a un psicólogo para hacer catarsis (cuerpo
especial "El Domingo", página 9). Yo no entiendo por qué alguien del
centro del Caracas tiene que ir a ver a un psicólogo porque un grupo de
sifrinitos se paran en la calle frente a su casa a causar disturbios.
Creo que quienes tienen que ir al psicólogo son otros.
Yo, en cambio, creo que la única forma de lograr que, a mediano plazo, haya un poco de paz en este país, es
ordenando la detención de cualquier líder político que viole las leyes
existentes en torno a la incitación a la violencia y la apología del
delito. Es claramente un delito decir a tus partidarios que tienen
que violar el cerco de seguridad para llegar a un lugar donde no tienes
permiso, y donde hay miles de personas inocentes.
Es
claramente un delito decir a la gente una y otra vez, en medios como
Globovisión, que todo el mundo tienen que desacatar la Ley de Educación.
Sólo les falta quemarla, como hacían con la Ley de Tierras en 2001. Los
líderes que hacen esos llamados a diario tienen muchísima más
responsabilidad que los niñitos fotografiados arriba, quienes en muchos
casos ni siquiera saben por qué protestan.
Por
último, lamento mucho ver a algunos periodistas de carrera que dicen
ser revolucionarios, y que aún hoy, diez días después, continúan
lamentando las heridas recibidas por los periodistas de La Cadena
Capriles.
NO DEBERÍAMOS EMPEZAR NINGÚN COMUNICADO O ARTÍCULO SIN INDICAR QUIENES INICIARON LA VIOLENCIA: Grupos
de choque de la oposición experimentando con el foquismo. No deberíamos
emitir comunicados sin indicar que quienes practican proselitismo
político con franelas de La Cadena Capriles son quienes después salen a
escribir artículos supuestamente "imparciales", manipulando a la
población e incitando al odio.
No deberíamos escribir ningún
artículo sin recordar que la violencia no se hace sólo con golpes y
palos, sino también usando un medio de comunicación masivo como Últimas
Noticias para promover el odio contra los comunicadores alternativos y
populares, y que -con mucho dolor lo digo- si el día de mañana
empezamos a ver agresiones contra nuestros comunicadores alternativos y
comunitarios, mucha gente en Últimas Noticias van ser vistos como
responsables en todo esto. Y no creo que eso le moleste a los Capriles
en su conciencia, pero en la de Eleazar sé que sí.