Miénteme más

Nada como la falta de vergüenza para humillarse ante cualquier mentira. No pretendo que el Sistema Nacional de Medios Públicos siempre dice la verdad, cosa imposible por razones filosóficas que sería arduo y largo exponer. Por eso resumo: Puede haber errores y no existe objetividad absoluta, pues esta solo la alcanza el sujeto, subjetivamente. Pero sí existe la honestidad. Una cosa es mentir sin querer, como Tolomeo, para quien la Tierra era plana. Pero esa idea hoy falsa funcionaba en su época, lo que le daba valor de verdad. Pero una vez que puedes dar la vuelta al mundo, los mapas chatos de Tolomeo confunden en vez de guiar a buen puerto. Hoy Tolomeo no es mentiroso sino obsoleto.

  Pero

    si te inventan premeditadamente que hubo un muerto en la Refinería de El Palito, que luego aparece vivo;

    si la misma pandilla te trama que Jesse Chacón compró un Reverón por $ 140.000, que el mismo medio desmiente;

    si idéntica canalla te dice que el piloto presidencial venezolano ha declarado que se la pasa transportando guerrilleros colombianos, para desmentirse de nuevo; etc.,

podrás aprender del proverbio árabe: “La primera vez que me mientes es tu culpa; la segunda vez es mi culpa”. O como aquel bolero célebre por su masoquismo: “Miénteme más, que me hace tu maldad feliz”.

  Porque hay que ser bolsa o, más bien, intensamente sinvergüenza para calarse el despropósito de que un periódico es de izquierda si secunda las insolencias del Imperio, sea quien sea el mandadero que cumpla con el peligroso y patético papelazo de venderle su cara.

  Esos medios no convencen, aunque pendejos siempre hay. Solo chantajean con el que Ingmar Bergman llamó tejido de mentiras, impuesto mediante la violencia simbólica de que hablaba Pierre Bourdieu. Declaran a Fulano dictador, o cualquier otro improperio, sin importar si es mentira, y a partir de allí quien apoye a Fulano apoya a un dictador.

  Nos enchumbaron con la patraña de unas Armas de Destrucción Masiva. Un millón de muertos después dijeron, del modo más desvergonzado, que no hubo nada, que creí que era Margot, que se me chispoteó, que qué cómico, ¿verdad? Y tienes que volverles a creer, bajo chantaje, salvo si eres valiente. ¿Ves la torrencial falta, además, de amor propio?

rhernand@reacciun.ve


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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